Capítulo 16.

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Los cuatro salvadores habían vuelto a casa de Vegetta, incómodos.

—Alguien está impidiendo que busquemos, esto es cada vez más serio.—murmuró Alex, encogido en el sofá.

—Apuesto lo que sea a que es Auron.—gruñó Rubius.

—Es imposible que actúe solo.—declaró Vegetta—¿habéis escuchado la notificación?

Asintieron a la vez.

—Vamos, ¿hay mínimo dos personas detrás de esto? Me estoy preocupando.

—¿Y qué querrán con esto? Porque por algo será.—dijo el comisario.

—Quizás quieran algo de Luzu.—propuso el anfitrión.

—Quizás... los estén amenazando.—el oso se refería a los Rapitori, pero solo Willy lo entendió.

—¿Tan lejos como para secuestrar a alguien, en vez de a alguien que ama?

—Quizás estén amenazando a alguien con Luzu?

Vegetta se levantó, con los nudillos blancos.

—Estamos saltando muy rápido a conclusiones cuando no tenemos pruebas. Pasado mañana a las 7 de la tarde, donde nos quedamos antes.

—Me da miedo pensar en lo que puede estar soportando Luzu.—murmuró el comisario. Murmuró lo que todos sentían; pero solo podían esperar a mañana.

Y cada uno se fue por su lado.


Fargan esperaba a Alexby en la puerta de su casa, sintiéndose culpable. En cuanto el casco asomó por las escaleras, el búho corrió a su encuentro.

—¡Alesby! Vengo a pedirte perdón.

—No me sirve si no haces nada para demostrarlo. Hasta l—el más alto le sujetó el brazo con fuerza antes de que pudiera pasar de largo.

—Puedo ayudar. Dulce me ha contado algo que hemos pasado por alto; Lana dijo que el día después de las elecciones, cuando volvieron de la quedada de chicas, Luzu había perdido la memoria y había un frasco vacío. ¿Y sabes qué?

—Si ha sido con esa poción, entonces... ha tenido que ser Auron.—declaró Alex.

—Es cierto, el único que estuvo con él ha sido Auron. Aunque dijo cuando lo de Lolito que esa era la única...

—Pudo haber encargado o hecho más, seguro.—el comisario inspiró hondo—Gracias por contármelo. Estás perdonado.

—Todo por salvar al alcalde Luzu.—dijo el más alto, guiñando un ojo.

Alexby sonrió por primera vez en el día.

—¿Dulce y Lana? Voy a tener que tomar medidas imprevistas.

ℝ𝕖𝕒𝕔𝕔𝕚𝕠́𝕟 𝕖𝕟 𝕔𝕒𝕕𝕖𝕟𝕒.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora