Capítulo 25

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Xiao Zhan deseaba salir corriendo, pero sus piernas dejaron de responder cuando observó a Yibo ingresar al interior del baño, colocar el pasador interno de la puerta y caminar lentamente hacía él.

El Omega parecía no poder respirar ante la presencia de su alfa; