"Juicio"

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Lunes, 10:08

-De verdad, necesito que el juicio.- Pidió María intentando no mostrar su desesperación.

-¿Y por qué deberíamos hacer eso?-

-Porque sino encerraréis a un hombre inocente.- Dijo mirando al hombre al que le hablaba.

Elevó una ceja.- ¿Qué ofreces?-

-Deme tiempo. Puedo conseguir pruebas firmes de que mi cliente no es el culpable, pero necesito tiempo.-

-¿Cuánto querría?-

-72 horas.-

-Tiene 48 horas. Sino el juicio será el miércoles por la mañana.-

Sonrió agradecida.- Muchas gracias, señor.-

-Ahora márchese.-

Ella le hizo caso sin decir palabra.





-Enserio, muchas gracias por venir. Realmente necesitaba ver a alguien por aquí.-

Samantha asintió sin decir nada.

-No es nada. En estos momentos tenemos que estar unidos.- Comentó Flavio. Luego se llevó la taza a la boca.

-Ah, y gracias por venir. Supongo que esto es más difícil para ti que para mí.- Dijo Julio.

-No lo sé, creo que simplemente el dolor es distinto.-

-Sí, quizás tienes razón.-

Un ambiente incómodo se formó cuando los tres callaron. Samantha lo rompió.

-Disculpa, Julio, ¿Podría ir al baño?-

-Chica, esas cosas ni se preguntan.-

Ella asintió y se fue con prisa.

No era la primera vez que estaba allí, así que se dirigió directamente a la habitación.

Empezó a rebuscar tratando de no desordenar demasiado y no hacer ruido. Soltó un suspiro al no encontrar lo que buscaba. Decidió que lo mejor sería llamar a su compañera.

-Hey, ¿Qué pasa?¿Ya lo tienes?-

-¡No lo encuentro!- Susurró en un tono alto. Se le notaba la frustración.- Estoy en la habitación de ellos y no hay ningún móvil.-

-Vale, lo primero es que te tranquilices, así no conseguirás nada.- Samantha suspiró.

-Está bien, ¿Y ahora qué?-

-No sé, podrías probar a llamarla.- Propuso.- ¿Tienes su número?-

-Sí, creo que si.-

-Con un poco de suerte lo tendrá encendido. Luego me cuentas.- Colgó sin darle tiempo a responder.

No perdió tiempo y siguió la indicación.

Oyó como algo vibraba cerca. Empezó a rebuscar durante unos minutos, teniendo que volver a llamar. Finalmente logró encontrarlo.

-No me lo puedo creer.- Dijo Samantha para si misma.- Este tío es un cerdo.-

Salió rápidamente y se dirigió hasta donde estaban los otros dos. Le dirigió una falsa sonrisa a Julio.

-¿Estás bien, Samantha? Has tardado mucho.- Flavio, quién no sabía la verdadera de la visita, se preocupó por su amiga.

-La verdad es que no.- Mintió.

-Yo... No es por ser grosero, pero creo que lo mejor es que te lleve a tu casa.- Dijo mirando a Julio.

-Oh, no os preocupéis, lo entiendo. Gracias por venir, espero volver a veros pronto.-

Y aunque Samantha tenía ganas de gritarle todo tipo de groserías, se lo guardó.

-Por supuesto.-

Pronto estuvieron en la calle.

-Oye, ¿Te duele algo?¿Estás mareada o algo así? Te puedo llevar al médico.- Propuso Flavio nada más salieron del edificio.

Ella lo paró rápidamente.- Tranquilo, no es para tanto. De hecho, puedo ir yo sola a casa.- Dijo empujándolo.

-¿Estás segura?-

-Eva se preocupará si no vuelves.-

-Pero...-

-Anda, no seas tonto y ve.-

-Eh... Está bien. ¿Hasta mañana?-

-Sí, quizás.-

Luego Samantha dudó entre si llamar a María o no, decidió que lo mejor sería hacerlo cuando llegase a casa, para tener más privacidad.

-¿Has conseguido que retrasen el juicio?-

-Tenemos menos de cuarentenayocho horas. Dime qué tienes el maldito móvil.-

-Sí, lo tengo. Estoy en mi casa, te paso la dirección y vienes ahora. Lo iré revisando.-

-Esperemos que no haya robado nada. Nos vemos ahora.- Colgó.

Mientras ella venía empezó a revisar el móvil de Beatriz, empezando por conversaciones que se pudieran ver extrañas. No encontró nada raro allí. Luego revisó las fotos, dándose cuenta que había muy pocas, probablemente habían sido borradas.

Suspiró frustrada. Ese móvil no tenía nada.

En ese momento sonó el timbre y se sintió aliviada de tener compañía al fin.

"Quererte Hasta El Final"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora