16. Advertencia Clara

299 56 4
                                    

Viste su uniforme y sale de la habitación. Da una suave patada al cuerpo tirado en el suelo. Luce extraño, no precisamente abusado hasta el cansancio. Diría que tiene sentido, pero por los ruidos que hacia anoche debería estar de otro modo. Poca atención le toma más allá de eso. Muerde la manzana a medio comer en el plato sobre la mesa y busca a Wooyoung, el cual no está en su habitación. Posiblemente salió.

Hongjoong no los ha llamado, siempre lo hace, por lo que hoy no deben tener más misión que llegar al siguiente punto para conquistar y ya. Siendo así, es viaje lo que tiene por delante. Un camino que aún no va a iniciar sino hasta más tarde. Cuando los generales al mando así lo quisieran, mejor dicho.

Es el General Park, seguro que van a salir como a las dos de la tarde. Es tan demorado para todo. Es un milagro bendito que no se haya olvidado de darle los inhibidores. Tal vez el General Taehyung se lo recordó. Enciende la estufa de la casa tras tantear que no hay fugas de gas y tira el frasco del medicamento ahí. Precaución, ante todo. Se derrite con prontitud y no queda evidencia de este.

—Despertaste temprano. —dice Wooyoung entrando al departamento—. Creí que tendría que despertarte.

— ¿Es tiempo de irnos?

—No. Solo están volviendo a pasar lista para asegurarse de que estamos vivos.

— ¿Muchos murieron?

—Al menos ciento setenta y siete. Si hubo más, quedó tan destrozado que no se pudo encontrar los cadáveres en la madrugada. —Gira la cabeza hacia el cuerpo tirado en el piso y Wooyoung da un gruñido leve.

—Chilló mucho—comenta—. La escuchaba en mi habitación.

—Me alegra que no interrumpieras, te hubiera roto la cabeza de haberlo intentado. —afirma cruzado de brazos y mala expresión. San se encoge de hombros.

—De haber querido habría tomado uno, pero de verdad que me dolían los huevos como para dejarme a mí mismo seco.

—Mojigato.

— ¿Quieres que te patee a ver si tú también vas a querer hacer eso tras ello? —pregunta en el mismo tono rabioso y similar a puros gruñidos de perros peleándose por absolutamente nada. Wooyoung blanquea los ojos.

—Hongjoong y el resto volvieron a dormir para aprovechar el descanso—Hay mucho silencio incluso fuera. No lo sorprende que quieran gozarlo un poco—. Nos iremos a las cuatro de la tarde según el General Park. Está listo para entonces.

—Solo saca el puto cadáver de aquí, no puedo dormir con carne pudriéndose al lado mío, menos si tiene tu semen ahí fermentándose. —Punto a favor, los Omegas al morir así huelen fatal en muy corto tiempo. Wooyoung toma la pierna del cadáver y lo arrastra fuera. Posiblemente lo deje tirado en alguna esquina y ya después algo o alguien daría cuenta de que hacer.

Duerme otro rato, con el dulce calor de la estufa prendida. Despierta a las tres y va al baño. Se lavaría la cara y los hombros hasta que los llamaran para irse. Wooyoung continúa dormido, a él cuesta el triple despertarlo. Tendría que hacerlo él. Que fastidio. Cuando el agua deja de salir sacude la cabeza. Se hace el cabello atrás sin verlo en el espejo sucio y roto. Toma todo el papel áspero y tosco para secarse la cara. El cabello se seca solo.

Frunce el entrecejo al notar algo en la papelera. Usando guantes tira el papel en el inodoro, dando cuenta de que ni siquiera está usado, tan solo tirado ahí por gusto y saca el envase de pastillas. Limpio y sin nada en su interior. Lo abre y olfatea su interior.

Huele a medicamento para el dolor de cabeza.

Lo aparta ligeramente de sí, hallando una pequeña etiqueta rosa en un costado. Lo gira en sus manos y acaba por juntar la lengua con las paredes internas del envase. Huele a medicamento para el dolor de cabeza, cierto, pero sabe cómo los inhibidores.

