"¿Quieres?"

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Eva y Samantha estaban cenando en su apartamento. Era una cena normal y tranquila, a excepción de que Eva se encontraba nerviosa. Era obvio que Samantha se daría cuenta.

Dejó su tenedor en plato.- ¿Estás bien?-

Dio un pequeño brinco.- ¿Eh...?¡Ah! Sí... Por supuesto, claro que sí. Estoy mejor que nunca, ¿Por qué?-

Samantha elevó una ceja analizándola.- Está bien, pero te recuerdo que puedes decirme cualquier problema que tengas.-

Eva asintió con la cabeza pero no dijo nada.

Siguieron comiendo tranquilamente durante cinco minutos. Luego Eva dejo los cubiertos y se puso a hablar, probablemente para contarle el supuesto problema que tenía.

-Vale, lo siento, pero no aguanto más.- Declaró.- Tengo que contarte esto ya.-

-Tranquila, cuéntame lo que tú quieras, cariño.-

Ella tragó saliva antes de hablar.- Mira, Sam... Te conozco de hace bastantes años y se que esto te hubiera gustado que fuese mucho mas especial.- La rubia ahora estaba confundida.- Quizás te hubiera gustado en un restaurante caro, o una cita super impresionante... Y lo siento porque yo no puedo darte eso. Al menos no ahora.-

-¿A qué te refieres?-

-Lo que digo, es que hace mucho que nos conocemos. Hemos pasado por muchísimas cosas y aún así seguimos juntas afrontándolo todo.- Samantha asintió.- Y creo que sí hemos podido superar lo que ya hemos superado... Nosotras podemos afrontar cualquier cosa. Y es por eso que me gustaría que diésemos juntas el siguiente paso en una relación.-

La cara de Samantha era un cuadro absoluto, no entendía nada.- ¿El siguiente paso?¿Cuál es el siguiente paso?-

-El siguiente paso es este... Tú decides si quieres darlo o no.- Observó como sacaba algo de su bolsillo.- ¿Samantha Gilabert, quieres casarte conmigo?-





-¿Os vais a casar?- Preguntó Hugo en un tono de voz demasiado alto, como siempre.

-Sí, eso he dicho.-

-¿Y como ha sido?- Preguntó Hugo emocionado.

Él y Flavio estaban en su piso cuando Samantha entró para darles la noticia. Por raro que sonase, Samantha y Eva tenían llaves del piso de Hugo y Flavio y viceversa.

Samantha había querido ir juntas, pero Eva había insistido en que ella tenía que ir con Anne y Anajú, sino después la matarían por no ser las primeras.

-¿Se lo has pedido tú?- Preguntó Flavio tranquilamente.

-No, ella.- Dijo mirando su anillo.- Ha sido hace nada. Estábamos cenando en casa, como cualquier otro día. Yo la notaba nerviosa y se lo dije, después me dio un discurso super bonito y aquí estamos. No ha sido nada muy especial a simple vista, pero para mí ha sido perfecto.-

-¿Y qué te ha dicho? Quiero decir, en el discurso.-

-Lo siento, Hugo, pero eso queda para la intimidad.-

El rubio hizo un puchero que Flavio no tardó en besar.

-¡Oye! Entiendo que seáis novios, pero estábamos hablando de algo.- Dijo con falsa molestia, pues en realidad no le importaba.

-Pero... ¿Es que tú le has visto? No es culpa mía, dan ganas de besarlo.- Explicó Flavio.

-Ya, bueno, creo que eso no es algo que me interese.-

-¡Cierto!¿A ver el anillo?- Pidió Hugo.

Samantha se lo acercó. Él rió.- ¿De que te ríes, idiota?-

-Desde que te conozco pensé que si te pedían matrimonio sería con una anillo dorado y con una piedra mas grande que tu cabeza.-

Samantha rodó los ojos.- Sí, tal vez eso me hubiese gustado. Pero ahora mismo no tenemos tanto dinero, y mucho menos después que dejamos el trabajo durante tres semanas para sacarte del lío ese del asesino.- Miró el anillo.

Era sencillo, de plata, no muy grande y sin muchos detalles... Pero era perfecto para ella.

-Además, como le dije a Eva, mi prometida.- Sonrió.- Si es con ella no me importa como nos casemos con tal de hacerlo. Si hace falta me caso con ella sin anillos.-

-Oh... Qué cuqui.- Dijo Hugo por lo cursi que eso había sonado.

-¿Cuando os casaréis?- Preguntó Flavio.

-Aún no lo sabemos, pero espero que pronto. Si no los nervios me consumirán por dentro.- Admitió.

"Quererte Hasta El Final"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora