El príncipe Tritón se asomaba despacio y en silencio a la entrada, aquella habitación se encontraba en silencio total con una suave sonrisa se aproximó hacia su omega el cual dormía profundamente, estaba agotado, su cuerpo recibía una sobre carga de emociones y necesitaba descansar, el joven príncipe acercó sus labios a su frente depositando un suave y amoroso beso, finalmente estaba con su amor, lo había extrañado tanto y ahora lo tenía consigo, observó sus rasgos tan hermosos y tiernos, a cada instante la sonrisa del Tritón aumentaba y como si fuera aquel primer encuentro sus ojos azules chocaron con los abiertos ojos oscuros que lo veían fijamente.
- Yibo...- Zhan sonrió y con asombro llevó su mano a sus labios.- ¿Puedo...puedo hablar?
- Mi padre te ha colocado el collar de Gong Gong.- Yibo tomó su mano y la beso.- Has sufrido mucho mi hermoso Betta.
- Tu recuerdo nunca me abandono.- Zhan sonrió.- Sabía que regresarías, te estábamos esperando.- Zhan se agitó y miró a todos lados.- Nuestra bebé...
- Nuestra bebé...- Yibo sonrió.- Está bien.
- Alteza...- Una joven sirena se acercaba con la pequeña en brazos.- Aquí esta la princesa.
- Mi bebé...- Yibo la tomo entre sus brazos y sonrió con emoción.- Es...es perfecta.- Acercó su nariz a la mejilla de la bebé y la frotó con suavidad.- Es hermosa.- Se acercó a Zhan y besó sus labios.- Gracias...gracias por este regalo amor mio...
- Gracias a ti por regresar a nosotros.- Zhan recostó su cabeza del hombro de Yibo mientras observaba con amor a su pequeña.- Yibo...
- ¿Mnn?
- Un nombre...
- ¿Como?
- Debes darle un nombre...- Zhan sonrió.
- ¿Un nombre?...- Yibo observó a su bebé detenidamente y una sonrisa se dibujaba en sus labios.- ¡Fei!
- ¿Fei?
- Es el nombre de mi madre.- Yibo sonrió.- Será tan hermosa y amada como ella.
- Me parece hermoso.- Zhan beso su hombro.
- También llevara un nombre real por el cual será conocida en este mundo.
- ¿Cuál?
- ¡Ariel!.- Yibo sonrió con más intensidad.
- ¿Ariel?.- Zhan agrando los ojos mientras sonreía.
- Si...al igual que aquella princesa sirena de la que me hablaste.- Yibo observó a su bebé.- Nuestra hija será amada por todos...nuestra princesa Ariel.
Wang Fei cuyo nombre de realeza sería Ariel, era una hermosa y regordeta bebé sirena de pelo verdoso casi tornándose a amarillo, sus ojos color aceituna eran enormes y su cola tenía una hermosa tonalidad multicolor, como sirena y ser místico había nacido un poco más grande que un bebé promedio, su pelo era frondo y sus ojos despiertos, tenía una mezcla de ambos padres, lo que hacía que su belleza incrementara.
- ¿Ariel?.- El rey sonreía mientras se acercaba.- Mi princesa se llamará Ariel.
- ¡Wang Fei!.- Yibo sonrió mientras colocaba a la bebé en brazos de su padre.- Su nombre de realeza será Ariel.
- ¿Fei?.- La voz del rey se quebró mientras veía a los ojos a su hijo.- ¿La llamaras Fei?
- Cómo mi madre.- Yibo sonrió.
- Hijo...- El rey acarició su mejilla.- Es hora que sepas la verdad sobre tu madre...y la razón por la cual tienes piernas.
El rey se acercó, aquella platica la tendría con su hijo y su familia, el rey empezaba a contar la historia de su vida y el origen de su odio a los humanos, el rey Wang Yuan se desmoronaba a medida que les hablaba sobre su amada Mei y su trágica historia de amor, Yibo se agitó al saber que era mitad humano, pero más se agitó al saber sobre el trágico destino de su verdadera madre, se sintió triste por ella y agradeció que incluso a último momento hizo lo posible por sarvarlo, enterarse que la reina Fei no era su verdadera madre no cambió en nada sus sentimientos, todo lo contrario, si el príncipe antes la amaba ahora la amaba mucho más, por haberlo acobijado y brindado amor sin ser de su sangre, Yibo finalmente pudo entender a su padre y aunque nunca le guardo rencor por lo ocurrido decidió perdonar todo y dejarlo atrás.
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Azul
FantasíaEl príncipe del mar ha escapado, no desea seguir los pasos de su padre, para el su libertad y su felicidad es más importante que cualquier poder, no le interesa gobernar ni ser el dueño del vasto mar, sólo le interesa vivir su vida en paz. El único...