ÉLITE II | «Las mentiras nos unen, pero también nos
destruyen»
Sabes que eres tu propio asesino
no necesitas ayuda con eso
Es tu espalda la que has estado apuñalando
¿Cuándo vas a entende...
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La inspectora se pasea delante de nosotros en el salón de clase. Estamos todos muy atentos a ella, pues nos dirá información sobre la desaparición de Samuel.
–Lo que sabemos hasta ahora es que la bici de Samuel apareció ayer en el bosque. Pero de él no había rastro. Vamos a efectuar una batida esta tarde-noche para intentar encontrar a él o alguna pista sobre su paradero. Estaría bien que podáis acudir, lo hagáis.
–Pero ¿piensan que está muerto? —Guzmán interrumpe— ¿Y... vamos a buscar su cadaver?
–Joder, Guzmán. Algo de sutileza. —Hablo yo y el sólo se encoge de hombros.
–Nuestra esperanza es encontrarle con vida.
La mujer sale del salón y la clase comienza a susurrar. Mis ojos vagan por el aula, mis compañeros comienzan a retirarse y solo quedan algunos. Me acerco a Carla, parece muy afectada con todo lo que está pasando. Bueno, quien la culparía, se le nota a kilómetros que siente culpa.
–¿Estas bien? —Ella me mira y solo hace una mueca.
Me siento a su lado sobre la mesa. Guzmán se acerca junto a Valerio y Santiago.
–Este tío está muerto. —Dice Guzmán.
–Eso no lo sabes. —Responde Carla sin emoción en su voz.
–Han encontrado su bicicleta destrozada en medio del bosque y a él no. Eso claramente no es un accidente. Alguien se lo ha quitado del medio.
–Tú, por ejemplo. —Santiago habla— Nadie le ha deseado la muerte más que tú.
–Si hubiera matado a Samuel, me entregaría hoy mismo a la policía con la cabeza bien alta, ¿no te parece?
Ruedo los ojos.
–¿Podéis dejar de especular? Debemos mantener la cabeza fría y enfocarnos en encontrarle. —Digo yo y Valerio me da la razón.
Más tarde, comienzan las interrogaciones. Bueno, no es como ellos le llaman, pero es simplemente eso. Cuando es mi turno, entro al salón bajo la atenta mirada de los chicos. Yo no tenía problemas con Samuel, pero quizás ellos temían que yo pudiera decir algo que les incriminara. Pues más de uno de había peleado con Samu.
–Hola, Aurora. Lamento que nos veamos en estas circunstancias. Se que sois amigos con Samuel, así que voy a hacerte unas preguntas para poder recolectar más antecedentes.
–Vale.
–¿Crees que alguno de tus compañeros puede tener algo que ver con la desaparición de Samuel?