Jimin disfraza el aroma de esa medicina para que nadie sospeche al tomarlos por error. En un Alpha no hacen la gran cosa. Como mucho bajar el libido y eso a ninguno lo molesta precisamente. Baja la tapa del excusado y se sienta. Lo gira en sus manos, habiéndolo tapado.

Está seguro de haberlo tirado en la estufa. Como se derritió. Incluso olía a plástico en la casa de forma apenas notable. Abre y cierra la boca, pensativo ¿Qué hace esto aquí? Es un área muy pobre y se nota que esto es del ejercito ¿Cómo civiles podrían echar mano de esto? Incluso con el ejercito de su país cuidado la ciudad, darle esto a cualquiera es un desperdicio enorme de material.

A menos que sea de alguien de su escuadrón. Frunce ligeramente las cejas.

¿Hay otro Omega aquí?

Por regla de tres, siendo que ninguno ha subido y que sentiría sus aromas tan fuertes en este espacio tan cerrado, quiere decir que...

En pie avanza por el departamento hasta la habitación que Wooyoung está ocupando. El muchacho se estira y truena incómodamente los huesos. San lo ve fijamente un par de minutos antes de abrir la boca:

—Eres un Omega.

Wooyoung no muestra impresión o sorpresa, ni siquiera el miedo que produce en su corazón el hecho de que esa frase sea dicha. Baja la mirada, destacando el envase naranja en la mano de San. El cabello de este gotea un poco por lo mojado que sigue estando. Wooyoung da un par de pasos hacia él antes de hacer el intento de arrebatar el envase.

—Lo eres ¿No es así?

Retrocede y esquiva el segundo intento.

—Tú-

Un cuchillo ocupa muy pronto su cuello. Compartiendo expresiones indiferentes y ajenas a la verdadera tensión que hay en el espacio silencioso. Wooyoung lo hunde ligeramente, ocasiona un corte considerable.

— ¿Cómo lo sabes?

—La forma en que sabe el polvo del fondo. Son inhibidores. —Wooyoung chasquea la lengua dentro de su boca.

—Atrévete a decir nada-

—No hace falta.

La estufa sigue abierta y San tira le envase ahí. Wooyoung se endereza y baja el cuchillo entrecerrando los ojos. San lleva un dedo al frente de sus labios y sopla suavemente.

—Será un secreto entre los dos. Con una sola condición.

— ¿Qué quieres? —En su mente, está preparado para que le pida tener sexo o algo así, poder burlarse de él. Cosas del estilo. Lo normal y natural en un Alpha como cual-

—Que escondas que yo soy Omega también.

Cierra la puerta de la estufa, permitiendo que el frasco siga derritiéndose. Wooyoung inclina la cabeza a un lado. Con sutileza y apenas notable cambio. Desde que San llegó lo percibió extraño. Su olor resultaba casi neutro y siempre que llega un Beta es presentado como eso. Así no podría tomar el mando del escuadrón.

A San no le hicieron tal presentación, solo lo dejaron ahí, como un Alpha más. No obstante, así como San lo percibía extraño, Wooyoung tenía la misma percepción. Aroma extraño, que supiera leer aun, rechazar el tener compañía por la noche, su innata sumisión a tener a alguien comandándolo. Eran detalles pequeños que destacaban entre ellos, pero por mantenerse en una zona segura nunca hicieron notar.

—Ya es tiempo de irnos. —Anuncia Hongjoong con un pie dentro de la habitación. Ambos asienten por el aviso. Van más atrás que él para poder continuar con la conversación en voz baja.

— ¿General Park?

—Antes de morir.

— ¿Quiénes lo saben?

—Ellos. —Wooyoung dirige la mirada a Taehyung y Jimin, quienes suben a su propio auto. Más pequeño e igual de incómodo.

—Me pregunto cuantos Omegas hay desperdigados por ahí.

—Poco importa. No lo pueden saber. Esto es una casualidad.

—Seguir siendo un secreto entre nosotros.

—Afirmativo.

Suben en el mismo orden al camión.

Secret Between Us || WooSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora