De la noche a la mañana todo cambio

Las Cosas no Son lo Que parecen

Melisa

Desperté y sentí el cuerpo a Allí acurrucada junto a mí, esta pobre pequeña sin duda le hacía tanta falta su madre y ese calor que solo una madre puede dar, recordaba cómo me sentía yo a su edad y ese deseo de ser abrazada y amada, yo perdí a mis padres en un accidente automovilístico y mi abuela no tuvo más remedio que meterme aquí, no teníamos dinero para pagar el instituto así que al principio por eso me quedé trabajando aquí y posteriormente ame trabajar con las adolescentes y aquí sigo, entiendo a Alli porque de alguna manera yo viví ese abandono no por que quisieran mis padres sino porque murieron y al poco tiempo mi abuela también así que mi único hogar era este.

Abrace a Alli y le dije que era muy especial y que no estaba sola, que a mí me importaba y a sus amigas igual hay quien dice que el inconsciente escucha todo aun y que estemos dormidos y esperaba que ella lo hiciera, me quede dormida un rato más antes de empezar el día, tenía que verificar el estado de Alli antes de tomar la decisión si iría o no a su servicio de la mañana y que haría todo el día que tenía de suspensión, me extraño un poco que si iba a faltar a clases Alejandra no la mandara al cuarto de aislamiento que era lo usual, no sabía exactamente qué esperaba o por qué hacía esto, mañana tengo que hablara con Alli y explicarle que no puede seguir por este camino, el daño que recibió fue bastante en muy pocos días y la realidad es que si había veces que las internas recibían zurras muy largas y duras simplemente recuerdo yo una que me dio la antigua directora cuando era interna y fue Interminable y dura no pude sentarme en 1 semana, las quemaduras eran bastantes como odiaba la vara, solo de recordarlo sentí escalofríos y aparte mi mente del recuerdo.

Sonó mi alarma y desperté, me alisté y dejé todo en el baño para que Alli tomará una ducha y volver aplicar la crema en sus pompas y ver que haríamos todo el día con ella.

-arriba dormilona, ya es hora de despertar!

-nooo un ratito más por favor! Hizo un mohín muy tierno y su voz de niña pequeña.

-lo siento pequeña, Sabes las reglas y no creo que quieras llegar tarde verdad?
Rápidamente abrió los ojos y negó.
-justo eso pensé, sonreí y le di un beso en la frente. En el baño está tu ropa lista para que te cambies, trabaje un pans para que te lastime lo menos posible, cuando salgas de bañarte te volveré a aplicar crema pequeña así que apúrate por favor.

Podía sentir el cariño que Meli me ofrecía, me recordaba tanto a mamá, su ternura al hablar y su mirada hasta el color de ojos era como el de ella. Yo quería abrazarla y agradecerle lo que había hecho por mí, así que con pena y un poco de miedo al rechazo me anime a decirle

-Meli... ¿Me dejarías darte un abrazo, por favor?

-claro que si pequeña con muchísimo gusto! No debes pedirme un abrazo ya que mis brazos siempre estarán abiertos para ti.

Mi corazón se llenó de alegría y simplemente la abrace fuertemente.

-Gracias Meli! Muchas gracias por ser tan buena a pesar de que no me he portado tan bien y te he defraudado.

-Pequeña quiero que entiendas algo, yo te quiero y eso no cambia si tienes o no errores, todos los cometemos, yo siempre te querré del mismo modo que quiero a tus compañeras, no importa que a veces fallen, comentan una travesura yo las quiero igual Y no me has defraudado al contrario me sentiré orgullosa que aprendas de tus errores y los corrijas ¿OK? Y no tienes nada que agradecer yo siempre estaré para apoyarte y cuidarte con todo mi cariño, así como para escucharte, como te lo dije no prometo no enojarme y tampoco prometo que nunca te voy a tener sobre mi regazo porque a veces será necesario corregirte y no nos gustara a ninguna de las dos pero será necesario y créeme que después de recibir tu sanción todo estará perdonado y ni antes, ni durante, ni después del castigo te dejaré de querer ¿quedo claro?