RECUÉRDAME © [✔]

CAPÍTULO 4

El haber perdido la fé en mí, haberlo perdido a él, causó que entrara en depresión.

Sólo había pasado una semana cuando la noticia de la desaparición de Brian Lawrence, se volvió viral.

"Un joven de diecisiete años se encuentra desaparecido, pero el 70% es la posibilidad de que se haya cometido un suicidio. El antepasado sábado los de la FBI hallaron su celular cerca del Río Ohio en Louisville la ciudad más grande de Kentucky. Hace ya una semana, se ha hecho viral esta trágica noticia".

"Se han visto antes estos casos de suicidios, pero en este caso se trata de un estudiante de la Escuela secundaria "Ballard High School". Se dice que no han encontrado el cuerpo del dicho estudiante, Brian Lawrence"

Paso casi todos los canales y sólo hablan sobre el supuesto suicidio de Brian y otras personas que hallaron muertas.

Hace unos díez minutos antes mi madre entró a mi habitación y observó la carta en mis manos, me había mirado con pena. Le agradecí mentalmente que no me haya dicho nada acerca de mi estado. Sólo me obligó a bajar a comer al menos una taza de cereal y eso fue lo que hice.
Y aquí estaba yo, sentada en el sofá con mis piernas dobladas todavía con mi pijama de felpa puesto y el cabello suelto, algo despeinado con un tazón de cereal en mi regazo y con el control del televisor en mi otra mano.

Estoy mirando al vacio con el caos dentro de mí, no puedo más con esto. Apago el televisor tirando el control sobre el otro sofá, no puedo hacerlo.

He leído tantas veces aquella carta que escribió Brian, tanto que no me canso al hacerlo porque me recuerda a él. No me cabe duda que sólo pensó en mí cuando la escribió, sólo pensó en mí antes que en él.

—¿Melody?

Me vuelvo cuando escucho la voz de Mason.

—Hola —saludé con la voz ronca de tanto llorar.

Trago grueso y miro hacia otro lugar.
Mason toma lugar a mi lado en silencio, sólo por unos segundos.

—Mamá... —pausa— Mamá me ha contado acerca del estado en que te encontrabas hace unos minutos y de la carta que tenías apretando contra tu pecho —comienza a decir lentamente como si estuviese cuidando cada una de sus palabras—. Si quieres hablar alguna vez, aquí estaré para ti cuando me necesites o necesites un abrazo.

Dejo la taza a un lado de mí y me vuelvo hacia él.

—No te preocupes por mí, Mason, yo me encuentro bien.

Él niega con la cabeza y me mira fijamente a los ojos, con sus ojos inyectados en sangres, aguantando las lágrimas. Sé que a él le duele verme de esta manera, pero no puedo evitar sentirme así, sentirme tan..., tan vacía.

Toma mis manos entre la suyas y dice:

—Sé que no te encuentras bien, sé que el dolor que sientes por la desaparición de tu mejor amigo es mucho más grande que todo lo que has podido sentir en tus pocos años de vida —dice entredientes sin quitar su mirada de la mía—. Sé que no te encuentras bien, sé que... ¡Oh por el amor de Dios! —suspira negando con la cabeza— ¡Joder! noto en tu mirada el dolor que sientes, noto en tu mirada apagada que el dolor te ha estado consumiendo lentamente. Pero tú eres mucho más fuerte que eso y podrás contra eso y más.