Capítulo 29.

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Meses después...

"Rose Pov's"

Caramba, mi pancita va a reventar.

Gestas gemelos, ¿qué esperabas?

Pues sí. Ya tengo casi cinco meses de embarazo, mi vientre está tan abultado, que ya ni puedo ver mis pies completos. Kyle todo este tiempo ha estado más cariñoso, atento y muy permisivo. Pero que no crea él que no me he dado cuenta de que a toda hora está alerta, mirando a todos lados y que también ha doblado la seguridad aquí en la mansión y en toda la manada. Incluso ha pedido a toda la gente que estén pendiente, que no dejen salir a sus cachorros solos y ni siquiera tienen permitido salir al bosque a cazar.

No me lo dijo él, tuve que enterarme por mi propia cuenta con ayuda de Romina.

Luis, luego de tener una conversación privada con Kyle, terminó siendo el delta y tercero al mando de la manada. Ellos se reúnen junto con Sam en el despacho y duran horas y horas ahí encerrados, y cuando salen, lo hacen con cara seria, e incluso he visto dolor y preocupación en la mirada de Kyle. He intentado ignorar todo este tema y disfrutar de sus atenciones, pero se trata de mi familia, de mis futuros hijos, de mi manada y mi hombre. Sé que las cosas con Killian andan color de hormiga y por eso su paranoia.

—¿Ya tienes todo listo?— me pregunta Dan.

Estamos empacando y la verdad es que no sé para qué.

Solo sé que Kyle nos lo pidió y que fuese rápido. Dan sí sabe pero no me quiere decir. Alega que es de suma importancia obedecer y callar, que no es momento de preguntas absurdas. No me quiero enojar con nadie y usar mi chantaje para que me digan las cosas, pero me va a tocar.

—¿Me puedes decir para qué estás empacando?, ¿nos vamos de paseo o qué?— vuelvo a preguntar.

—Ya te dije que luego te explicaré todo, ahora por favor calla y ve con Kyle.— dice luego de un suspiro irritado.

—Voy a conseguir la verdad.— amenazo y me paro de la cama para salir de la habitación rumbo hacia donde sea que se encuentre Kyle.

Bajo las escaleras con el debido cuidado y rapidez que mi embarazo me permite.

Gracias a la marca de Kyle, mi audición, olfato, rapidez y fuerza; me han aumentado, por lo que me es fácil descubrir dónde está metido. Está en el jardín trasero.

—Aquí estás.— digo apenas lo encuentro, ganándome su atención.

—Te ves hermosa con esa barriga tan crecida.— sonríe y me acerca a él, quedando ahora yo entre sus piernas.

Él pone sus manos en mis anchas caderas, y me besa el vientre.

Sonrío ante su acción. Se ve tan tierno cuando actúa de manera fraternal.

—Lamento arruinar el momento, pero quiero y necesito hablar contigo.— le digo.

Él suspira y levanta la mirada. Me sienta en sus piernas y besa mi cuello, mandándome descargas a todo mi sistema.

—Adelante.

—Dime qué es lo que está sucediendo.— siempre directa chicas, siempre.

La Luna y la Bestia. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora