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CAPÍTULO 10

¿Cómo se siente el amanecer sin sentir dolor?, ¿cómo sería el amor sin traición?, ¿cómo sería la vida sin ti?

¿Cómo se sentiría despertar sin verlo?, ¿cómo podré avanzar?.

¿Este sería el último dolor que sentiría?.

Ya había perdido a mi mejor amigo.

No quería perderlo a él.

—Conduce rápido, por favor —mi voz me traiciona al hablar.

—Melody, él se encuentra bien, sólo lo inventé para llevarte a casa —explicó con voz firme— Eres muy terca.

—¡¿Por qué mierda has dicho que Mason ha tenido un accidente ?!  —chillé con furia.

—Melody, baja la voz —me pide con voz helada, acto seguido me pone su mano sobre mi pierna pero enseguida se la quito. Me dan ganas de arracarle la cabeza— No he tenido otra opción para que subieras al auto.

El silencio era denso, pesado.

Lo miro sorprendida.

¿Cómo pudo mentirme así?

—Detente —mi voz era helada— ¡Para el puto auto, Ryan! —grité con furia.

—No, Melody.

—Hazlo, Ryan.

Él detiene el auto frente a un parque, sólo a unas cuadras de la casa de mis padres. Abro la puerta, me bajo cerrandola de un portazo.

Al momento de estar afuera, la lluvia cae sobre mí, pero eso ahora no me importa.

Ryan me ha mentido como siempre lo ha hecho.

En conclusión es un ser sin sentimientos, sin una pizca de empatía.

Camino hasta llegar a la escaleras del tobogán. Cuando estoy frente a este, subo las escaleras resbaladizas y me siento sobre él. Me deslizo en él una y otra y otra vez.

Tengo que distraerme, este día ha sido largo y cansado.

Veo a lo lejos a Ryan de pie cerca del auto. ¿Cómo me pudo mentir de esa manera? ¿Sólo lo dijo para subirme al auto o para algo más?

Idiota.

Me sigo mojando el trasero cada vez que me deslizo sobre el tobogán, la lluvia no ha parado.

Me siento al final del tobogán.

Miro a mi alrededor, observando el lugar, sólo podía ver varios charcos de lodo, no había nada fuera de lo normal.

Vuelvo a mirar en dirección a Ryan.
Arrugo mi entrecejo cuando veo a una persona al otro lado del auto, mirando a mi dirección o eso creo.

La persona ladea la cabeza hacia un lado, y con la ayuda de la iluminación de un postal, puedo ver la mitad de su rostro.

¿Es el hombre que estaba de espalda a mi casa? ¿Es el hombre que miraba en dirección a mi habitación?

Noto mi respiración agitada, mi corazón acelerado y mis manos temblorosas. Me levanto y camino apresuradamente hacia Ryan. Ese sujeto me está siguiendo, estoy segura.

Me detengo cuando el sujeto da un paso al frente, trago grueso. Ryan no ha notado la presencia de aquel sujeto  al otro lado del auto, mirándonos.

Aprieto mi puño en la tela de mi pantalón.

Me echo a correr rápidamente hacia Ryan sin dejar de mirar hacia el hombre con capucha.

Tengo miedo, mucho miedo.