ℝ𝕖𝕒𝕔𝕔𝕚𝕠́𝕟 𝕖𝕟 𝕔𝕒𝕕𝕖𝕟𝕒.

Capítulo 9

—Yo voy a entrar, tengo que ver a Luzu.—dijo Vegetta, avanzando por las escaleras.

—Si me preguntan, estaba investigando.—dijo Alexby, pistola en mano.

Al final, Fargan se quedó, con el móvil en la mano, y Willy fue con los otros dos.

Lana les abrió la puerta.

—¿Podemos hablar con Luzu? Llevamos sin verle desde las elecciones.—pidió el chico de los ojos morados.

—Ahora mismo está durmiendo. ¿Queréis que lo despierte?—preguntó ella, mirando a la ventana de la casa donde se veía al chico dormir.

—A lo mejor sí se encuentra muy mal...—dudó Alex.

—Nos pasamos luego si no. Gracias.—se despidió Willy, y los tres bajaron las escaleras.

—¿Qué tal?

—Está durmiendo. Quizás sí que está malo.—razonó Vegetta, mano en la barbilla.

—Al final no esperamos a Rubius y a Mangel.

—Volvemos luego con ellos, a ver si hay suerte.—propuso el albino.

Mientras esperaban, fueron a la tienda a ver qué había nuevo.

—Eeeh, Luzu.—llamó la voz de Auron, despertando al castaño de su sueño. La noche ya había caído en Karmaland. ¿Cuánto había dormido?

—¿Auron? ¿Dónde estás?—miró a todos lados, confuso.

—En la puerta de atrás. Quiero enseñarte algo.

—Voy, Auronsito.—al chico le provocaba ternura que el médico se preocupara tanto por él.

Ambos salieron no sin antes despedirse de Lana.

Caminaron juntos bajo las estrellas, mientras Auron le contaba eventos e historias que no sabía si habían ocurrido o no. Luzu se sentía como en casa a su lado. Avanzaban al lado del río, calmado y lento. Pasaron por detrás de la primera casa que tuvo Rubius, y se detuvieron bajo una columna de roca.

—Baja por ahí, está bajo tierra. Es mucho más seguro.

—¿Y toda la seguridad a qué viene?

—He pillado a algunos intentando ponerte minas en casa hoy. Me da miedo que te pase algo, mi niño.

—Gracias Auronsito, no sé qué decir...—el de la sudadera negra se había sonrojado más de lo normal.

—No hace falta que digas nada. Ven, te voy a enseñar algo a ver si recuerdas. Y este sitio también puede servir para ponerte a salvo si lo necesitas.

Y bajaron juntos por aquel agujero.