Capítulo 13

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Dos días transcurrieron desde aquel encuentro con el chico, días en los que no habían visto a su compañera ni por error, no sabian si comida, dormía o tan quiera que estuviera ahí realmente, simplemente no había manera de saber cómo estaba y su profesores les prohibió tratar de entrar a su habitación -a petición de ella-. Pero como siempre era debido, existía alguien que no seguía la regla, o más bien, no del todo.

En esos momentos la mayoría de los chicos se encontraban en la sala del edificio, hablando como siempre de las clases en el gimnacio que ese día había tenido con Aizawa y Yamada. Y mientras se escuchaba el ligero bullicio desde ahi, cierto rubio con las manos en los bolsillos de su uniforme y su tipica de expresión señuda se encontraba de pie frente la puerta que ya llevaba dos días sin ser abierta. Miraba la perilla y la orilla de la puerta a sus pies por si se percatara de algún indicio de movimiento al otro lado, pero no, no había nada.

Desde el día anterior se quedaba un buen tiempo ahí parado preguntándose si explotar la puerta y entrar a la fuerza era realmente una buena opción, ignorando por completo las advertencias de su profesor sobre el asunto. Pero a diferencia de ayer en dónde se quedó dos horas hasta que escucho a los demás subir, está vez hubo algo, que le hizo querer hacer lo que estaba prohibido.

¿P-Por que estás aquí? —esa simple pregunta fue suficiente para animarlo a hacerlo—. No d-deberías de estar aquí.

¿Y que si lo estoy? —ataco, tajante—. ¿Vas a salir a golpearme y correrme? Quiero verte intentarlo.

...

Estaba siendo algo duro, incluso tratándose de ella, pero no sabía que le molestaba más; que se encerrará sin dar la más mínima señal de vida o que él mismo se sintiera preocupado. Quizá un poco de ambos.

No... No soy Danger.

Respondió, después de un par de segundos de silenció dónde ambos tuvieron suficiente tiempo para pensar sus siguientes palabras. Él por su parte se sentó pegando su espalda a la puerta, subiendo una rodilla a la altura de su estómago para recargar su brazo.

Lo sé —se limitó a responder.

Bien sabía que no resolvería nada ocupando su clásico método agresivo y más con Mei, pero quizá lo que ella solo necesitaba era apoyo o al menos la presencia de alguien durante esos momentos, aunque eso significara sin fin de riesgos para ambos.

Ella, al otro lado de la puerta rascaba su brazo con desespero y constancia; nerviosa, asustada, ansiosa y también algo excitada, pero no al punto de querer salir a devorarse al chico -aunque la tentación fuese grande-. Estaba pensando en lo que debería de hacer en ese momento y a partir de ahí, pero claramente el dejarlo entrar no era una buena respuesta.

Al final, después de no encontrarás repuesta durante unos eternos segundos si mirada instintivamente se fijó en la perilla que se movía con insistencia de un lado a otro acompañado del clink clink cada vez que se detenía. Katsuki estaba tratando de abrir, y eso la aterro, pero al mismo tiempo siento un alivio indescriptible por qué lo estuviera intentando. Termino por desistir relajando inmediatamente el cuerpo tenso de la joven el cual se sacudió por última vez tras el fuerte golpe que le dió a la puerta.

Sera mejor que mañana esté abierto si no quieres que la tire al suelo.

Esas fueron sus últimas palabras, antes de empezar a escuchar sus fuertes pisadas alejándose de la entrada, para seguido escuchar las voces de sus compañeros que se acercaba a sus habitaciones.

Feline Lover (Bakugou Katsuki) [Lemon] ||BnHA|| [02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora