26. Lo que estuvo antes

321 60 17
                                    

— ¿No atacaremos hoy?

—No. Lo haremos mañana por la tarde. Estarán vigilando toda la noche porque los asustamos, deben creer que saldremos en cualquier momento—explica Hongjoong agachándose y retrocediendo—. A pesar del cambio de turno que pueda haber, estarán cansados y cansados tienen peor puntería.

—Me parece un poco... Arriesgado. —Opina Seonghwa antes de levantar la vista. El cielo acaba de tronar y las malas experiencias no hicieron otra cosa que hacerlos tambalear a todos.

Así suena cuando va a haber un bombardeo. Fortuna o no: Es solo el cielo.

—Es la mejor opción que tenemos. El cielo se ve extraño y creo que por lluvia.

—Entonces vamos a mojarnos aquí como unos tontos.

—Tenemos una carpa.

Mingi es el primero en mostrarse disgustado por ello. Una carpa para ocho personas mientras hay lluvia ácida. El aire huele distinto a lo usual, San no considera que sea igual a todas las lluvias que han experimentado. El cielo aquí es menos denso, pudo notar un poco más del sol y casi descubrir una abertura entre las nubes. Por desgracia desapareció muy pronto.

Giran hacia el ruido de arrastre y consiguen a Jongho jalando insistente a un animal más que enorme: Un oso. Yunho sacude los brazos llenos de tierra y sangre. Obviamente lo mató él y las ardillas que cuelgan de una soga en sus hombros deben venir de la misma forma. Jongho suelta a la bestia y Yeosang suelta algunos trozos de madera en la fogata que armaron.

Un pequeño camping. Mingi se dedica a cortar la carne del oso. Gruesos y perfectos filetes que empiezan a cocinar en absoluto silencio y deje aburrido. Wooyoung intenta detenerse en su manía de ver a San y este escucha el crepitar de las llamas.

Sentados todos en círculo comiendo con ligero asco la carne malograda e insípida simplemente surge lo siguiente:

— ¿Cómo acabaron viniendo aquí? —pregunta San—. A mí me sacaron de mi autobús escolar. —Es lo poco que recuerda de antes. No recuerda su ropa, el trayecto, las personas alrededor. Es tan borroso. Como si no existiera. Tarda lo suyo, pero finalmente hablan para responder. Cosa que bien pudo no suceder en ningún momento.

—Mi... Mi familia me tenía escondido bajo la casa—responde Yeosang con dificultad—. No querían que me llevaran al ejercito por miedo a no verme nunca y el entrenamiento. No creían que pudiera resistirlo. Yo me entretenía haciendo ropa para todo, también pintando. Ropa a los perros, que morían tres días después y... cosas así—musita ladean la cabeza—. Me gusta mucho hacer cosas.

Gusta.

Presente.

—Mis padres murieron y me encontraron ahí, me sacaron y me llevaron.

A pesar de que lo dice, la duda queda obvia en sus ojos alumbrados por la flama ¿Realmente murieron nada más?

Sabes que no. Los mataron para llevarte.

—Yo vivía con mi familia, iba al colegio. Un día bombardearon... Decían que había inmigrantes—relata Mingi estirando las piernas—. Teníamos que alejarnos así que nos desplazamos por mucho tiempo... Hasta que llegamos a un convoy, nos tomaron y nos llevaron. Mis padres... Consiguieron casa, supongo. —Acaba en un balbuceo entrecerrando los ojos.

No es así, los pusieron en una línea y los fusilaron mientras tu gritabas que no lo hicieran. Tienes una cicatriz por intentar entremeterte en esa balacera.

Jongho pone una nueva tira de carne para que se cocine y el silencio reina un tiempo corto.

—Mis padres murieron por la radiación—dice Hongjoong con suavidad—. Un día simplemente explotaron, me tuve que ir para que no pasara lo mismo conmigo. Viaje mucho hasta llegar a un espacio más limpio. No había agua suficiente, no había comida suficiente... No había nada... compartí cama con un niño que se murió de hambre—Levanta la cabeza—. Luego nos lo comimos.

Secret Between Us || WooSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora