Al día siguiente, los golpes en la puerta despertaron a Xayah. Se desperezó y se levantó para abrir, esperando encontrarse con Rakan.
- Buenos días, Xayah - Era Soraka, que hablaba con una sonrisa en los labios - He venido por ti, Karma espera en su habitación.
- Huhh buenos días... Voy de inmediato.
Soraka hizo una reverencia y se retiró, mientras la vastaya se daba una ducha y se vestía. Se preguntó donde estaría Rakan y si dejarle una nota en caso de que llegara a buscarla y ella no estuviera, pero al final decidió por dejar una pluma y se dispuso a salir del cuarto. Apenas abrió la puerta se topó con Rakan, que traía consigo una bolsa con pastelitos dorados.
- Hey, buenos días.
- Buenos días, Rakan. - su cara se había vuelto roja, lo que causó gracia al vastaya.
- Pensaba despertarte con algunos dulces... ¿dónde vas?
- Karma me invoca.
- Oh... - tomó su mano - entonces supongo que te veré en el almuerzo.
Xayah jugueteaba con los dedos de Rakan, sin mirarlo a los ojos.
- De hecho, podrías acompañarme... si quieres claro, creo que Karma y Soraka tramaban algo sobre arreglarme de incógnito para la reunión. Siempre puedes reírte de su estilo.
Los ojos de Rakan brillaron; el era el estilo en persona. Pasó una mano por el cuello de Xayah y besó su frente.
- Será un honor. ¿Vamos?
Caminaron de la mano y comiendo pastelitos hasta la habitación de Karma. Esta esperaba afuera y se sorprendió al verlos llegar tan unidos, sintiéndose dichosa al ver a su amiga feliz. Xayah intentó soltarse cuando vio que Karma los miraba, pero Rakan la sujetó con fuerza y la hizo sonrojar. Karma rió viendo a la vastaya roja y totalmente vulnerable.
- ¡Esto si es nuevo! No sabía que quisieras ser una fresa, Xayah.
Ella solo la fulminó con la mirada, como queriendo decirle telepáticamente que la mataría más tarde.
- Buenos días duquesa, espero mi presencia no sea inconveniente.
- Para nada, Rakan. ¡De hecho me da una gran idea! - se volteó a ver a Soraka e Ila dentro de la habitación - Ila, ¿podrías buscar algo para Rakan también?
La pequeña asintió, y ambos vastaya entraron a la habitación, sentándose en el suelo frente a Soraka.
- Bueno, Xayah. Se que entiendes que debemos mantener tu identidad tan discreta como sea posible. Hemos pedido algunos uniformes, pero también sería bueno si cambias el color de tu cabello y capa.
- Humm entiendo.
Karma la agarró de un brazo y la metió a una especie de clóset con un gran espejo.
- ¡Bien cariño! Nada de rosado por hoy.
Le alcanzó un traje azul completo y un vestido del mismo color, con ondas oscuras y otras blancas.
- Ponte esto. Lo pedí especialmente para ti.
Dicho esto salió mascullando algo sobre unas botas, y volvió a entrar portando algunas piezas de armadura y unas botas altas.
- Estas piezas son solo para las formalidades, son muy livianas.
- Si tu lo dices. ¿Esperas que cambie mis colores a esto?
- Básicamente. Aunque blanco o negro también son buenas opciones.
- Entiendo.
Se sentó en el suelo concentrando su magia en su cabello y plumas, cambiándolas a colores blanco y celeste.
- Excelente. Ahora ponte esto - le arrojó las ropas y las botas encima - Te ayudaré.
Entre forcejeos, reclamos y risas, Xayah logró vestirse y con ayuda de Karma, ajustó las piezas de armadura.
- ¡Listo cariño! Ahora fuera, debo cambiarme.
Y la empujó fuera del clóset. Salió al cuarto maldiciendo, y se paró en seco al ver a Rakan observándola con la boca abierta. También vestía de azul y había cambiado sus colores para ir a juego. Soraka lo tomó del mentón para girar su cabeza y cerrarle la boca. Xayah se sonrojó y se sentó en la cama, ajustándose las botas ante la atenta mirada de Rakan. Notó que su pelo era negro, pero fiel a su estilo había dejado un gran mechón azul.
Pronto apareció Karma, vistiendo un glorioso traje rojo. Parecía divertida viendo a los vastaya.
- ¡Que bellos se ven!
Xayah le arrojó una almohada.
- Oh, cariño. Los ojos y las marcas.
La vastaya suspiró y volvió a concentrar su magia hasta que todos sus rasgos fueran azules o celestes, pero sus ojos conservaban un toque violáceo.
- ¿Así está bien, Su Alteza? - dijo con sarcasmo.
- Hm no lo sé - tomó a Xayah de la mano y la obligó a levantarse y girar - ¿tu qué dices Rakan?
Él de nuevo tenía la boca abierta. Karma, Soraka e Ila rieron mientras Xayah se sonrojaba aún más. Pronto los cinco salieron camino a la entrada del palacio. El almuerzo sería en el Placidium, así que Karma y Soraka subieron a un carruaje mientras Rakan y Xayah montaban un par de caballos blancos. Ellos serían sus escoltas, mientras Kai conducía el carruaje.
Tardaron cerca de dos horas en llegar, y ambos vastaya se dirigieron a dar de beber a los caballos antes de unirse al grupo.
- Te ves hermosa.
- Podría decir lo mismo de ti.
Rakan sonrió, era primera vez que Xayah le decía un cumplido. La tomó de la mano y corrió hasta detrás de un grueso árbol, donde se detuvo y se volteó.
- ¿Que sucede? - preguntó Xayah.
Rakan se acercó y la besó en respuesta. Se quedaron así un buen rato, ocultos de los curiosos. Al separarse ambos sonreían y juntaron sus frentes.
- Será mejor que vayamos antes que se haga tarde, Rakan.
- Lo sé. Hoy estará mi madre. - sonrió - me gustaría presentarlas, si quieres.
- Huhhh - aquello la había puesto nerviosa - pero, ¿qué le dirás?
- Pues... quisiera decirle que eres mi pareja, así que... ¿Quieres ser mi novia, Xayah? - preguntó ofreciéndole una flor blanca.
Eso la tomó por sorpresa. Bajó la mirada pensativa, mientras Rakan le besaba la frente. Sabía que no la presionaría si decía que no, pero ya no tenía caso seguir negando sus emociones. Tomó la flor y lo miró a los ojos, acercándose para besarlo.
- Si que quiero... - murmuró contra sus labios, sintiendo como estos formaban una sonrisa antes de volver a besarla.
Pronto caminaron al Placidium tomados de las manos, pero se soltaron al entrar para evitar cuestionamientos sobre formalidad. Vieron a Ahri que los esperaba junto a Lou.
- ¡Lou! ¡Me alegra verte bien!
Exclamó Rakan, dando un abrazo a su antiguo compañero.
- Lo mismo digo, ¡ha pasado bastante desde la última vez que te vi!
- Así es. ¿Has venido con Madre?
- Si, Maia está con Karma. La verás pronto.
Aquello alegró el corazón de Rakan, y miró a Xayah para dedicarle una sonrisa, que respondió suavemente.
- Rakan, tu y Lou están asignados junto a su tribu para el almuerzo, pueden ir a buscar sus asientos. - ambos se miraron y partieron, Rakan dedicó una última mirada a Xayah y se fue. Ahri continuó - Lo siento, Xayah. Tendrás que sentarte conmigo y Sett. Karma no quiere dirigir atención hacia ti ubicándote cerca de ella.
- Entiendo. - A pesar de las disculpas anteriores que había recibido de Ahri, aún quería matarla.
Caminaron al salón, donde había muchas mesas largas, todas cubiertas de gran variedad de comidas de todas las regiones en abundancia. Una vez que todos estuvieron sentados, Karma entró en el salón y saludó, dando inicio al almuerzo. Estaba sentada junto a Kai y Soraka, ambos vestidos de blanco y dorado para la ocasión, lo que destacaba el rojo que vestía Karma. "Perra presumida" río Xayah en su interior, y luego buscó a Rakan con la mirada. Estaba unas mesas a su derecha, conversando animadamente con una mujer mayor, rubia y con una capa de plumas anaranjada. "Esa debe ser su madre". Las voces de Ahri y Sett la sacaron de su mente.
- ¡Dame ese pollo!
- ¡Compórtate, Sett! Ya has comido suficiente, ¡deja algo para los demás!
- ¡Pero nunca comemos pollo!
Sett parecía un niño malcriado, y Ahri una madre o hermana mayor muy exaltada. Y ella estaba atrapada entre ambos. Se dio cuenta de que todos miraban hacia ellos, observando la riña entre Ahri y Sett, apostando si se arrojarían comida o no. Karma se reía junto a Soraka, pero Kai estaba serio y pronto se levantó a ver qué estaba pasando. "Bien, ahora todos saben que estamos aquí. Cuanta discreción" pensaba Xayah, viendo como Kai pedía más pollo para Sett, quien comía gustoso, y se paraba detrás de Ahri, con un aura oscura que transmitía claramente un mensaje "Compórtate". Rió y siguió comiendo, mientras la pelinegra se había quedado tranquila y con las orejas abajo.
El resto del almuerzo transcurrió sin incidentes, y pronto todos salieron al patio. La reunión sería al atardecer, presidida por Karma y Soraka, y sólo estarían presentes los líderes y un delegado por tribu, además de Xayah, Sett y un miembro de la Orden Kinkou. Para pasar el rato, todos paseaban por los amplios jardines y conversaban animadamente. Rakan buscó a Xayah, y la guió hasta donde estaba su gente, sentados bajo la sombra de un cerezo. La madre de Rakan la miró con seriedad cuando llegaron y se puso de pie para saludar.
- Xayah, ella es mi madre, Maia, matriarca de la tribu. - Maia se inclinó - Madre, ella es mi novia, Xayah.
Xayah inclinó la cabeza a modo de saludo.
- Gusto en conocerla.
- ¿Tu eres la chica que estaba sellada cerca de aquí? ¿La asesina?
