Capítulo 16

529 51 16
                                    

Capítulo 16



Palacio del Amanecer, Solaris – 1.836



—Tras el último concilio y una larga discusión al respecto, el Círculo de Magia de Solaris ha llegado al consenso de que, en contra de lo que algunos sospechaban en un inicio, es la fractura de la barrera que separa el Velo de Gea lo que está provocando los incidentes —informó la maga Aurora Dandic—. Se está debilitando a gran velocidad, y en aquellos puntos donde el tejido está más dañado, se rompe provocando filtraciones.

—¿Descartáis entonces la posibilidad de que se trate de algún ataque externo? —preguntó el Centurión al mando, Ludovico Vespian.

La maga asintió, pero no entró en detalle. Tal y como habían acordado previamente, la parte de sangre y acción era cosa de su auténtico protagonista: Tristan.

—Descartado —confirmó el legionario—. Yo mismo me encargué de investigar a la cábala de magia negra sobre la que había más sospechas, la Ojos de Tritón, y puedo confirmar que no están detrás de lo acontecido.

Ni lo van a estar, podría haber añadido, pero por recomendación de la propia Aurora prefirió dejar la historia en aquel punto. El asalto a la cábala de Ojos de Tritón no había sido precisamente fácil. Los magi allí reunidos, media docena de aprendices de nigromante, no habían dado un buen recibimiento a Tristan cuando llegó en plena noche. Sospechaban lo que iba a suceder, y su mera visión logró enervarles. Por suerte, Tristan no había ido solo. Acompañado por dos de sus compañeros legionarios, Cornelia y Alfred, los tres habían logrado no solo arrancarles la verdad a golpes, sino también encerrarles durante una larga temporada en prisión acusados de conspiración.

—¿Y qué hay del resto de sospechosos?

—La agencia de Inteligencia Imperial se está encargando de hacerles seguimiento —aclaró Alfria—, pero me sorprendería enormemente que tuviese algo que ver.

—Centurión —prosiguió la maga, retomando la palabra—, sé que es algo que ninguno de los aquí presentes queremos escuchar, pero me temo que esto es mucho más complicado que simples atentados. Nuestro enemigo está más allá de la realidad, aguardando al otro lado del Velo, ansioso por entrar para devorarnos, y a no ser que actuemos con premura, para cuando intentemos detenerlo será demasiado tarde.

Expresado de aquella forma, la idea de que su enemigo fuesen los habitantes del Velo era escalofriante. Tristan estaba acostumbrado a enfrentarse a enemigos reales, a hombres y mujeres a los que podía detener o golpear. Lo que estaba pasando en Solaris, sin embargo, iba mucho más allá.

—Soy plenamente consciente de ello, Aurora —admitió el Centurión—, y así se lo he transmitido a su Majestad el Emperador. Está preocupado con la evolución de los acontecimientos, pero es consciente de que, sin saber qué sucede más allá de las fronteras, va a ser complicado trazar un patrón de actuación.

—Si supiésemos qué es lo que está provocando ese daño en el tejido quizás podríamos detenerlo —apuntó Aurora—. Así se lo he planteado al Círculo de Magia, y creo que sería importante transmitírselo al Emperador. Necesitamos poder acceder a los centros de poder para poder saber qué está sucediendo.

—¿Y debilitar aún más Solaris con vuestros hechizos? —intervino Alfria—. No nos engañemos, Aurora: sería contraproducente. Es precisamente toda la carga mágica que ha azotado nuestro país lo que ha provocado que ahora se rompa. La magia es la culpable.

Dioses del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora