XXIII

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Narra Kyle:

Maldito sea el día en que decidí volver a verla. Sabía que cometería un gran error, sin embargo, me encantó correr el riesgo. ¿Por qué soy así? ¿En qué momento me convertí en un idiota masoquista?

Alzo un poco mi gorra y me permito disfrutar un poco más del bello paisaje, un paisaje que me causa un terrible dolor cada vez que me detengo a contemplarlo. Sí, ella es un bonito, pero doloroso paisaje.

¿Vale la pena?

Bueno, si me pongo a pensar en todo lo que puedo llegar a perder si me descubren, corrección, si una persona me descubre... Mejor no hacerlo. Sé que esto está mal, demasiado mal, pero no puedo contener las ganas de venir a verla. La extraño demasiado, todos los días lo hago. Ni siquiera sé si he logrado superarla, yo creía que sí pero... heme aquí.

Observo su bonito rostro por un par de segundos más, dejando que mis ojos graben todo lo que puedan de ella. Es preciosa. Sus finos dedos rodean una taza blanca, que a cada tanto lleva a sus carnosos labios para darle algunos sorbos al líquido que humea dentro. Recuerdo esos labios, su textura, su sabor, todo de ellos. Años atrás me la pasaba besándolos, era mi pasatiempo favorito. Su cabello castaño y ondulado, muy parecido al de Caitlin, se encuentra recogido en una media cola, dejando gran parte del mismo caer sobre su espalda. Como me gustaba enredar mis manos en ese pelo...

De repente, los bonitos ojos verdes de Debbie, rebosantes de vida y alegría, se elevan para echarle un vistazo a su entorno de manera distraída. Me apresuro a bajar la gorra y fingir que leo un libro mientras le doy un sorbo al café que me compré.

A lo mejor ni me vea, el sitio donde estamos es una reconocida tienda de bebidas, donde mucha gente viene a pasar la tarde con amigos o con su familia. Lo interesante de este lugar es que a la noche se abre como bar para que la gente mayor de dieciocho años venga a tomar unos tragos y divertirse. Como todos los días, el lugar se encuentra repleto de personas que están en su propio mundo, charlando, comiendo y disfrutando el rato.

Debbie se ha sentado en las mesas del exterior junto a una mujer de unos cincuenta años. Esa es su madre. Sí, he estado pendiente de esa chica desde que puse un pie en este mundo desconocido para mí, pero que tan familiar me resulta a la vez.

Se llama Margot.

Lo sé, ¡lo sé! Aun me cuesta asimilar eso. No me gusta ese nombre para ella, siempre será mi Debbie.

Por Dios, ¿qué estoy haciendo? Parezco un maldito acosador.

No pareces, lo eres.

¡Es que no puedo evitarlo! Mi amor por ella jamás se ha ido, sigue intacto en mi corazón desde el momento en que se fue. Perderla fue realmente duro para mí, y más aun por la manera en que me la arrebataron.

Desde que entré a este mundo junto con Dylan y Taylor, he tenido la cabeza hecha un lío. Ellos ya saben de mi enredo mental, incluso me he comido algunas regañinas de su parte, sin embargo no lograron ponerme en fila de nuevo. Este asunto es mucho peor de lo que parece, porque están implicados los sentimientos de por medio. Amo a Debbie, como también amo a Miracle.

Pensar en ese pequeño diablillo me hace sentir aun peor. Miracle es la mujer con la que quiero pasar el resto de mi vida, es única. El problema es que no consigo quitarme de la cabeza este nuevo dilema, por lo que no soy capaz de disfrutar por completo mi relación con ella. Ahora todo sería perfecto si no hubiese escarbado en mi pasado de nuevo. Idiota, ¡idiota!

Lo peor de todo es que presiento que Miracle ya anda sospechando. La he notado rara estos últimos días, más aun cuando se pone a mirarme de esa forma analítica, como si estuviese estudiando todos y cada uno de mis movimientos, por más mínimos que sean. Ella cree que es discreta, pero lamento decirle que no. A veces se olvida que somos Raezers, nuestros sentidos son mucho más agudos que los de cualquier humano. Así que me doy cuenta cuando sus ojitos se mueven en mi dirección a cada tanto; puedo oír incluso su parpadeo. A ese nivel de detalle somos capaces de oír si nos concentramos.

CAITLIN | LIBRO II ~ Amor ParaleloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora