Alguien golpeando la puerta despertó a Xayah, se removió para levantarse y se vio a Rakan durmiendo plácidamente a su lado. Sonrió y se levanto a abrir la puerta, topándose con la cálida sonrisa de Karma.
- Buenos días, ¡qué buena pinta tienes hoy, cariño! Parece que tuviste una agradable noche - dijo con una risita, lo que hizo sonrojar a la vastaya.
- ¡Que dices! - dijo desviando la mirada - Anoche pensaba esperarte, pero me distraje. Lo siento.
Karma rió.
- Lo sé. ¿Puedo pasar? Hay muchas cosas que tenemos que hablar.
Xayah se puso nerviosa y rápidamente bloqueó la puerta con su cuerpo.
- Eh, lo siento. - "vamos Xayah piensa en algo" - es quee... ¡aún debo vestirme! - la morena la miró extrañada y divertida, riendo ante la actitud de su vieja amiga.
- ¡Está bien! Entiendo. Te espero en diez minutos en el jardín. - dijo antes de retirarse, aún con la risa en su rostro. - ¡Ah! Y despierta a Rakan. No quiero pensar qué diría Ila si descubre que no está en su cuarto cuando venga a buscarlo para desayunar.
Se retiró riendo como si hubiera hecho una travesura, dejando a Xayah totalmente roja; así que Karma siempre lo supo y solo quería fastidiarla. Cerró la puerta para vestirse, tomando un vestido similar al que portaba Karma; largo y con los costados de las piernas abiertos. Antes de salir dio un último vistazo a Rakan, quien dormía profundamente. No quiso despertarlo, y salió del cuarto con una sonrisa y procurando no hacer ruido.
Luego de asearse un poco el rostro, se dirigió al jardín. Karma la esperaba a la sombra de un gran árbol, donde había puesto un par de cojines para sentarse más cómodamente y una tela en el centro, donde había té y algunos postres.
- Por más que pasen los años, veo que no has superado tu adicción al azúcar - dijo sentándose al lado de la morena - me alegra verte de nuevo, Karma.
Esta abrió los ojos que mantenía cerrados esperando, y dedicó una sonrisa a la vastaya.
- No en todos lados hacen postres como estos, cariño. Es un lujo que no quisiera desperdiciar - y tomó un pastel para comer. Xayah la imitó. - Así que, ¿tu y Rakan, eh?
La pelirosa se atragantó, pero intentó recuperar la compostura.
- No es lo que crees. - Karma la miraba divertida. - En cualquier caso, no creo que sea eso lo que quieras hablar conmigo.
- ¿Acaso no pueden dos mujeres jóvenes hablar sobre chicos? - rió Karma, haciendo sonreír a Xayah. Pensaba cuánto extrañaba sentirse normal, joven y con una vida por delante.
- No es un buen momento, no quiero más problemas - dijo algo triste.
- Oh, cariño. Parece que atraes a los problemas. - Xayah levantó las orejas al notar el cambio de tono de Karma - Veo que ya tuviste un primer enfrentamiento con Zed.
Xayah asintió. Casi pierde la vida durante esa pelea, mientras recordaba los detalles, habló.
- No estaba solo, Karma. Había un tipo de pelo largo con una guadaña sanguinaria. Nunca había sentido tanta sed de sangre concentrada.
- Kayn. - dijo - Es el discípulo de la Orden de las Sombras que pudo romper uno de mis sellos.
- ¿Cómo es eso posible?
- La guadaña. Es un arma demoníaca ancestral; un darkin. Demonios que fueron sellados en armas al no poder ser destruidos. - Xayah parecía no entender, así que siguió explicando - Solo existen cinco en Runaterra; uno está en posesión de Aatrox, en el continente. La gente de Targon está intentando lidiar con él. Aquí en Jonia tenemos uno sellado en Pallas, y la guadaña vino desde Noxus. El paradero de las otras dos sigue oculto y no puede ser revelado a nadie.
- Entiendo. ¿Entonces la verdadera amenaza no es Zed, sino el Darkin?
- Algo así. Zed es una mente criminal y Kayn un devoto. Juntos representan un verdadero peligro.
- ¿Quieres repetirme por qué no puedo matar a Zed?
- Su destino no está completado aún, la energía conspirará contra cualquiera que quiera dañarlo antes de que cumpla su misión.
- ¿Y esa sería...?
Karma sonrió.
- Si te lo dijera, ya no ocurriría. Debes confiar en mi, cariño.
Xayah bufó. Ya lo sabía, aunque a veces era exasperante intentar comprender lo que aquella mujer quería decirle.
- Dicho esto - continuó la morena - Hoy deberían llegar con el sello del norte y del Oeste. Tendremos visitas.
- Vaya. ¿A quienes enviaste a romper los sellos?
- A las personas más aptas para controlar al sellado, obviamente. - dijo sonriendo, haciendo alusión a Rakan y su situación con Xayah.
- Estas muerta.
Xayah saltó sobre Karma y ambas rodaron, quedando ella sobre la morena y haciéndole cosquillas.
- ¡Xayah! ¡Xayah! ¡Detenteea..! jajajaajajsja
Karma apenas podía respirar de la risa, y la pelirosa estaba divirtiéndose como si fuera una niña.
- ¡Ya! ¡Ya está! - dijo inmovilizando a Xayah con su magia para levantarse y sacudirse, sonriendo. - Demasiadas risas por hoy.
- Quien lo imaginaria ¡la Iluminada rodando por el suelo como si tuviera ocho años!
Karma solo sonrió.
- Sigo siendo humana, ¿sabes? ¡Aún tengo sentimientos! - dijo dramáticamente, haciendo que Xayah la mirara rodando los ojos - Y ahora siento que quiero pastel.
Volvieron a sentarse, manchadas con tierra y pasto. Hablaron un par de horas; Karma puso al día a Xayah, le contó como había sido fundada la ciudad de Jonia y cómo se había hecho conocida su historia, lo que entristeció a Xayah. Su mente le repetía que había sido necesario, pero no podía evitar pensar en Rakan y cómo se sentiría él al respecto.
- Por cierto, cariño. Tu vastaya necesita mucho entrenamiento - Xayah la miró sin entender - Ya debes haber notado su aura mágica, es un sanador innato.
Xayah abrió la boca pero no dijo nada. Si había visto la magia de Rakan, y eso explicaba que se sintiera bien estando cerca de él, pero era evidente que tenía nulo control de sus capacidades.
- He estado pensando que le vendría bien aprender a utilizar sus dones para pelear, sería un buen compañero para ti, cariño.
Xayah simplemente desvió la mirada. "Un compañero uh"
- Conociendo su espíritu, dudo que se niegue a protegerte - la vastaya esbozó una amarga sonrisa mientras Karma se ponía de pie - y hablando de él... creo que viene a buscarte.
Y así era, el rubio se acercaba corriendo a donde estaban ellas.
- ¡Buen día Rakan! - dijo la morena - ¿Que tal pasaste la noche?
Xayah la fulminó con la mirada, uno de los pasatiempos de Karma era incomodarla.
- Buen día. - dijo deteniéndose y mirando a la vastaya - ¡Excelente! Las habitaciones son muy acogedoras.. - miró de reojo como su compañera se sonrojaba y sonrió - ¡Y el desayuno estuvo estupendo!
- Me alegro. - dijo sonriente - Si me disculpan, debo retirarme; pronto llegarán nuevos invitados y he de hacer los preparativos. Los esperamos para almorzar cerca de las dos.
Hizo una reverencia y se dirigió caminando hacia el palacio. Rakan se sentó donde antes había estado ella.
- Hey - dijo intentando llamar la atención de Xayah, pero esta no parecía estar de humor. - ¿Quieres caminar?
Ella accedió, y poniéndose de pie se dedicaron a recorrer el jardín en silencio. El aire era puro y lleno de la esencia de muchas flores. La vastaya miraba asombrada los distintos tipos de flores que crecían a su alrededor. Rakan la observaba cautivado, aunque algo decaído por lo evidente que era el que ella no confiaba completamente en él, pues a pesar de haberse besado y pasado la noche juntos, no parecía dispuesta a hablar con él y mucho menos reconocer sus sentimientos. Era mejor no presionarla, con el tiempo lograría que confiara en él.
- Hoy a venido Kai a verme - habló recordando algún tema importante para conversar - Al parecer estaré entrenando para controlar "mi magia vastayana" - dijo imitando a Kai.
- Felicidades. - su tono frío alertó a Rakan.
- Si aprendo a controlarla, podré protegerte.
Xayah se detuvo en seco y volteó a mirarlo, mientras este se acercaba y tomaba sus manos esperando que dijera algo.
- ¿De verdad quieres eso, Rakan? - este asintió y sonrió - ¿Que pasará con tus bailes y tu música? ¿Cómo piensas alegrar a la gente?
- Verás, solo hay una persona a quien quisiera hacer verdaderamente feliz en este momento.
Xayah bajó la mirada e intentó soltarse de las manos de Rakan, pero este la detuvo.
- Hey.. - ella lo miró, sus ojos azules la miraban con cariño - sé que no puedes corresponderme ahora, y no te presionaré por respuestas. Solo quiero que sepas que no voy a rendirme contigo.
La abrazó y ella no opuso resistencia, su cabeza era un verdadero lío y quería escabullirse para ordenar un poco sus ideas, pero por ahora no podía hacer nada. Rakan susurró suavemente en su oído.
- Voy a enamorarte, Xayah.
Sus palabras la hicieron temblar y aceleraron su corazón, mientras su cabeza seguía intentando ignorar sus emociones. El vastaya no quería hostigarla, así que pronto la soltó pensando en pedirle una última cosa antes de volver al palacio.
- ¿Podría besarte?
Xayah sonrió ante la inocencia de Rakan, y se acercó para besarlo, parándose en puntillas por la diferencia de altura (y porque le parecía una ofensa hacia ella que él se inclinara).
- Bien. Vamos. - dijo una vez que volvió a apoyar sus pies completamente en el suelo. - Nos esperan para comer.
Empezó a caminar hacia el edificio con el vastaya a sus espaldas, quien cayó en cuenta de que ella estaba cubierta de tierra y manchas de pasto. "¿Qué rayos hacían esas dos?" Pensaba mientras ingresaban al palacio.
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La Última Arpía [Rakan x Xayah]
RomantizmRakan es uno de los pocos vastaya Fénix que quedan en el mundo, y deberá recorrer Jonia en busca de Xayah, una Arpía encarcelada hace muchos años. Juntos deberán luchar contra un antiguo enemigo y su oscura Orden, mientras lidian con los sentimiento...