Cuando Flavio llegó a su casa y notó que Hugo estaba duchándose, pensó en la posibilidad de gastarle una broma, como cuando estaban saliendo. Sin embargo pensó que no era el mejor momento para hacerlo, así que simplemente se estiró al revés en el sofá, dejando sus piernas estiradas hacia arriba.Cuando Hugo salió y lo vio allí se preocupó. Durante esos días no solía venir tan pronto. Se puso rápidamente una camiseta y se acercó, posicionándose detrás del sofá pero al lado derecho de las piernas de su exnovio.
-¿Cuánto llevas ahí?- Su voz sobresaltó un poco a Flavio, pero no lo suficiente como para que se notase.
-Unos... Diez minutos.- Contestó mirando su reloj.
-Deberías ponerte bien, se te va a subir la sangre a la cabeza.-
-Estoy bien.-
Hugo pasó por encima del sofá y se sentó a su lado, pero bien sentado.
-¿Por qué has vuelto tan pronto?-
-No tenemos más pistas, lo único que podemos hacer es esperar, así que nos han mandado a casa.- Bufó.
-Genial, entonces. Más tiempo para que estés conmigo.- Flavio no le contestó, ni siquiera le miró al decir eso.- ¿Qué pasa?¿No quieres estar conmigo, o qué?-
-Solo me gustaría resolver este puto caso ya.- Hugo hizo una mueca ante la mala palabra, pues no eran muchas las veces en que Flavio las usaba.- Quiero que el cabrón que ha hecho esto tenga lo que se merece. Hay que hacer justicia, por vosotros. Ese hombre ha matado a mi hermana y te ha metido en una horrible situación, por ello te he perdido como novio. Solo quiero que condenen a ese hijo de pu- Hugo lo calló poniéndole una mano en la boca.
-Creo que ya has dicho suficientes palabrotas para ser tú.- Explicó al ver la mirada que le dirigía a Flavio.- Además, ¿Te tengo que recordar que tú no eres poli?- Iba a contestarle, pero no le dejó.- Tú no puedes hacer justicia, y te estás poniendo en peligro. No quiero que te pase nada, ¿Lo entiendes?-
-¿Por qué te importa? Después de todo, ya no somos pareja.-
-¡Ni se te ocurra siquiera pensar eso! Qué no seas mi pareja no significa que no me importes, me preocupo mucho por ti.-
-Vale, lo siento... Tienes razón, he dicho una idiotez.-
-Ni que lo digas...- Empezó a acariciarle el pelo.- ¿Seguro que no quieres sentarte bien?- Flavio solo rió en respuesta.
Se quedaron un rato callados, y aunque las caricias de Hugo si le gustaban, no podía evitar pensar en todo lo que sucedía. Y esa tensión la notó rápidamente Hugo.
-¿Estás pensando en eso?-
-¿Y como no hacerlo?¡Hay un asesino suelto!¡Está en nuestras manos y no estamos haciendo nada!-
-En tus manos no está nada más que cuidarte. Y para eso tienes que descansar, así que no pienses en ello. Tienes que desconectar, aunque sea solamente por unos minutos.-
-Lo siento...- Dijo decaído.- Pero es que me es imposible.- Se quejó estirando de su pelo. Hugo apartó su mano.
-Entonces tendré que ayudarte yo.- Declaró mostrando una sonrisa emocionada.- A ver... ¿Quieres ver una peli? Puedo hacer palomitas.- Propuso.
-¡Más películas no, por favor! Hicimos un maratón ayer por la noche.- Explicó.
-Tampoco fueron tantas...-
-Además, seguro quemarás las palomitas.-
Se cruzó de brazos indignados.- ¿Y tú qué sabes? Si sé hacer palomitas.-
-Está mañana has quemado tu tostada.- Explicó.
Hugo se sonrojó levemente.- Cállate. ¿Ajedrez?-
-Tú no sabes jugar.- Puntualizó.
-Pues me enseñas.-
Flavio rodó los ojos y se estiró dejando los brazos hacia atrás, tocando el suelo.
-¿Por qué no duermes un rato? Últimamente no has estado durmiendo mucho.-
-¿Y tú qué sabes?-
-No has roncado.- Explicó. Flavio asintió y dejó de mirarle.
-No tengo sueño.-
-¡Es que no quieres hacer nada!¿No hay na' que quieras hacer o que te alegre un poco?- Dijo frustrado.
Elevó una ceja en su dirección.- No.- Volvió a mirar al suelo.
Después de unos minutos a Hugo se le ocurrió una idea.
-Ya sé lo que te sacará de este estado tan deplorable.- Flavio no lo miró, solo esperó a que se explicara.
Pero eso nunca llegó. En cambio, sintió como las manos de Hugo se clavaban en sus costados haciéndole cosquillas. No le dio tiempo a reaccionar, solo empezó a reír y a removerse histéricamente.
-¡Hugo!¡No hagas eso!- Pidió entre risas. Por mientras, intentaba apartar las manos del rubio.
En un mal movimiento cayó al suelo librándose de las cosquillas. Hugo se quedó mirándolo con una sonrisa boba.
-¿Por qué has hecho eso?- Preguntó levantándose.
-Porque me encanta oírte reír. Ahora, ves a la mesa.- Le ordenó.- Me vas a enseñar a jugar al ajedrez.- Le dio un beso en la mejilla.
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"Quererte Hasta El Final"
FanfictionUn sorprendente acontecimiento hará que la confianza entre los cuatro se ponga en duda. Ahora les tocará llegar hasta el fondo del problema, aún cuando eso signifique no seguir juntos. ~La segunda parte de "Pareja Perfecta"~