La pregunta sorprendió a Xayah. Rakan quiso intervenir, pero su madre lo detuvo con una mano.
- Si. Soy el asesino al que se le atribuye la masacre de su tribu. - respondió firme Xayah. Maia frunció el ceño.
- Eso pense. - se acercó a Xayah y la abrazó, sorprendiendo a la pareja. - Gracias por salvar a mi hijo. Estoy en deuda contigo.
Xayah no dijo nada ni se movió, fue Rakan quien rompió el silencio.
- Pero... ¿cómo sabes..?
- Karma me contó todo, crío. - soltó a Xayah y tomó sus manos - Me contó sobre el ataque de Zed y cómo esta chica arriesgó su vida para defenderlos a todos, aún cuando no era su obligación. También cómo recibió el ataque de Syndra que iba hacia ti. - nadie dijo nada. Maia miró a Xayah. - Más importante, querida, me mostró parte de lo que ocurrió hace años. Como Matriarca de la tribu, y como Fénix - se arrodilló - te agradezco de todo corazón todo lo que has hecho por nosotros. Puedes contar con nuestra tribu como si fuera tuya, Xayah.
Agachó la cabeza, y Rakan y los demás que estaban ahí, incluido Lou, se arrodillaron para presentar sus respetos a Xayah, mostrándose dispuestos a luchar junto a ella cuando fuera necesario. La pelirosa estaba sorprendida por aquello, sin saber qué decir. Maia le recordaba a una de las mujeres que la había ayudado en su pelea contra Zed, que había perdido la vida aquel día. Se arrodilló frente a Maia y le habló.
- Gracias. Haré todo lo que esté en mis manos para protegerlos.
Maia levantó la vista - Bueno... con que cuides a mi hijo bastará.
Ambas rieron, y Rakan se alegró con aquel encuentro. Pensaba que su madre podría reprobar a Xayah, pero Karma se había adelantado a sus preocupaciones; "eso explica por qué no vi a mi madre antes del almuerzo".
Se quedaron conversando un buen rato, Maia contaba historias de Rakan y pronto todos reían. Así pasaron la tarde hasta que fue hora de la reunión. Se formaron grupos y cambiaron de turno los guardias. La mayoría se quedaría en los jardines mientras los líderes entraban a la reunión en el Gran Salón. Rakan se coló, sabiendo que Karma no lo expulsaría mientras no abriera la boca.
Planificaron su estrategia para localizar la guarida de la Orden de las Sombras. Se habló del peligro que significaba Kayn y lo prioritario que sería recuperar, y de ser posible, eliminar el arma Darkin. Kai informó sobre el estado del último sello; Zed y Kayn habían logrado liberar a Jhin antes de que la escuadra que enviaron alcanzara a llegar. Por suerte, no se habían encontrado con el asesino y todos habían vuelto sanos y salvos a la ciudad.
- Bien - habló Karma. - Como todos saben, tenemos como prisionera a Syndra, el sello del Oeste. Y tenemos en nuestras filas a Sett, del Norte, y a Xayah, del centro. Aún tenemos la desventaja del arma Darkin, pero nosotros somos mayoría. Vendrán batallas y es probable que no todos sobrevivan, pero es nuestro deber defender nuestra tierra. ¡Estamos preparados!
El sonido de un cuerno alertó a todos en la sala; era la alarma, el Placidium estaba bajo ataque. Todos se apresuraron siguiendo a los guías, los líderes estarían a salvo en el piso subterráneo mientras los soldados revisaban la amenaza.
Xayah y Rakan corrieron hacia Karma, topándose con Ahri y Sett de camino. Esta les indicó salir a defender el jardín mientras ella y Soraka cuidaban que los líderes fueran evacuados con éxito. El cuarteto corrió hacia los jardines, uniéndose a tropas de guardias que iban a la pelea.
- ¿Qué sucede? - preguntó Sett.
- No lo sé. Algún plan suicida de atacar el Placidium cuando está lleno de soldados. - dijo Xayah.
Ahri rió. Tenía razón, estaban más seguros que nunca, pero esto no les permitía estar tranquilos. Corrieron a través de la salida y la vista del jardín los detuvo en seco. Muchos soldados yacían en el piso cubriendo de sangre el pasto y los árboles, mientras una horda de algo que parecían ser marionetas atacaba a los restantes junto a miembros de la Orden de las Sombras. Los guardias corrían a socorrer a sus compañeros, mientras ellos buscaban a la mente tras aquel ataque... esperaban a que Zed hiciera su aparición, pero en su lugar los recibió una voz calmada y perturbadora.
- ¡Bienvenidos, vastayanos! - Un hombre con una máscara les hacía una reverencia desde el techo - ¡Bienvenidos a mi obra maestra!
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La Última Arpía [Rakan x Xayah]
RomanceRakan es uno de los pocos vastaya Fénix que quedan en el mundo, y deberá recorrer Jonia en busca de Xayah, una Arpía encarcelada hace muchos años. Juntos deberán luchar contra un antiguo enemigo y su oscura Orden, mientras lidian con los sentimiento...