"Niño"

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Lunes,  16:47

Hugo hizo una mueca al encontrarse con Flavio llorando en la habitación. Llevaba todo el día igual, sin comer, sin hablar, sin nadie... Siempre decía que quería estar solo. Y él lo respetó, entendía que la situación era complicada.

Sin embargo, estaba realmente preocupado, y no pensaba dejarlo solo ni un segundo más. En situaciones así necesitas a alguien que te sostenga, y ese era él.

Se armó de valor y se acercó hacia la cama. Él estaba estirado, un poco acurrucado y tapado casi entero.

Se sentó a su lado y lentamente le acarició el hombro, sintiendo como el menor se tensaba. Cuando lo notó un poco más cómodo siguió pasando su mano por la espalda, cuello, hombros, brazo... Notaba como Flavio se relajaba con cada caricia. Cuando terminó se metió dentro de las sábanas y lo abrazó por detrás. Oyó como volvía a llorar.

-Sé que es una situación difícil, pero no puedo dejar que te encierres.- Murmuró mientras le acariciaba el pelo.- Se trata de alguien muy importante para ti, y lo sé, pero no por eso voy a dejar que pases un día entero sin comer ni dormir.-

Flavio se dio la vuelta para poder mirarle a los ojos.

-Sí he dormido.- Murmuró.

-No mientas, no lo has hecho.- Acarició su mejilla.- Además, tienes hambre, tú estómago es muy poco discreto.- Le dio un golpoecito juguetón en el estómago.

-Estoy bien.- Mintió apartando su mano.

-No lo estás, y me toca cuidarte aún cuando no quieras. Lo necesitas.- Le dio un tierno beso en la nariz, eso le sacó a Flavio una leve sonrisa.- ¿Lo ves? Así estás mejor. Ojalá poder sacarte una sonrisa siempre, haces magia con ella.-

Flavio se tapó hasta la nariz para que el mayor no viese su sonrojo. Se rió al notarlo.

-Bueno, voy a prepararte algo para que comas. No tardes mucho.-

-No quemes la cocina.-

Hugo puso una mano en su pecho, indignado.

-¿Qué? No soy tan malo.- Flavio elevó una ceja.- Eso solo pasó una vez. Una.-

Quince minutos después estaba en la mesa del comedor, esperando a que Hugo viniese.

El rubio lo analizó sin que lo notase. Aún se le veía cansado, con los ojos hinchados, el pelo hecho un desastre y lágrimas secas por su cara. Pero como mínimo no estaba encerrado en la habitación.

Se acercó hasta él, sorprendiéndole con un beso en la mejilla. Luego le dejó el plato en la mesa.

-¿Qué es esto?- Preguntó con una ceja alzada.

-Tortitas.-

Hizo una mueca mirando el color de la comida.- ¿Estás seguro?-

-El sabor es lo importante. Además, ¿Qué no confías en mí?- Preguntó con una mirada acusadora.

-No es eso... Pero esto...-

-Mira que eres tontico.- Empezó a llenarle la cara con besos, y aunque intentara no hacerlo, Flavio no puso evitar soltar pequeñas risitas.

-Hugo, para.- Le apartó antes de que el otro volviese a la carga.

Con una sonrisa boba cogió el tenedor.- Vamos, Fla. Necesitas comer algo.- Le acercó un trozo de tortita a la boca.

-Sé comer sólo.-

-Pues no lo has estado haciendo muy bien.- Sonrió al ver la mirada malhumorada de su novio.- Abre la boca. De esta manera es mucho más romántico.- Le guiñó un ojo.

Flavio suspiró, pero le hizo caso y pronto notó el sabor de la tortita.

-No está tan mal.-

-Te lo dije. ¿Sabes? Esto sería mucho más romántico si no tuvieras ese rostro de mal humor.- Se burló.

-Eso es porque me tratas como a un niño.-

-No, te trato con cariño y amor.- Flavio rodó los ojos.

De repente alguien llamó a la puerta.

-¿Flavio Fernández y Hugo Cobo?- Preguntó una voz tras la puerta. Esa era una voz que ya conocían.

-¡Voy!- Dijo Flavio levantándose, a Hugo no le dio tiempo a reprochárselo.

-Inspectora, ¿Qué pasa?-

-Aparta.- Ella y un par de policías más se abrieron paso hasta llegar al comedor.

Dos apuntaron al rubio con una pistola, él levantó sus brazos y se puso de rodillas, como le indicaron. Después, Noemí le puso las esposas.

-¿Es esta?- Preguntó otro policía cogiendo la guitarra de Hugo.

-Sí.-

-Hugo Cobo, queda detenido por el asesinato de Beatriz Fernández.-

"Quererte Hasta El Final"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora