CAPÍTULO 15

106 16 2
                                    

El dolor.

El gran dolor de haberlo perdido ha hecho que mi cabeza termine por crear diferentes escenarios de su muerte.

Las pesadillas me han hecho daño. Diariamente las pesadillas hacen que crea que de verdad está muerto.

Brian.

Eres y serás el ser mas valioso que he tenido en mi vida.

¿Podré avanzar sin ti?

Los jadeos se escuchaban en la habitación, el llanto se aproximaba y el nudo en mi garganta me ahogaba.

—¿Melody?

Me vuelvo encontrando a un Marcus soñoliento apoyado en el umbral de la puerta.

—¿Qué sucede? —pregunta entrando a la habitación y cerrando tras de sí.

Camina hacia mí y se sienta en la cama junto a mi.

—He tenido una pesadilla —murmuré dirigiendo mi mirada hacia la ventana.

—¿Quieres hablarlo? —cuestionó.

—No, no me gusta hablar sobre las pesadillas —susurré regresando a verlo.

—Vale —susurró rascándose la frente—. ¿Quieres que me quede contigo esta noche?

—¿Lo harías? —pregunté sonrojada y un poco emocionada.

—Lo haría todas las veces que sean necesarias —murmuró con una pequeña sonrisa.

Toma mi mano entre las suyas.

—Sólo quiero que estés bien, Melody.

—Lo estoy —mentí.

—Podrás engañar a cualquiera menos a mí —susurró, dándome un toquesito en mi nariz.

Encendió la lámpara y fue en ese momento que al ver sus ojos enrojecidos, exploté en llanto.

Ellos también sufren, mi familia sufre por mí.

—No quiero que te ocurra nada, Melody.

—No me pasará nada, Marcus —dije en medio del llanto.

Tira de mí hacia él, rodeándome con sus brazos en un reconfortante abrazo.

—Tengo miedo Marcus —he comenzado a balbucear—. Miedo de perderlo. Miedo de que mis pesadillas se hagan realidad, que Brian no regrese..., tengo tanto miedo.

—Él aparecerá mi niña —murmuró contra mi cabello—. Él estará bien.

El silencio reina en la habitación

—Te quiero tanto mi niña —dijo cerca de mi oreja.

—Te quiero aún más, Marcus —susurré escondiendo mi cara en su pecho—. Pero a veces me sacas de mis casillas.

Su pecho vibra cuando suelta una risita.

—Sólo te he dicho la verdad, a ti te ciega el hecho que te haya humillado —murmuró.

Me aleja de su cuerpo, mirándome fijamente a los ojos.

—Eres demasiado fuerte —sonríe—. Dentro de ti, vive esa niña Sanders fuerte y capaz de superar todo.

—Ya no soy una niña —arrugo mi entrecejo, cruzandome de brazos.

—Para mí siempre serás, mi niña.

—Hoy estás muy cursi —solté mordiendo mi labio inferior para no soltar una risita.

—Hoy estás más sonriente a pesar de los malos momentos —su sonrisa se agranda.

 RECUÉRDAME © [✔] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora