•Día XXI: "Pelea/Discusión"

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El ambiente en aquellos momentos no era agradable ni cómodo. Más bien tenso, asfixiante y por supuesto, incómodo. Un ambiente donde a nadie le gustaría meterse especialmente por no querer salir lastimados de alguna forma, ya sea física o verbalmente (emocional). No todos los días se ve a un imp, jefe de su propia organización que poco a poco está subiendo a la cima y haciendo publicidad musical que si "funciona", discutir con uno de los príncipes más ricos y altos — tanto de estatura como de jerarquía por su sabiduría—, del infierno.

Blitzo no parecía intimidarse o cohibir se cómo en otras situaciones, incluso estando consiente de lo peligroso que puede ser el príncipe búho cuando está específicamente molesto. Tenía en mente que él podía salir de esa atmósfera.

—¡Ya te dije que yo no lo tome! — exclamó Blitzo haciendo ademanes con las manos un poco exagerado. Si no fuera por el entorno y lo profundidad de la situación, podría verse gracioso.

—¿Cómo el libro que me robaste, Blitzy?— se cruzó de brazos Stolas, recordando amargamente aquello. Mirándolo con recelo.

El más bajito claramente se sintió ofendido y muy indignado. Se puso encima del sofá más cercano para por lo menos, estar un poco a la altura del búho. Odiaba tener que alzar tanto su mirada para toparse con la mirada carmín del más alto.

—¡Eso fue diferente! Se lo importante que es eso para tu hija, yo jamás haría eso Stolas. ¿Podrías confiar en mí aunque sea un poco?— agregó con dolor. Sabía que podría verse como el principal sospechoso por el reciente caso del robo del obsequio que Stolas tenía para su hija, pero realmente había querido que él confiese un poco más en él.

Blitzo tenía sus límites, él jamás le haría eso a él.

—¿Cómo tú has confiado en mí?— encaró, arqueando su ceja y sin titubear en su acusación. Serio y molesto. Quizás no lo parecía, pero Stolas realmente se sentía como algo traicionado.

—¡Bien! Si crees que yo me lo robe, ¡Entonces castigame! Ya no me importa si no crees en lo que digo. — estalló bastante molesto y triste. Porque le dolía más de lo que imaginaba que por primera vez en todos los obstáculos o problemas que han tenido ambos, está vez Stolas no se pusiera de su parte. — Ya no importada si no confías en mí.— agregó con clara decepción.

Se sentía tan despechado, tan enojado porque no le creyera y que algunas de las pruebas se pusieron en su contra. Él sólo robaba por necesidad. Pero jamás traicionaría la confianza de Stolas a esas alturas de su relación. Realmente le afectaba más de lo que creyó que el más alto no se pusiera en su lugar. Que no confiara en él.

Blitzo se abrazó así mismo, porque sabía que por parte de Stolas no podía recibir ya nada aunque lo quisiera más no lo admitiera. Fruncía el ceño mirando hacia abajo con desesperó. Con decepción. Sabía que nunca sería especial para alguien, pero tontamente había creído que para Stolas sí.

Ahora mismo le dolía más que creyera esas cosas de él. Él quiere tanto a Octavia como si fuera su otra hija, llevaba varias semanas conviviendo con ella que se había encariñado demasiado, jamás le robaría nada o le gustaría defraudarla. Y que sea Stolas quién desconfíe de él le duele demasiado. Podía esperarse lo de su ex esposa que aún no aceptaba que un imp andará por el castillo, pero del otro no. Y tenía miedo de perder totalmente el cariño de ambos búhos —la esposa no, la hija—.

Stolas suspiró frustrado, acariciando su entrecejo teniendo cuidado con sus dos ojos inferiores. Satán, se había precipitado tanto. Él no esperaba llegar a ese punto. Sencillamente las cosas llegaron hasta ahí y por cómo había reaccionado Blitzo al comienzo le hizo dudar de su palabra. Realmente quería confiar en él y no escuchar lo que otros decían. Los que apuntaban al imp solo por su apariencia.

"Arrebol" •Stoliz∅ •Gay/Yaoi •Helluva BossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora