Ahri ardía en celos viendo al objetivo del afecto de Rakan, pero no parecía estar unido a ella así que podría servirse de su magia para sus propósitos. Ila salió a informar que pronto se serviría la cena, y pronto todos se levantaron para organizar sus asuntos antes de comer. Vio la oportunidad perfecta.
- Rakan, ¿me acompañarías un momento? - dijo deteniendo a vastaya antes de que este siguiera a Xayah al palacio.
- Claro. ¿Qué necesitas?
- Aún no, espera que todos se vayan.
- Uh.. Está bien - dijo sentándose de nuevo en el suelo.
Esperaron que todos se fueran hablando sobre las canciones de Rakan.
- Sip. La mayoría las he inventado yo, otras se tocaban en mi aldea mucho antes de que yo naciera.
- Eso es genial - miró alrededor para comprobar que estaban solos - Bien, hay algo que quería pedirte.
- ¿De qué se trata?
Ahri usó su magia para encantar a Rakan y lo besó, examinando los recuerdos de su alma.
- Que chico tan dulce. ¿Quisieras acompañarme esta noche?
Rakan estaba aturdido por el encantamiento y no podía quitar sus ojos de Ahri mientras esta se sentaba sobre sus piernas para besarlo. Una pluma pasó zumbando y se clavó en el suelo cerca de ellos interrumpiendo el hechizo. Traía consigo la flor que antes había dado a Xayah. Rakan volteó para verla alejarse, e intentó quitar a Ahri de encima.
- ¡Bájate! ¿Qué has hecho?
La empujó e intentó correr tras Xayah, pero fue retenido por un hechizo aún más fuerte, que llenó todo el aire a su alrededor de destellos rosados.
- Apenas empiezo a jugar, pero me irritas. Yu mente está llena de "Xayah, Xayah". ¡Ni siquiera tienen un vínculo!
No pensaba ser rechazada así y, celosa, besó a Rakan, husmeando en sus memorias hasta dar con sus pesadillas y el recuerdo de la historia de su padre sobre la masacre de un misterioso asesino, que había resultado ser Xayah. Usando sus habilidades como cazadora de almas, materializó falsos recuerdos en la mente del vastaya, haciéndole "recordar" a la joven asesinando a ambas tribus a sangre fría, reinstaurando el miedo de sus pesadillas y la amenaza de que podría hacerlo de nuevo. "Ella solo te usa, Rakan. Apenas la liberes te matará a ti y a todos en tu aldea para vengarse. Deberías deshacerte de ella antes de que sea tarde". Cuando rompió el beso, los ojos de Rakan se habían vuelto negros y no había brillo en ellos. Se levantó y se dirigió a la mansión, dejando a una sonriente Ahri esperando en el jardín. "Y ahí va directo a romper con ella" pensaba.
Fue directo a la cocina al sentir la presencia de Xayah en ella. Se veía frustrada y llorosa, pero Rakan estaba cegado por el miedo de sus pesadillas.
- Qué quieres. - dijo ella cortante, viendo que él no se movía - Vete de aquí.
- Así que Ahri tenía razón. - dijo con voz apagada y acercándose a la pelirosa. - Tu solo quieres utilizarme para llegar a mi aldea.
- ¿Qué? ¿Por qué haría eso?
- No lo sé. ¿No lo has hecho antes?
Xayah bufó y se volteó, riendo por la ironía.
- Será mejor que vuelvas con tu zorra.- dijo furiosa.
- Si, lo haré
Su respuesta rompió el corazón de la vastaya, quien en el fondo esperaba que lo que acababa de ver tuviera una explicación. Se volteó a verlo enfurecida.
- ¿¡Puedes irte ya!? ¡No quiero verte!
- Solo venía a decirte que sería mejor que desaparecieras. De hecho... - se detiene muy cerca de ella, tomando un cuchillo - Sería mucho mejor si estuvieras muerta.
Xayah dio un paso atrás y sacó algunas plumas daga al ver las intenciones de Rakan, pero esto no lo detuvo.
- ¡Muere! - le gritó al tiempo que lanzaba una estocada directo a ella.
Una corriente recorrió el cuerpo de Xayah y la inmovilizó, impidiéndole bloquear o esquivar el ataque. "El sello" pensó mientras sentía el cuchillo clavarse bajo sus costillas. Se inclinó sobre Rakan, quien no soltaba el cuchillo.
- Esto es lo mejor para ti. No debiste jugar conmigo, Xayah. - le decía este al oído.
Karma llegó a la cocina junto a Kai e Ila, y vio a Rakan aún con el cuchillo clavado en el cuerpo de Xayah.
- ¡Kai, corre afuera a ayudar a Ahri! Yo cuidaré a Xayah.
De un solo golpe con su magia quitó a Rakan del camino, arrojándolo con fuerza contra uno de los muros, pero este pronto se puso de pie y salió siguiendo a Kai, presintiendo el peligro que corría Ahri.
- Xayah, cariño. ¿Estas bien?
Ella estaba muda. Karma retiró el cuchillo y detuvo temporalmente el sangrado con su magia.
- Lo siento, al parecer Ahri lo ha hechizado. Pero ahora tenemos un problema más grande, y necesito tu ayuda. - dijo mientras la ayudaba a ponerse en pie - Syndra se ha liberado del sello y está afuera peleando con Ahri y Sett, pero no parecen ser rivales para ella.
Xayah tragó todo su dolor como solía hacer y asintió, corriendo junto a su amiga hacia el jardín. Al llegar vio a Sett cubierto de quemaduras y a Rakan intentando proteger a Ahri, quien estaba lanzando hechizos a Syndra. Esta solo se reía y los bloqueaba con esferas negras que la orbitaban.
- ¿Eso es todo? ¡Qué débiles son!
De un golpe mandó a Ahri volando, pero Karma logró mitigar el daño que recibió con un escudo. Mientras ella atendía a la herida, Xayah corrió arrojando plumas daga hacia Syndra, las cuales parecían atravesar las esferas oscuras. Hizo un corte en su rostro y otro par en su cuerpo, lo que enfureció a la maga. Intentó arrojar las esferas sobre Xayah, pero ella fue más ágil y las esquivó, corriendo hacia ella en busca de una pelea cuerpo a cuerpo. Syndra rápidamente cambió de estrategia, pues el corto rango no era su especialidad. Vio a Rakan y apuntó sus esferas hacia él, enviándolas todas con fuerza, además de un fuerte impulso que empujó a la vastaya también. El rubio se preparó para recibir el golpe, pues tenía una pierna muy golpeada por la pelea y no podría esquivarlo, pero Xayah, apoyada por Karma, logró llegar e interponerse en el camino de las esferas, preparando sus dagas para aguantar el ataque junto con el escudo de Karma. Sin embargo, la fuerza de Syndra había sido mucho mayor de lo que esperaban, y el escudo apenas resistió, causando que la vastaya recibiera el golpe de la mayoría de las esferas en su cuerpo, lo que la arrojó al piso con rayos de magia oscura haciendo temblar su cuerpo.
Sett aprovechó que Syndra había utilizado todas sus esferas para ese ataque y corrió a barrerla, tirándola al piso e inmovilizándola. Karma envió a Kai a checar a Xayah mientras ella y Ahri se encargaban de Syndra.
Rakan estaba estático. Cuando vio a su compañera recibir el duro golpe de la maga para protegerlo, el hechizo de Ahri se rompió, dando paso a la culpa y el arrepentimiento. Xayah estaba hecha ovillo, intentando aguantar el dolor que le producían los rayos en su cuerpo cuando Kai llegó. Lo primero que hizo fue arrojar a Rakan lejos e intentar detener las corrientes oscuras del cuerpo de Xayah ante la mirada vacía del rubio. ¿Qué demonios había hecho? Su consciencia lo atormentaba, y se arrojó a correr intentando alejarse de la culpa que sentía.
En tanto, Karma había inmovilizado a Syndra y le hacían preguntas, pero ella solo reía.
- Ahri. - dijo la duquesa.
La nombrada se acercó sabiendo lo que debía hacer, y puso sus manos en las sienes de Syndra para urgar en los recuerdos de su alma. Los ojos de la vastaya brillaban con un blanco sobrenatural cuando habló.
- Zed atacó a Akali. Capturaron a su hija y la obligaron a rendir el sello de Syndra. De alguna manera borraron su memoria para que no recordara el incidente y Syndra pudiera colarse en el palacio sin que Akali la delatara... - Ahri se detuvo -
- ¿Qué sucede?
- El objetivo era Rakan.
Karma guardó silencio. Eso significaba que la prioridad de Zed era incluir a Xayah en sus filas. La vio aún tendida en el suelo, con rayos oscuros recorriendo su cuerpo mientras Kai hacía lo posible por estabilizarla. ¿Cuánto más dolor tendría que soportar? Aparentemente el plan de Zed era hacerla sufrir hasta destruir su mente. Apretó los puños; no podía evitarle el sufrimiento, pues eran pruebas del destino a su voluntad, pero vaya que desearía poder hacer algo al respecto. Por el momento selló la magia de Syndra, y ordenó a Kai y Sett escoltarla hasta una prisión cerca del Placidium. Una vez que se retiraron se sentó junto a Xayah y revisó sus heridas, pero cuando estaba por tocar su cuerpo fue repelida fuertemente por los rayos oscuros. "Primero debo sacar la magia oscura de su interior". Kai la había dejado inconsciente para que no continuara retorciéndose por el dolor y lo agradeció. Llamó a Ahri y le indicó que le ayudara a expulsar la magia oscura del cuerpo de Xayah. Ambas acercaron sus manos, una a cada costado, y enviaron pulsos de magia por todo su cuerpo hasta que la oscuridad cedió y los rayos cesaron. Ahri estaba exhausta por toda la magia que había usado, así que Karma tuvo que cargar sola a Xayah hasta la enfermería, donde pudieron revisarla de mejor manera junto con el médico. Este le indicó a la duquesa que la situación era bastante grave, pues había sufrido golpes y quemaduras tanto interna como externamente.
- Puede que no sobreviva la noche.
- Lo hará. Lo sé.
- No está respondiendo a las curaciones. - dijo el doctor con seriedad - Es una criatura mágica, la magia debería ser mucho más efectiva en ella. Algo está mal, duquesa.
"El sello" pensó. Avisó al médico que iría por una posible solución y se retiró a buscar a Rakan. Lo encontró cerca del árbol del lago.
- Rakan. - dijo con voz firme, este la miró - ¿Diste a Xayah la orden de morir?
El vastaya guardó silencio.
- No lo recuerdo.
Era de esperarse, así funcionaba la magia de Ahri. Tendría una seria conversación con ella una vez salvara a su amiga.
- Necesito que la liberes del sello, o morirá.
El pánico apareció en los ojos de Rakan; los falsos recuerdos que Ahri había implantado seguían ahí, bloqueando sus mente y razonamiento
- No puedo. ¡Atacará mi aldea!
- No lo hará.
- Ya lo hizo una vez.
Karma suspiró. Se acercó al vastaya y tomó sus manos, invitándolo a ver en sus memorias lo que había sucedido durante la supuesta "masacre del cuervo violeta". Rakan pronto se sumergió en la mente de la Iluminada donde vio a Xayah, la vieja Xayah. Solía ser la jefa de batalla de su tribu, una joven muy alegre y fuerte que había viajado a una ciudad cercana para contar a Karma de su pronto compromiso con un Fénix de nombre Valek, e invitarla a la celebración. Sintió la duda de Karma mientras veía a Xayah volver a su aldea, y cómo preparababa su milicia para salir cuanto antes tras ella. Algo no andaba bien.
Luego se sumergió en la videncia de Karma; Xayah había llegado a su aldea y la había encontrado devastada, incluso su hogar y su familia. Solo quedaban cenizas. La vio dirigirse hacia la tribu Fénix en busca de su enamorado, su único consuelo en aquellos momentos. Al llegar vio al patriarca de los Fénix junto a Zed y miembros de la Orden de las Sombras celebrando la masacre de las arpías. Pudo sentir las lágrimas de Xayah y oír la orden del jefe de la tribu: "mátenlos a todos"... Estaba ordenando asesinar a todo quien no fuera parte de la milicia. La pelirosa secó sus lágrimas y trató de salvar la mayor cantidad de Fénix mientras los guerreros y la Orden de las Sombras mataban y quemaban todo lo que alcanzaban. Había logrado evacuar efectivamente a algunas personas cuando fue detenida por Zed. Ambos lucharon, y Xayah recibió el apoyo del pequeño grupo que protegía en aquel momento; con su ayuda, la pelea con Zed duró poco y este fue reducido. En seguida un par de mujeres del grupo le indicaron a Xayah que el responsable era el Patriarca de la tribu, quien haciendo uso de su influencia de sangre había puesto a los guerreros en contra de su pueblo. Corrió; debía matar al patriarca. En el camino asesinó a la gran mayoría de guerreros, y pronto alcanzó a su objetivo, atravesando su corazón con una de sus plumas. Volvió corriendo hasta donde estaba Zed, preocupada por haber abandonado al grupo con él. Cuando los alcanzó, el maestro de las sombras había acabado con tres de los cinco vastaya. Se vio obligada a pelear nuevamente contra él, pero esta vez llegó su prometido a ver qué ocurría. El ninja se abalanzó sobre él y Xayah se interpuso bloqueando el ataque con sus plumas daga, sin esperarse que aquello fuera una trampa hasta que sintió cómo Valek la traicionaba, enterrando una gran cuchilla en su espalda, lo que la hizo caer. Estaba destrozada y con la mente en blanco. Zed se dispuso acabar con ella, pero fue detenido por la oportuna llegada de Karma, quien lo arrojó lejos lanzando un impulso mágico. El ver a su amiga devolvió algo de voluntad a Xayah; esto aún no había terminado y debía capturar a Zed. Respiró hondo, y sin titubear giró cortando la garganta de Valek, e ignorando el dolor de la herida saltó sobre Zed con todas sus fuerzas, invocando una lluvia de plumas que lo clavó al suelo con fuerza. Karma terminó de inmovilizar a Zed bajo la atenta mirada de Xayah, quien al ver la batalla terminada cayó de rodillas al suelo, gritando y llorando con tanta fuerza y desesperación que nadie fue capaz de acercarse siquiera a curar sus heridas hasta que se desmayó.
Karma soltó las manos de Rakan, lo que lo trajo de vuelta a la realidad. Este miraba a todos lados confundido.
- ¿Lo entiendes ahora? - habló la duquesa.
- No puedo creerlo, no puedo...
- Lo siento. Debe ser duro para ti enterarte del lado oscuro de la historia.
- Si... Pude sentir el dolor de Xayah como si fuera mío. ¿Por qué su vida fue tan injusta?- estaba en shock por la revelación y lleno de preguntas - Si ella en realidad protegió a mi pueblo, ¿por qué la encerraste?
- Ella lo pidió. Una forma de expiar su "pecado" de no haber estado en su aldea cuando la necesitaron, y de permitirme adormecer el dolor por todas sus pérdidas. - Rakan no respondió y Karma miró al cielo - Cuando terminó la pelea, ella era un fantasma. No hablaba, no comía, no dormía. Solo lloraba; por su familia, por su aldea, por su pequeño hermanito y por la traición de su prometido. Luego supimos que él había informado sobre el viaje de Xayah, indicando el momento oportuno para un ataque a su aldea desprotegida sin su presencia.
Rakan guardó silencio y bajó la cabeza.
- Todas esas vidas... ¿Por qué no se cuenta esta historia? ¡Todos deberían saber que Xayah no es un criminal!
- Tu pueblo decidió no contar esa versión para proteger a las generaciones siguientes del pecado de sus antepasados. Todos los que estuvieron involucrados con la traición fueron ejecutados, y Xayah ofreció ser el chivo expiatorio de tu tribu con la esperanza de que algún día podría proteger Jonia como no pudo hacer con su familia.
El vastaya se mordió el labio. Se sentía tan estúpido, había juzgado mal a Xayah en todos los aspectos posibles y de verdad, no la conocía. No podía aceptar la cruda realidad.
- ¿Por qué accedería a todo eso?
- Así es ella. Posee la fiereza de la tierra en su sangre y haría lo que fuera por su pueblo. La conozco bien; ha sido mi amiga desde que encarné en aquel primer cuerpo, y fue mi emisaria desde mucho antes de convertirse en jefa de batalla de su tribu. A pesar de su corta edad siempre fue una mujer ejemplar.
Rakan daba vueltas desesperado sin saber qué hacer, hasta que finalmente dijo lo que Karma esperaba oír.
- ¿Podría verla?
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La Última Arpía [Rakan x Xayah]
RomanceRakan es uno de los pocos vastaya Fénix que quedan en el mundo, y deberá recorrer Jonia en busca de Xayah, una Arpía encarcelada hace muchos años. Juntos deberán luchar contra un antiguo enemigo y su oscura Orden, mientras lidian con los sentimiento...