24. Cuidado Mutuo

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—El General Jimin llamó a San hace un buen rato y no ha regresado ¿Qué crees que puede ser?

—Ver que aun funcione posiblemente. —responde Hongjoong sin prestar demasiada atención al cuestionamiento de Seonghwa antes de arquearse nuevamente y vomitar. Inhala y exhala, totalmente mareado y afectado. Pasó una nueva nube de radiación por corrientes de aire y bien.

Él estaba afuera, lo golpearon de lleno sin que pudiera evitarlo. Algunos incluso murieron en el acto por ello. Que esté vivo es casi un milagro. Seonghwa se aproxima y le da palmadas en la espalda en la espera de que termine de soltar su desayuno, almuerzo y la cena que aún no comen. Parece estarse vaciando ahí.

—Iré a traerte agua. —informa. Hongjoong sacude la mano y vuelve a vomitar. Seonghwa lo mira un instante antes de salir del baño. A este paso va a volver a vomitar sangre.

Tiene algo roto, no sabe qué, pero de hace un corto tiempo para acá vomita sangre o le sangra la nariz de repente. Cáncer de algún tipo tal vez... aunque aún no se le cae el cabello. Sirve el agua en el vaso y la mira lánguidamente. Está con una coloración amarillenta. Sucia, como siempre. Decide mejor hervirla así tarde más tiempo en ello.

No importa, Hongjoong resistirá todo si lo sigue ayudando. Es lo único que puede resultar relevante para él. Así como confundirlo a más no poder. Apaga el fuego, habiendo hervido. Restriega su rostro con ambas manos. Otros han vomitado sangre y no se han muerto. Quizá solo deba aprovechar este tiempo sin misiones ni esfuerzo y estará bien.

No hay por qué cundir el pánico.

Vierte el agua en el vaso. Ahora se ve limpia, claro, pero sigue caliente como el demonio. Busca en el refrigerador que tiene a ver si encuentra algo con que enfriarlo y consigue las docenas de bolsas congeladas con agua dentro. Mingi las pone ahí con la intención de ponerlas en su espalda para ir a dormir, pues así se le desmontan los músculos.

Quitarle un par no va a matarlo. Para cuando llega al baño Hongjoong toma el vaso y lo toma sin siquiera verlo. Tan solo fijado al frente y un atisbo de risa se escapa por sus labios.

—Tanto problema por un vaso de agua.

—Es para evitar que tengas un parasito.

—Que Beta tan considerado que me gasto.

~ * * * ~

—A este paso vas a quedarte sin dedos y lamento informarte que aun necesitamos que los tengas.

Yeosang no dice nada al respecto. Jongho toma una camisa blanca y la envuelve en torno a las manos temblorosas de Yeosang. Se agitan y retuercen tanto que debe aplicar fuerza para mantenerlas quietas. Jongho lleva su mirada de la tela que se ensucia de sangre hacia el rostro del otro soldado, quien parece dormitado.

—Se está poniendo peor.

—De todos modos quería hacerlo.

—No necesitas hacerlo.

—Quería hacerlo.

—Yeo-

—Tú me leíste las instrucciones y yo quería hacerlo.

Sus manos finalmente quedan quietas y Jongho puede recoger lo que cayó al suelo. Lo mueve un poco entre sus manos y e pregunta de dónde Yeosang pudo sacar aguja e hilo o esta tela tan colorida. De color verde y que está lejísimos de cualquier color que puedan ver aquí exceptuando alguna luz. La aguja gotea sangre y bien que le hizo una herida fea al Alpha.

— ¿Qué pretendías hacer?

—Guantes.

— ¿De este color? Te verían a metros de distancia.

—Y tú molerías a golpes a quien me viera—A falta de respuesta puede interpretarse como un —. Además, no me dan guantes que resistan el ácido. Voy a perder las manos y si las pierdo-

—No las vas a perder. Yo verteré el ácido a partir de ahora y se resolvió el problema.

—No puede hacer eso. Te vas a desgastar las manos y las necesitas tanto como yo. Eres quien debe golpear.

—Y tú eres quien hace nuestras bombas.

—Por eso debo aguantar cada posible explosión. Déjame-

—A cada momento se vuelven más seguidos tus temblores y espasmos. A este paso, no podrás conseguir lo que pretendes.

Yeosang baja un poco la cabeza, con sus ojos cansados luciendo como par de saltones glóbulos. Cuando la sangre para de fluir tira a un lado la tela y revuelve su cama hasta sacar algo que hace a Jongho bufar con disgusto. Más bien bochorno y vergüenza de que el otro se lo esté recordando. Yeosang mueve entre sus dedos casi deformes la pequeña figura de madera.

Se trata de un pájaro. Un águila. Yunho una vez entrenó una, pero lejos de hacerle caso a él, le hacía caso a Yeosang. La situación pudo haber sido muy cómica de no tratarse de un momento donde la necesitaban, la acabaron matando y devorando. Por otro lado, Jongho le había hecho esta pequeña figura de apenas diez centímetros que es inexplicablemente exacta al animal.

— ¿Hasta cuándo vas a mantener esa cosa? Creí que te habías desecho de ella.

—Siempre la tengo conmigo. Me recuerda mucho lo que dices a veces.

— ¿Qué?

—"No tengas miedo si no lo has intentado"—Sube la mirada, luciendo especialmente vivo por un instante. Ojos pequeños, pero brillantes en una especie de admiración muda—. Quise hacerlo, quería intentarlo, aun cuando posiblemente iba a romperme un dedo de tanto que me tiemblan las manos.

Jongho exhala con desagrado, tomando asiento frente a Yeosang y devolviendo la tela verde que es más gruesa y debe ser resistente a muchas cosas. Posiblemente a ello viene el empeño del soldado para usarla como guantes.

—Cuando empieces a temblar detente.

—Claro...

Jongho se acuesta y gira para dormir. Yeosang mantiene la figura de águila en sus manos y considera un detalle enormemente curioso en todo esto. El cómo acabaron siendo tan unidos a pesar de que eso no es lo ideal: Ambos son increíblemente buenos en crear cosas.

Jongho no pierde oportunidad para hacer tallados, convertir madera, metal, arcilla, plastilina, lo que sea, en cualquier otra forma. Usualmente la madera. Se le da demasiado bien. Crea figuras tan exactas y perfectas que resulta increíble y hace preguntar de dónde viene lo que plasma siendo que no hay nada ahí.

La realidad es que si lo hay. Un impulso creador enorme. Apenas opacado y ensombrecido por la exigencia de destruir todo a su paso. Ser capaz de aplastar cabezas con tan solo sus manos desnudas. Quebrar columnas, romper costillas y enfrentarse cuerpo a cuerpo a felinos grandes si es que eso lo amerita la misión. Es alguien que debe matar.

Y aun así anhela crear.

Nadie lo sabe.

Solo Yeosang.

Y en viceversa, solo Jongho sabe que Yeosang es muy bueno haciendo ropa. Que le gusta combinar colores. Que hay un ansia enorme por ello, que sea tela suelta y que revolotee al viento. Son detalles minúsculos y sobreramente extraños, pero al mismo tiempo, tienen su razón de ser. Hay un trasfondo en ello aun no dicho.

Porque se supone que hace mucho lo debieron haber tirado. Se supone que ya no existe dicho anhelo. Están rompiendo las reglas con ello y eso implicaría la muerte antes de acercarse finalmente al objetivo que ellos individualmente desean.

¿Son individuales? Resulta tan extraño considerarse de esa manera. Se supone que no lo son. Que no lo deben aspirar y aun así lo hace. Se acuesta en la cama nuevamente y mira sus manos. Manos horribles que quisiera que sean capaces de crear algo más allá de bombas que destruyen todo a su paso.

Ser personas apagadas porque los convirtieron en lo apuesto a su brillo. Uno que quizá no recuperen nunca. Pues ni siquiera pueden soñarlo.

Secret Between Us || WooSanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora