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CAPÍTULO 17

¿De nuevo caeré en la desgracia?, ¿De nuevo volveré a recordarlo?, ¿Podré superar su partida?.

Brian.

¿Por qué te has ido?, ¿por qué no te has despedido de mí?

¿Por qué me haces extrañarte?

66 no puedo sentir otra cosa que no sea dolor.

66 te extraño.

Miro por la ventana del bus, viendo pasar a las personas, calles y centro comerciales, fugazmente.

66 estoy perdida.

Él había creado nuestro código de amistad.

―¿Qué dice en la envoltura? ―pregunta apoyando sus manos en la mesa, tratando de quitarme la envoltura de mis manos.

―Seis seis, y también palabras chinas,¿por qué? ―entrecierro mis ojos en dirección a él.

―Tengo una idea ―susurró sonriendome.

―¿Qué tramas? ―pregunté sonriendo.

―Seis seis será el código de nuestra amistad ―murmuró con una pequeña sonrisa en su labios.

―¿Seis seis? ―asombrosas las ideas de mi mejor amigo.

―66 perdida, te diré así cuando te necesite o cuando me sienta mal ―murmuró―, y tú me dirás 66 perdido.

―¿Yo seré 66 perdida y tú 66 perdido? ―sonreí― Me gusta la idea.

Él me había dado señales de que estaba pasando por momentos difíciles, quizás no fui su verdadero apoyo.

El bus me deja en la parada de buses, bajo con mis piernas temblorosas y mis ojos llenos de lágrimas sin derramar.

―Hey, Melody ―me vuelvo encontrando a Carter con una sonrisa en sus labios, apoyo sobre su pierna izquierda y manos dentro de sus bolsillos.

―Hola ―me detuve frente a él imitando su gesto.

―¿Cómo estás? ―preguntó mirándome divertido.

―Bien ―mi ceño se frunce cuando noto a Erika caminar hacia nosotros y se detiene detrás de él.

―Hola Erika ―saludé con mi voz temblorosa.

―Hola, Melody ―saluda ella poniendo su mano sobre el hombro de Carter.

Su mirada estaba fija en mí, me remuevo incómoda al ver que ella no pretendía quitarla.

―Fue un gusto verte Melody, le he comentado a Erika sobre salir alguna vez ―Carter mira a Erika sonriente―. Espero que eso sea pronto.

―Claro que si ―susurré―. Me tengo que ir, habláremos en otra ocasión.

Me despido agitando mi mano hacia ellos.

―Hey, Melody... ―me detengo sin voltear a verla―, cuidate.

Frunzo mi entrecejo, y sigo mi camino hacia la casa con una presión en mi pecho desde que me he encontrado a la abuela de Brian.

¿Él le había pedido que hablara conmigo?

No lo sabía, pero esa señora de pronto me estaba hablando sobre él y se sabía mi nombre sin yo haberlo mencionado.

Entro a casa encontrándome a Marcus acostado en el sofá con el control sobre su mano.

Él me mira con diversión

―¿Qué? ―cuestioné con mi ceño fruncido.

Él se encoge de hombros. Subo las escaleras rápidamente, y entro en el baño mirando mi reflejo en el espejo.