⚡¡Deja de meterle mano a mamá!

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La peligrosa boca de Ginny estaba muy cerca de la suya, tan altanera y tentadora que sólo pensaba en comerse esos carnoso labios muy pronto. Con su mano comenzó a rodear el contorno del rostro de la pelirroja, tan suave como él recordaba, cada peca llamativa, tierna y sucedió el milagro... sonrió regocijado por la textura que sentían sus dedos. Sabía que antes no tenía absolutamente nada y sin embargo ahora lo tenía todo, sentía a Ginny en sus brazos después de tantos meses de extrañarla. Dentro de toda esa mierda que había causado algo mínimo debió haber hecho bien para recibir esa recompensa tan...placentera.


Sus dedos recorrieron con lentitud los labios de Ginny hasta que se entreabrieron expectantes al siguiente paso, Harry volvió a sonreír, ese segundo paso eran sus propios labios. Con cautela se acercó, primero sus labios se rozaron, ella suspiró y casi al descuido apresó el labio inferior de Harry, él sabía que justo en ese momento podría morir y sólo revivir para volver a morir en esas circunstancias Lentamente se separó de ella viendo como sus labios se desmagnetizaban tal cual si se tratara de imanes buscando la manera de no separase jamás. Sonriendo le acarició el rostro con sus dedos y esa noche ocurrió otro milagro, ella inconsciente también lo abrazó.

Definitivamente ese era su lugar, su vida, su alma, su felicidad, el jodido centro de su universo. El suave aroma de Ginny lo impregnó de un modo físico y sentimental, porque su alma volvió a ser la de antes gracias a ese aroma que casi había olvidado, un tímido beso no podía ser la causa de tanta algarabía, de tanta fascinación, de tanto amor desperdiciado, no podía. Pero Harry sabía que definitivamente con la madre de sus hijos él podía sentir eso y mucho más.


Un ronroneo lo puso duro rompiendo con toda la ternura del momento "Íbamos de maravilla cariño" Le recriminó él y las imágenes se agolparon dolorosamente... literalmente. Estaba seguro que jamás podría tener a Ginny en su cama, ni de ninguna otra forma. La extrañaba tanto que dolía, extrañaba sus besos, esos arranques de sensualidad que lo dejaban rendido, esos gemidos que resultaban ser jodidamente eróticos, aquellas caricias que lo llevaban al cielo y de un beso lo volvían a traer hasta la tierra... o a la cama. Harry dejó de acariciar el rostro de Ginny con veneración bajó y acarició el cuello blanco, mientras hundía la nariz en el fragante cabello de Ginny, sin resistirse le dedicó tiempo a los pechos de su mujer... sí, mierda mi mujer... adoró cada centímetro de sus pechos hasta que la escuchó suspirar y volvió a sonreír ¿Tantas sonrisas en pocos minutos están permitidas en la puta vida real?

― Harry...― Gimió ella navegando en esos sueños que hace tanto tiempo la atormentaban.

― Te quiero ― Musitó él entrelazando su mano con la de Ginny. Apoyó su mejilla en la coronilla de Ginny y casi al instante se rindió al sueño.

La lluvia incesante despertó a Harry, molesto por apartarse de ese sueño maravilloso volvió a conciliar el sueño, pero una respiración en su cuello lo distrajo y le erizó los pelos de la nuca levantando también otras cosas. Abrió los ojos y sonrió. Ginny fue su primer pensamiento coherente, su aroma, su pequeña y suave mano aferrando la suya, su acompasado respiración martillando su cuello, su cuerpo completamente acoplado al de él, la erección en plenitud... "Otra vez no" Se lamentó volviendo a cerrar los ojos "Maldición Ginny tres erecciones frustradas en menos de seis horas" Ella volvió a ronronear y Harry sonrió... deslizó su mano hasta el mentón de la mujer y sin abrir los ojos la besó con suavidad, sonriendo, perdiendo con ella una vez más. Abrió los ojos lentamente y la observó, sus dedos acariciaban esos labios tan adictivos. Nada podía ser tan importante como aquella visión, ni si quiera ese carraspeo que se escuchaba de fondo, no, necesitaba otro beso para seguir respirando, ¿Qué importaba ese carraspeo? ¡Que le dieran una pastilla de menta! Su nariz rozó con ternura la pequeñita de Ginny, en un arranque de desesperación mordió con suavidad el labio inferior de su pelirroja ¡Merlín si Ginny despertaba! mejor no seguía tentando su suerte y se dedicaba a guardar en su alma el aroma que emanaba de Ginny y en su cuello se concentraba tanto, eso lo sabía de memoria ¡Otra vez ese carraspeo! La mano que descansaba sobre el hombro de Ginny comenzó a tener mayor acción, bajó decidida por la espalda buscando piel, piel directa, una piel que no carraspeara porque aquel sonido lo estaba enfermando...

Comenzar de Nuevo (HxG)✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora