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—¿Cómo? —pregunto, anonadada.

Es imposible que haya más de un Duxilum, en ningún momento escribí algo como eso en mi historia.

—Según lo que leímos faltan al menos dos más —dice Dylan, sin apartar su mirada de mí.

—¿Y de dónde leyeron eso? —quiero saber.

De pronto, Kyle desaparece de la estancia como por arte de magia y regresa antes de que siquiera pueda parpadear.

En sus manos carga un libro gordo que parece salido de otro siglo. A simple vista parece demasiado pesado, pero él lo sujeta sin problemas. Su tapizado es de cuero marrón, con letras y detalles en dorado. Las hojas se ven que han pasado por mucho, su color amarillento y el aspecto avejentado me da una idea de que ese libro debe tener encima unos cuantos años.

—De aquí —lo señala Kyle la barbilla mientras lo deja sobre la mesa. Abre el libro por la mitad y comienza a buscar una página en específico.

Me resulta extraño pensar esto, pero le veo cierta familiaridad al libro. Por más que jamás lo haya visto, un parte de mí cree que sí.

El libro de los Osados era muy similar a este, al menos en el aspecto —murmura Dylan, acercándose a la mesa. Yo lo sigo por detrás, pero me posiciono frente a los chicos.

Yo creé ese libro, lo recuerdo. Aunque solo Dylan tuvo contacto con éste cuando se infiltró en el castillo y no supe de él por no sé cuanto tiempo. En ese momento apareció Kyle.

El libro del fin del mundo —susurro al posar mis ojos en él.

Tanto Dylan como Kyle giran rápidamente la cabeza en mi dirección, incluso Taylor se ha detenido a mirarme, ni siquiera vi el momento en que aquel se acercó a la mesa.

—Hiciste trampa, viste el nombre —me acusa Kyle.

No, ese también fue una de mis creaciones. Se me había ocurrido como idea por si quería hacer una segunda parte de mi libro. Sin embargo, como había decidido que quedaría en una sola historia, descarté la idea de este libro y todo el contenido que podría traer consigo.

Pero decidiste revivir a Dylan. Uno de los dos debía morir.

Y la única manera de que los dos sigamos con vida es porque... en realidad la fuente de nuestra magia sigue en pie.

Santo cielo, ¿cómo no me di cuenta de eso antes?

—Sabes de que trata, ¿verdad? —me pregunta Dylan, temiendo lo peor.

Mi pulso se acelera al darme cuenta de que esto es mi culpa. Yo misma los volví a involucrar en todo esto. Las vidas de todos vuelven a estar en peligro una vez más por culpa de mi irreprimible imaginación.

Asiento con la cabeza gacha, ni siquiera soy capaz de mirarlos a los ojos. Después de todo el esfuerzo que nos llevó destruir el primer Duxilum, ahora les vengo con algo como esto...

—Excelente —oigo el sarcasmo de Taylor. A continuación, se da la vuelta y desaparece escaleras arriba, azotando la puerta de algún cuarto.

—No le hagas caso —me anima Kyle—. Se le hace difícil verte a ti y no pensar en Jill.

—No debí matarla, fue una idea estúpida —me lamento, cubriéndome el rostro con las manos.

—Lo hecho hecho está —murmura Dylan, llamando la atención de ambos—. Ahora debemos enfocarnos en esto.

No paso por alto su tono frío y distante. Me recuerda a los primeros días de clases, por aquellas épocas donde era un completo cretino.

¿Te refieres en el otro mundo?

CAITLIN | LIBRO II ~ Amor ParaleloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora