Capítulo 12

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Jugamos piedra, papel o tijera con Wen Han, obviamente salió perdiendo, tuvo que ir a la tienda más lejana en busca de bebidas y alimentos para pasar la noche de "Reunión de Alfas" cómo la denominaba él.

Mientras Yubín salía de su trabajo para luego unirse, yo iría hasta la farmacia por antiácidos estomacales, la cuál quedaba a unas pocas cuadras.

Todos sabíamos que cuando Wen Han hacía las compras, el alcohol y la comida chatarra, no faltaban.

Estacioné mi moto a pocos metros de la entrada dónde el agua no la alcanzara, las nubes grises y el viento que soplaba cada vez más fuerte, anunciaban una tormenta repentina.

Maldecía por lo bajo al suertudo de Wen Han, por un simple medicamento tenía que esperar una fila de más de quince personas.

Mientras recorría la tienda me di cuenta que la belleza heredada de mi madre me ayudaría a salir más rápido de allí porque la señorita que atendía el local no quitaba sus ojos de mi persona.

¡Piensa, Yibo! ¿Qué puedes hacer para acelerar tu posición en este momento?.

¡Bingo! Recordé una escena de una película: en un supermercado, alguien fingía dar a luz para salir del lugar, escondiendo en su falso vientre todo lo que había robado...

Claro, yo no soy un ladrón, lo único que quiero es volver al punto de reunión de manera rápida, ganándole a Wen Han y a la lluvia.

Ahora lo que necesito es un cómplice. Empecé a observar detenidamente a cada persona delante de mí, llevándome una grata sorpresa.

No lo dude dos veces cuando mis ojos encontraron a esa hermosa figura unos lugares más adelante.

Ataqué sin avisar y, tomándolo por sorpresa, envolví mi brazo en su cintura. ¡Joder! sus ojos me llamaron tanto la atención que casi me hace perder el motivo principal de mi brillante plan.

El resto no hace falta que lo cuente, es obvio que Wang Yibo salió victorioso y con mi gege pegado como chicle a mi cuerpo.

Él le tenía miedo a las tormentas, vaya a saber por qué motivo una persona de avanzada edad era tan miedosa, pero eso jodidamente me gustaba.

En un momento, recordé a mi omega aferrado a mi cuerpo mientras íbamos montados en la motocicleta.

¿Por qué no puedo encontrarte? ¿Qué es lo que pasa por esa cabecita, qué no te deja entregarte a mí cómo quisiera?

¡Soy tú Alfa, mierda!... No dejaría que nada ni nadie te lastimara.

Sin darme cuenta, empecé a emanar feromonas protectoras y volví a la realidad cuándo sentí cómo mi gege se aferraba más a mí cuerpo, hundiendo su nariz en busca de mi aroma.

Traté de bromear con él, pero este omega tiene un carácter un tanto agresivo.

Lo convencí de llevarlo a aquél lugar sin ninguna doble intención, no podía dejarlo sólo e irme sin pensar que tendría miedo y frío.

Si decido dejarte [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora