XIII

234 41 376
                                    


Hace aproximadamente media hora que Dylan se ha ido de la casa. Kyle ha sido mi única compañía desde entonces, además de Henry Junior que no deja de saltar sobre el sofá con sus diminutas patas.

—Entiendo tu punto de vista... creo—Kyle no ha parado de hablar desde que nos hemos quedado a solas—. Tu dices que no puedes ilusionar a una persona y luego botarla como un trapo sucio y usado, ¿verdad?

Exactamente, jamás le haría eso a Aristeo, él se ha portado por demás de bien conmigo. Si Dylan no hubiese aparecido en mi camino, estoy segura que ahora no estaría pasando por este enredo mental.

Kyle ha decidido meterse en el rol de psicólogo para tratar de entender mis emociones.

—Eso mismo es lo que pienso —confirmo.

—Bien, pero ¿te has puesto en el lugar de Dylan?

Lo miro molesta.

—¡Claro que sí! ¿Él se ha puesto en mi lugar?

Kyle piensa por unos segundos su respuesta.

—Yo creo que sí, porque tú sigues con tu novio pariente de Einstein. Si Dylan no respetara lo que piensas, de seguro hubiese hecho todo lo posible para estar contigo y no se hubiese empeñado en alejarte como lo está haciendo ahora.

Todo lo que dice tiene razón. Sin embargo, si le llego a demostrar un solo indicio de que aun lo sigo amando, él no dudará en pelear por eso.

Me siento horrible de solo pensar que inconscientemente estoy engañando a Aristeo, ya que mis sentimientos no son ni de cerca iguales a los suyos. Lo quiero, de eso estoy segura, pero aun no lo amo. Tal vez eso lleve tiempo, por eso necesito pasar más momentos con él y...

Forzarte a amarlo no es la solución.

¿Por qué no? Uno podría a amar a una persona si la conoce mejor y pasa tiempo con ella. Eso es lo que quiero con Aristeo.

Debes aceptar que lo tuyo con Aristeo no funcionará

¡Sí lo hará!

Soy arrastrada fuera de mis pensamientos cuando un ligero peso cae entre medio de mis muslos. Miro hacia abajo y sonrío con ternura al ver a Henry Junior observarme con curiosidad.

—Le caes bien, no suele acercarse a otras personas más que a mí —comenta Kyle.

Me inclino hasta quedar a centímetros del pajarito, el cual no deja de mover la cabeza de un lado a otro sin apartar sus curiosos ojos negros de mí.
Inesperadamente, siento un picotazo en el labio inferior que me hace enderezar a toda velocidad. Me llevo una mano al labio para comprobar si me ha lastimado. No, no hay sangre.

—Hey, ¿qué haces, Romeo? —Kyle lo sujeta con una mano y se lo lleva a la altura de los ojos—. No puedes andar ligando con humanas, eres un ave.

Quiero reírme de como intenta explicarle al pobre animal que lo mira sin entender nada.

—Tuyo tenía que ser —digo, poniendo los ojos en blanco.

Kyle me hace un mohín y yo suelto una risita, ya un poco más animada que antes. Me ha hecho bien hablar con él, valoro mucho lo que hace por mí, es un gran amigo y una gran persona.

Un par de minutos después decido que ya es hora de volver a mi casa. Kyle se ofrece a caminar junto a mí, al fin y al cabo él está a cargo por ahora de mi "protección". Me resulta extraño, jamás estuve sola; a pesar de no verlos, los chicos siempre han estado ahí, vigilando que no se me acerque ningún Raezer que quiera llevarme con Argus.

CAITLIN | LIBRO II ~ Amor ParaleloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora