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CAPÍTULO 21

"El ángel cuido de ella por un largo tiempo, pero sin poder detenerla a irse hacia la oscuridad, la perdió sin poder amar"

¿Estoy loca?

¿Tendré que hablar con el Doctor Langford mañana?

Me estoy asfixiando aquí dentro, necesito tomar aire. Miro a Alexander a mi lado con sus manos apretando el volante y el ceño fruncido por lo que acaba de pasar hace cinco minutos.

―¿Puedes detener el auto?

―¿Qué harás? ―preguntó mirándome divertido.

―No seas pervertido, necesito tomar aire.

―Falta poco para que lleguemos a casa.

―Por favor ―pedí haciendo un puchero.

―Ok, solo un minuto.

Asentí con la cabeza.

Alexander detiene el auto, pero no salgo de este.

¿Alexander estará involucrado en la supuesta muerte de Brian?, no lo creo.

Él se gira mirándome fijamente sin decir nada, lo miro sintiendo mis mejillas sonrojarse. Estamos solos en medio de la nada y en este pequeño espacio, no puedo aclarar mis ideas. No lo niego, Alexander Hemmings, es de un buen físico; sus ojos azules como el cielo despejado, sus labios carnosos, su cabello azabache cayendo sobre su frente húmedo que lo hace ver sexy y algunas partes de su cuerpo estaba lleno de tatuajes. No era exageradamente musculoso pero tenía lo suyo.

―Melody...

―Alexander ―susurré tragando grueso.

Sólo una cosa sucedía, había tensión en el ambiente, tensión sexual. El calor en mi cuerpo, iba aumentando cada segundo que pasaba. Nos ibamos acercando poco a poco hasta que su aliento chocaba contra mis labios, sus labios rozaron con los mios, y pasó su lengua por su labio inferior. Joder.

¿Qué estoy haciendo?

Lo miré confundida y queriendo besarlo. Él miraba mis labios mordiendo su labio inferior.
Luego de varios segundos su mirada se encontró con la mía.

―Esto no puede...

―Melody, cállate por una vez y bésame.

No sé quién de los dos acortó la distancia, solo podía sentir el hormigueo en mi estómago.

Sentir sus labios rozar mis labios, mordiendo y chupando era lo más placentero

Era una maravilla probar el sabor de sus labios.

Nuestros labios se movían de una manera lenta, pero luego el beso se volvió a uno más intenso. Sus dedos fríos rozaron mi cuello dirigiéndose a mi cabello, haciendo que mi piel se erice. Con su otra mano en mi cintura me aprieta lgeramente a él, acto seguido mi cuerpo reaccionó y me alejé de él.

―Yo...

Intenté hablar, pero él apretó sus labios contra los míos interrumpiéndome. Giro un poco su cabeza para profundizar el beso y nuestras lenguas se encontraron.

¿Qué estoy haciendo?

¿Por qué me estoy imaginando a Ryan?

¡Ryan!

Saca su lengua caliente y pasa la punta por mi labio inferior, abrí un poco mi boca para que nuestras lenguas pudieran rozarse. Siento como su mano me toma de la cintura y tira de mí subiéndome encima de su regazo sin despegar nuestros labios. Su mano se aprieta en mi cintura acercándome más a él. Nos besábamos con desesperación mientras que yo me movía contra el bulto que se había formado en su bermuda. Él acariciaba mi cintura y baja hasta mi cadera moviéndome a su gusto. Él toma el borde de mi blusa y la sube un poco apretando sus dedos contra la piel desnuda de mi espalda.