La Ciudad Bajo El Mar

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- dime como podemos salir - Kodaka.

- hay que llamar su atención, él es el único que puede sacarnos - Lira.

Sonaba lógico, quizás lo habrían intentado antes, pero Kodaka sabía que no tendría caso.

- pudiste haber hecho algo desde afuera ¿no crees?

- no, él va a quererme a mí.

Le pareció lo más extraño del mundo, su curiosidad despertaba más y más, ¿quién era esa chica?, ¿por qué la iban a querer?, Kodaka empezó a sentir desconfianza nuevamente, estaba atento a cualquier movimiento para sacar su espada.

- ¿quién eres?

Lira sólo le miró, sin expresar nada como de costumbre. Estaba pensando en hacer una locura, no sabía realmente si lo era, pero lo parecía. Pensó en que debería temblar para hacerlo, simulando nervios, pero no tenía idea de cómo hacerlo, así que se fue directo a lo que quería hacer.
Movió su pierna hacia adelante, dando un paso.

- no te acerques, contestame la pregunta - Kodaka alterado ponía la mano sobre el mango de su arma.

La chica dio otro paso, y antes de que Kodaka pudiera hacer algo, ésta corrió el pequeño trayecto y se lanzó sobre Kodaka, dando un abrazo.
Sí antes estaba extrañado, ahora lo estaba el doble, ¿por qué un desconocido te abrazaría de la nada?, no tenía sentido.
La chica parecía cómoda, y no apartaba los brazos de su torzo. Kodaka veía su cara seria, sin una pizca de emoción, no manifestaba nada, pero aún así, sintió que ella quería darle a conocer algo.

- ¿por qué me estás abrazando?

- las personas hacen esto cuando quieren a alguien, demuestran su confianza y buscan refugio en los cálidos brazos de alguien más - dijo ella.

Él siempre intentaba ver más allá, ella no tenía idea de cómo funcionaban las relaciones con las otras personas, era imposible que alguien te quisiera solo con verte un momento, ella no lo quería. Entonces Kodaka se calmó y entendió que no trataba con una persona cualquiera.

- oye, escucha, no sé lo que te pasará, pero tú no estás bien, no te culpo, todos queremos algo de afecto en estos días - la chica lo miraba usando su comprensión al máximo, Kodaka siguió - pero lo principal ahora es salir de aquí.

Lira asintió, ella entendió todo.

- avisale a tus amigos, tenemos que hacer ruido

En ese mismo momento.
Kuro, Khito y Lutum salían a tierra firme, se puede decir que sus cuerpos salieron, porque sus mentes aún estaban bajo el mar. Vendami se ahogó, o quizás fue descuartizado por ese pulpo, el sólo hecho de pensarlo les hacía querer tirarse en la arena y llorar. Eso es lo que hubieran hecho, de no ser por lo que se encontraba frente a ellos, un súbdito del Superior, ahí observándolos. Khito reaccionó rápidamente, éste no podía avisarle a su jefe, o sino todo el pueblo de sus nuevos amigos sería arrasado. Las mismas cuchillas del hombre salieron de sus bolsillos, y Khito controlandolas con su tesoro, las clavó en su cabeza.

- lo hice - dijo, sin poder creer que manejara ese poder.

Inevitablemente se sintió mal, quizás debería haber hablado primero, a lo mejor ese súbdito no era nada más que un esclavo. Inmediatamente otra preocupación se le vino a su cabeza. Otro hombre se encontraba más atrás, entre los árboles, y había salido corriendo. Pensaron perseguirlo, pero el grito que soltó les hizo saber de que no estaba solo.

"¡avisar al señor que los Rin están con los humanos!"

Khito se desplomó a la arena, golpeando el suelo con sus puños, consiguiendo nada.

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