36. Aceptación de realidad

235 51 1
                                    

—Qué asco...

—Es así siempre.

Seonghwa ladea un poco la cabeza sin entender a qué viene el comentario de Wooyoung. Tiene que sostener a Wooyoung para que siga vaciando el estómago. Para este punto no hace más que soltar bilis. San vuelve a limpiarle la boca y Seonghwa lo sujeta para que no se caiga de boca.

— ¿Ya puedes caminar...?

—Me metieron... Una botella por el... culo...

—En definitiva no puede.

Lo vuelve a cargar, habiendo dejado la chaqueta en el suelo, se rehúsa a llevar esa porquería con hedor a vómito. Wooyoung permanece viendo a San y estira la mano hasta que el otro la toma. Seonghwa no dice nada. Camina lento para no batir al Omega y que lo vomite de nuevo. Precauciones que incluso con el cerebro lavado puede permitirse.

—Si viniste por mi... —balbucea nuevamente. Está con la cara menos rojiza que hace un rato, pero sigue estando borracho.

—Te dije que te iba a arrastrar si era necesario. No me voy a ir de aquí sin ti—informa con voz tenue. Wooyoung, para sorpresa de San, extiende los labios en un gesto deforme y unas lágrimas se le escapan—. Woo-

—N-no tengo nada... solo a ti...

San no logra sonreír ¿Cómo se hace? No se acuerda. Tampoco es buen momento. Se limita a dar un apretón a la mano de Wooyoung para hacer notar la correspondencia a su sentir. Seonghwa frunce las cejas. Sin comprender que están diciendo. Que están sintiendo. Que es todo eso. Es tan...

— ¿Qué los hizo cambiar de opinión? A ti y a Hongjoong. —pregunta de repente, notando lo pensativo que queda el Alpha. Sacude la cabeza.

—Desde siempre... hemos querido vivir. Él más que yo—admite—. Tan solo... Cuesta hallarlo cuando tienes la cabeza vacía. Olvidas que querías en un principio. Quisiera reencontrarme con mi madre alguna vez, es lo único que aspiraba cuando entré aquí. Poder ser más fuerte que mi padre y liberarla de él.

— ¿De verdad crees que está bien?

—Sí. Debe estarlo. Él era importante. Recuerdo un poco de casa. Era muy buena. Si estas personas siguen bien, seguro que mi madre también lo estará.

A él no le pasa por la mente que su padre puede ser un alto mando, ni siquiera que fue el único que lo llamó por su nombre. Reconociéndolo inmediatamente por saber a qué escuadrón pertenecía y vigilar su progreso. Queriendo saber si estaba muerto o no. Quizá interés básico parental o bien, ansia de estar con algo parecido a su fallecida esposa.

Detalles de los que Seonghwa posiblemente nunca se entere, quien sabe.

—Ustedes son Omegas... ¿No era más fácil morir?

—No.

— ¿Por qué...?

—Los Omegas también tenemos aspiraciones, tenemos mente aparte de sensibilidad. Los Alphas de este país creen que solo tenemos la preocupación de que alguien nos mantenga y copule. No es así de simple—Regaña disgustado, pues Seonghwa parece incrédulo ante lo que dice—. Tenemos fuerza, tenemos mucho que demostrar y solo por saber que soy un Omega, ya no me vas a tomar en serio.

Abre y cierra la boca. La verdad... No. No podría. Ni porque lo intente. Incluso desde antes ha tenido a los Omegas como unas masas inútiles incapaces de hacer nada aparte de llorarle a un Alpha que lo mantenga y cuide. Resulta contradictorio siendo lo que ya ha visto que son ellos dos. Sin embargo, es el torcimiento de la mente hasta un punto casi irreparable.

Donde a pesar de tener la realidad en las narices, cuesta un mundo aceptarla como lo que es. Seonghwa da un bufido. Va a tomar mucho tiempo, pero-

—Siempre es así.

— ¿Qué cosa?

—Que crean que no valemos para otra cosa—Detiene el andar—. Tienes que entender algo.

—No hay tiempo para estarnos deteniendo a hablar. Ya vamos muy lento porque él me va a vomitar encima, cami-

—Intenta algo de lo que has hecho aquí, allá afuera y seré yo quien te mate ¿Entendiste? —Se inclina atrás, entre ofendido por la amenaza y confundido por ella—. Allá afuera no va a haber un Omega para que desahogues, para que lo puedas violar y siendo franco, quien sabe si nadie va a querer acercarse a cualquiera de nosotros porque somos militares.

Abre y cierra la boca, San vuelve a hablar:

—No es tu culpa a este punto, de ninguno de nosotros, pero lo que has hecho a Omega y Betas antes de ir con Hongjoong a lo que sea que hagan ustedes dos—Sacude la mano con desinterés en el tema. El orden y demás le es irrelevante—. Es exactamente la misma mierda que vive tu madre. Si quieres encontrarte con ella, deja de ser un maldito animal y entiende que, aunque te duela, no eres dueño del mundo y ser Omega no hace que te debamos nada.

—Yo no creo que nos deban nada—murmura, caminando un par de pasos por detrás de San—. Solo-

—Solo no crees que esté mal forzar un oral, llenarle a alguien la barriga de semen—Su gesto se vuelve cínico—. En caso de que no lo sepas, esa mierda da un dolor de barriga exactamente igual a estar expuesto a la radiación, pierdes la voz de lo rasposa que te queda la garganta, se te atora en la garganta, se te sale por la nariz y ¿Para qué seguir...?

—Nunca me habían dicho que estuviera mal... Siempre dijeron que a los Omegas eso les hacía feliz por cumplir un papel, aunque dijeran que no. —Relata cohibido.

—La realidad es otra y tal como Omega a un pene de Alpha en este lugar, trágatelo.

Tan crudo como es, como hace falta para que le quepa en la cabeza. Posiblemente sea él quien deba aclarar ese miserable detalle que seguro no ha pasado por la mente de los demás: Que, saliendo de aquí, no tendrán excusas para violar a otros. Que, si están juntos, así se queda sin nadie para aliviar extra o para encender situación, que un olor provocativo se queda en eso y aun así no pueden tocar.

Que estar dañados, no implica que puedan dañar a los demás. Tiene esperanza en que lo van a entender. Seonghwa es alguien de entendimiento rápido y por el momento, luce bastante receptivo a lo que dijo. Pasan por un pasillo metálico donde es posible ver a Wooyoung por el reflejo.

Lo descompuesto que está. Entre despierto y dormido, con la boca entreabierta y a poco de babear. Palpa un poco sus piernas y lleva una mano para verla. Está sangrando, debe tener un desgarro. Lo sujeta mejor y apura le paso para ir a la par de San.

—Al menos tú... No vas a dejarnos a la deriva ¿Verdad?

Es quien más sabe y se declara inútil en comprender tanto sin una guía. Los convirtieron en robots urgidos de una indicación.

—Somos una manada. No podría dejarlos aun si lo quisiera. —Respira con alivio por esa respuesta. Eso es cierto. Si están juntos, estarían bien. Es la única realidad capaz de aceptar irrefutable.


Secret Between Us || WooSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora