13. Pensamientos Repentinos

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Estar todos con la expresión de indiferencia es usual. La misma, repetida en las cincuenta personas que van en el mismo camión apretujadas. San guiña lentamente los ojos y alcanza a girar la cabeza para ver fuera. El cielo tan cobrizo como de costumbre, el entorno árido. Vuelve la cabeza al frente. Floja y caída como la mayoría de los que están ahí. Mira al frente, con Yunho sentado ahí. El más alto de varios.

Es la primera misión grande a la que va a asistir. Sus manos tiemblan ligeramente, su respiración se torna inquieta por momentos y en otros, donde solo piensa que es irrelevante preocuparse, que puede morir así como no y que lo que importa es hacer el trabajo, todo impulso corporal se ve calmado. Más desgarbado en su sitio y siendo apenas resaltante entre todos los demás.

El objetivo de la misión es la toma de un territorio grande. Una ciudad para ser más exactos. Muchos escuadrones desplegados para cumplir con esto ¿Lo malo? ¿La desgracia entera de su existencia? Ellos tienen que ir primero, son la vanguardia. Ya está dicho que los van a recibir disparando hasta la última bala que tengan en sus cartuchos. Que es lo más probable que mueran ellos a otros tantos.

Distingue al escuadrón ON523S.

El escuadrón D126X.

Escuadrón T25T.

Escuadrón E25O

Escuadrón G16T

En fin. Tantos que reconoce y quién sabe si lleguen a final del día. Es un deber que deben cumplir...

¿Por qué debía cumplirlo? A veces su memoria es tan mala que debería ser un crimen. Ah, claro, para tener lo que es nuestro. Todos los que ocupan el camión están en el mismo estado de somnolencia. La desesperanza, falta de emociones, de sensaciones, desconectados de lo que es vivir, pero ¡Al menos tiene un propósito!

Hay que obtener lo que nos quitaron. El cielo que no pueden ver, la comida que no pueden comer, el aire que no pueden respirar. Hay que obtenerlo. Por eso vale la pena hacerse un soldado. Por eso vale la pena lanzarse corriendo el riesgo de un balazo en la cabeza, recibir una bomba, flecha, acido, todo vale la pena porque conseguiremos lo que nos quitaron.

Tal vez esa es la única motivación considerable, porque ¿Morir? Perdió tanto el miedo a morir. Le han amenazado de muerte tantas veces que es irrelevante. Lo mismo con torturarlo, violarlo, resulta tan irrelevante. Se mueve por inercia, actúa como le indican hacerlo. Incluso llega a olvidar lo que lo puso aquí en primer lugar. La razón de fingir que es un Omega viviendo disfrazado de Alpha. Una total indolencia ante su propio existir.

Al menos podrán ver el sol, el cielo azul, eso es lo que importa, recapacita con esperanza de darse ánimo y sin lograrlo en lo más mínimo.

Debido a un bache dan un tumbo terrible con el que Hongjoong se golpea la cabeza con un fierro salido en la camioneta. Está a un par de distancia de San, quien lo mira notando como no hace nada por siquiera limpiarse la sangre que le cae por la cara o dicen algo para quitarlo dado que eso pudo matarlo. Un pensamiento corto aparece en su mente, un instante, como una imagen difusa en medio de la negrura que es su cabeza ante la eliminación de su propio consciente.

¿Realmente somos tan desechables?

¿Realmente los Alphas son desechables?

Los tratan como si no existieran, como si fueran nada, con la única aspiración de subir de rango para que eso cambie así sea un poco.

— ¿Realmente pueden... tirarnos como si nada?

—Sí pueden.

Mira por el rabillo del ojo a Wooyoung, quien le respondió y está en una postura muy similar a la tuya. Por empuje acaba más recostado de este y sin pensárselo mucho simplemente recuesta la cabeza de su hombro, bajo la excusa de estar dormido. Con el sombrero y dado lo pequeños de sus ojos es complicado darse cuenta de si está realmente despierto o dormido. Levantaría cuando sea el momento.

— ¿Eso está bien?

—No importa si lo está. Pueden hacerlo. Para eso estamos.

Hablan en voz muy baja, apenas se oyen con el ruido del camión. Wooyoung suspira muy fuerte, con el tapabocas impidiéndole respirar correctamente y el aire siendo tan pesado que lastima.

—Estaba pensando-

—No lo hagas tanto. Debes tener un balance entre no hacerlo y efectuar el mínimo de tu capacidad pensante ante la necesidad de no matarte por ser un bruto animal.

—Te importa morir.

—Preferiría no hacerlo.

— ¿Por qué?

—Por-

Wooyoung detiene su hablar, permaneciendo callado tanto rato que San tiene la necesidad de volver a reanudar la conversación:

—Quiero que todos sean capaces de ver el sol, conocer el cielo... No merecen vivir en un mundo gris como lo hacen. Como vemos cada mañana y despertar con alerta de bombardeos.

—Es lo único que debemos querer, por eso somos desechables.

— ¿Disculpa?

—Todos pensamos lo mismo, da igual que vayamos a morir, porque hay otro que nos remplace. Somos un grupo, no una persona. No existimos. Ya somos Alphas muertos.

—Alguien me dijo una vez que... mientras nuestro corazón siga latiendo, mientras aun estemos respirando... estamos vivos, a pesar de que todo a nuestro alrededor.

«Jamás te olvides de esto que hay dentro de tu pecho, solo cuando pare, morirás realmente, hasta entonces y aunque te sientas muerto, tienes algo que los cadáveres no y es la capacidad de hacer algo por evitar que ese pequeño órgano deje de bombear sangre. Estamos vivos, San, para bien o para mal, estamos vivos y hay que hacerlo valer aun si duele más que la muerte.»

Jimin fue bastante motivador un día antes de su promoción, posiblemente la segunda ocasión en la que vio más que cinismo en su mirada. Una profunda admiración y esperanza de que pudiera con el mundo abierto dispuesto a matarlo con un tiro entre ceja y ceja. Quizá debió darse cuenta de que si le darían su promoción en ese momento.

— ¿Quién te lo dijo?

—Una persona.

—Las rocas no hablan y tampoco las paredes. Pocas opciones hay más que una persona. —Replica, con deje casi cómico a pesar de su rostro inexpresivo.

—No importa quien haya sido. Creo que tiene razón. Creer que estamos muertos, solo conducirá a que fallemos y no deberíamos darnos esa clase de lujo, no con gente dependiendo de lo que hagamos y querer conseguir la meta que nuestro Alpha tiene.

—Es la primera vez que escucho a un Alpha decir eso tan natural. Incluso Seonghwa que adoraría que Hongjoong lo mee suelta a regañadientes el término.

—Soy especial.

Finalmente llegan a su objetivo. Hay trincheras enormes, gente aguardando el más mínimo rastro de ataque para disparar y ahora ellos que tendrían que lanzarse cual estúpidos suicidas a propiciar el momento para atacar. Supuestamente hay pocos soldados del bando contrario para este momento.

Acomoda su sombrero, con el cabello peinado hacia atrás y que aun si cae no sea una molestia. Toma el arma de asalto que le entregan. Mingi la apoya en su hombro, llevando en los cinturones de sus piernas y cintura sus cuchillos usuales. Yunho similar y Yeosang resalta por tener granadas. Jongho con los guantes de nudillos metálicos. San y Wooyoung apenas tienen algo que los resalte y es guardar pistolas en cada costado de la pierna. Serían al menos dieciséis balas más a las tantas del enorme arma que les ocupa ambas manos.

Van primero que todos los demás, son vanguardia, le seguirá uno más y así sucesivamente hasta inundar todo el terreno. Hongjoong deja ir una risa cínica antes de jugar con el arma, logra que luzca más liviana de lo que realmente es. Como si llevara una bandera.

All eyes on me now—tararea el Alpha de ese escuadrón. Siendo uno de los más bajitos y aun así con más dominancia que todos ellos—. If you still doubt mine. It's too pointless... andando.

Exhala con mucha fuerza, iniciando el avance a aquella zona llena de una densa nube de tierra. Bien, que se le viniera el infierno encima, no va a ser peor.


Secret Between Us || WooSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora