Si decido dejarte [YiZhan]

Capítulo 1

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¡Hola! Mi nombre es Xiao Zhan, tengo 28 años y soy un Omega.

Tengo dos preciosos hijos. Mi pequeño A-Yuan de cinco años y mi precioso A-Ling de diez.

Estoy casado hace diez años con Darren Wang, un alfa sumamente apuesto y codiciado por cualquier persona.

Nuestras familias son amigas en común y eso nos hizo afianzar más los lazos cuando fuimos compañeros en la secundaria.

Aunque llevábamos meses estando juntos, en la noche de graduación tuve mi primer celo junto a él a causa de que los supresores fueron inhibidos debido a la ingesta excesiva de alcohol.

Agradecí a los cielos que sea él quién estubo a mi lado porque desgraciadamente mi historia hubiese sido otra.

A-Ling fue el resultado de esa noche, decidímos casarnos para evitar el que dirán, aunque eso a mí mucho no me importaba.

Nos amábamos mucho y a pesar que había sido mi error no controlar la cantidad de bebida ingerida, mi hijo nunca lo fué.

Tampoco me pregunté si él se sintió atado a ser mi pareja todos estos años debido a ese asunto.

Nuestras vidas recién empezaban y nos vimos en la obligación de aterrizar nuestros vuelos de forma repentina.

Bueno, principalmente fui yo el que se quedó en lo que hoy llamamos hogar al cuidado de los cachorros y los quehaceres domésticos mientras él trabaja en la empresa de su padre.

Los primeros años fueron los más hermosos de mi vida. La etapa de enamoramiento que según los científicos dura aproximadamente un año para mí fueron casi cinco.

Durante el enamoramiento, el otro no es otro sino quién nosotros deseamos que sea.

Ponemos sobre ese otro un velo que lo cubre y no llegamos a verlo como es en realidad. No completamente.

Así, vamos exacerbando sus virtudes y minimizando sus defectos, y en ocasiones no terminamos enamorados de ese otro, sino del que creíamos que era, del que quisimos que fuera, de lo que idealizamos.

Claro que este velo no cubre al otro para siempre; de allí que el enamoramiento dura tan sólo un año, a veces dos.

Será entonces cuando el velo caiga y podamos ver al otro tal cual es.

De ahí en más, se abrirán dos caminos: el del amor (en el mejor de los casos) o el del desencanto (cuando la fantasía previa hubiera desvirtuado demasiado la realidad).

Creo que en mi caso el velo empezó a caer paulatinamente después de esos maravillosos cinco años.

En todo enamoramiento nos obsesionamos un poco, dado que estamos pendientes de la otra persona en muchos sentidos, lo cierto es que a veces lo único que nos impulsa al otro es la obsesión por ser correspondido.

No se soporta la idea de que al otro no le importemos, de que no centre su atención en nosotros.

Sentimos malherido el propio narcisismo, y es nuestra inseguridad la que nos lleva a desesperar buscando la aceptación de ese otro con el cual te has obsesionado.

Es en estos casos, muchas veces, puede transformarse en una droga de la que no se puede prescindir.

Puede que, racionalmente, comprendamos que se trata de una relación nociva y que no nos resulta conveniente; pero aun así no podemos alejarnos y nos desvivimos por mantener algún tipo de vínculo.

¿Qué es lo que necesitamos realmente de él? ¿Qué rol ocupa? ¿Cómo sería nuestra vida sin esta persona?

Esta última pregunta es la que ha rondado en mi cabeza durante los últimos cinco años...