Capítulo 34

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El doctor Liu Haikuan entró a la sala de cuidados intensivos para notificar al alfa que el tiempo de visita ya había concluido.

Sabía perfectamente que Wang Yibo al estar cerca de Xiao Zhan podría reconocerlo como su omega destinado.

Por esa misma razón, prefirió no acompañarlo para que él, pudiera asimilar la nueva situación que tenía que atravesar.

Haikuan, al ser el fiel amigo del omega, estaba enterado de todos sus secretos.

De manera incondicional, apoyó cada una de las decisiones de Xiao Zhan, aunque en su mayoría no fueron las correctas.

Pero eso no le impedía sentir empatía por el joven alfa, al cuál le fueron ocultando muchas verdades y en menos de un día, le caían una tras otra como un balde de agua fría.

-Yibo -tosió aclarando su garganta-. Vamos... déjalo descansar, yo podré aclarar algunas de tus dudas -prometió sinceramente.

-Está bien -secó sus lágrimas con su antebrazo y depositó un casto beso en la frente del mayor, mientras con sus dedos acomodaba los mechones sueltos de su pelo-. Gege... -suspiró profundamente-. No puedo enojarme contigo ¿Lo sabes muy bien, no? -sonrió de lado débilmente-. Una vez qué te recuperes... quiero escuchar todo de tus labios ¿Me escuchaste? -le susurró, acomodando la mano del omega sobre la camilla, la soltó con recelo y abandonó la habitación junto a Haikuan.

Ambos alfas se dirigían seriamente al consultorio personal de Liu, para poder sentarse y hablar con discreción.

Haikuan, ya tenía preparadas dos tazas de café sobre su escritorio, haciéndole una breve seña, invitó al castaño a que tome asiento en una de las sillas, frente a él.

-Pregúntame lo que quieras, Yibo -tomó un sorbo de aquella infusión caliente-. Trataré de despejar algunas de tus dudas.

-¿Cuántos meses tiene mi hija? -Haikuan quedó sorprendido por la facilidad del menor por nombrar a la pequeña como suya deliberadamente.

-Siete meses.

-Pensé que tenía alrededor de seis...

-Por eso dije que aclararía todas tus dudas. -sacó de una carpeta la historia clínica de Zhan y se la pasó a Yibo-. Aunque la niña nació antes de lo programado, le falta muy poco para desarrollar por completo su sistema respiratorio. Tus feromonas más la incubadora facilitarán ese proceso.

-¿Tú lo sabías todo desde un principio? -el castaño cuestionó, observando las anotaciones y estudios contenidos dentro de la carpeta-. ¿Por qué nunca trató de decirme nada?

-Yibo... -juntando ambas manos sobre la mesa y entrelazando sus dedos-. No justifico las acciones tomadas por Zhan, pero como podrás ver en esas hojas, su cuerpo se ha ido deteriorando a lo largo de cinco años a causa de la ingesta de pastillas -tratando de omitir el motivo del tratamiento-.  Encontrarte fue una bendición para su salud, pero una maldición para su vida-. Viendo la mirada oscura del menor.

-¿Qué quieres decir con maldición? -entrecerró los ojos, mirándolo seriamente.

-Es de público conocimiento que es un omega casado... perdón... lo era -tomó el último trago que quedaba en su taza de café-. Una persona que estuvo casada por más de diez años y con dos hijos, se le hace difícil afrontar la situación de encontrar a su destinado cuando tiene una familia ya formada.

-Pero nunca lo dijo... tampoco sabía que él y mi omega destinado eran la misma persona -suspiró resignado, mientras colocaba los papeles sobre el escritorio-. Me siento un verdadero imbécil por no haberme dado cuenta-. Echó su cabeza hacía atrás, mientras apoyaba su cuerpo al respaldo de la silla.

Si decido dejarte [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora