La Caída Del Templo

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Con armas en sus manos, decisión en sus miradas y preparados para cualquier cosa, los jóvenes bajaron del auto para aproximarse al templo. Kodaka llevaba su nueva espada en su espalda, quizás esta vez la usaría para ir más allá.

Khito avanzaba con ganas de descubrir la verdad, todos querían eso, pero la esmeralda que colgaba de su pecho reflejaba el deseo de venganza, la venganza para el que había ocasionado toda catastrofe.

Vendami también podía sentirlo, dejar a Add no fue nada fácil, nunca es fácil abandonar a un amigo.

Cada uno de ellos sentía temor, pero no retrocederian hasta conocer lo que se escondía. Ese medio se transformaba cada vez más en rabia que solo ese lugar podría saciar.

En la entrada del templo habían dos puertas enormes, eran de oro, parecía que sólo podrían haber sido sacadas de un cuento, bueno, todo el mundo lo parecía. Quic abre una de ellas, mostrándose así una gran sala, este lugar era realmente muy grande, pero eso no era lo único que encontrarían.

Una vez adentro Vendami saca de su mochila dos radio comunicadores.

- estos también los encontré en los túneles, pensé en este momento y sabía que nos iban a servir.

Le entrega uno a Kodaka y dice:

- tendremos que dividirnos en dos grupos, como pueden ver más adelante, sólo hay dos caminos, las escaleras hacia el segundo piso, y las que ban hacia abajo -luego de pensar unos momentos continúa -muy bien entonces Kodaka, tú irás con Quic, Khito y Lkros, todo el resto que venga conmigo.

Nadie dudó ni un segundo, todos hicieron caso a lo que decía su amigo.
Subiendo las escaleras Quic pregunta:
- ¿por qué somos tan pocos los que subimos?
- creo que un subterráneo es un lugar muy bueno para ocultar cosas valiosas, seguramente Vendami pensó en eso -respondió Kodaka.

Al estar llegando al fin de la escalera, que parecía no terminarse, Khito logró escuchar voces teniendo una conversación.

- hey, silencio, escuchen eso.

Las voces sonaban como a personas normales, también se podian escuchar ruidos de copas y platos, los chicos pensaron de que se trataría de personas del pueblo cenando o algo por el estilo, pero de pronto se escuchó:

- Horder, mi amigo el superior del rayo, dime, ¿asesinaste a Kodaka?

- no lo logré mi amigo, pero no te preocupes, por el momento no es una amenaza -respondió Horder

- de momento no lo es, pero cuando estén todos ellos reunidos lo serán, recuerda el sueño que tuvimos, no podemos caer de esa manera con simples mortales.

Los jóvenes quedaron sin palabras ante lo que habían escuchado, ¿acaso ellos eran una amenaza?, ¿ellos habían aparecido en un sueño premonitorio?

- quizás debamos enfrentarlos en este instante -sugirió Lkros.

- no, créeme que no son como personas normales, sólo recuerda lo que conté, ellos podrían asesinarnos con solo alzar su mano -respondió Kodaka

- será mejor que regresemos con los demás -dijo Quic.

Al momento que Quic terminó de hablar, un pequeño sismo sacudió el templo por completo. Luego de varios segundos en reposo, el templo volvió a agitarse fuertemente.

- seguramente ya hicieron algo -dijo Khito.

Sujetandose de donde podían los cuatro muchachos bajaron por las escaleras.

- pero ¿qué es todo esto? ¡están locos! -gritó Lkros al ver a sus demás compañeros.

Todos llevaban distintos tesoros que habían hallado en la bobeda del piso subterráneo.

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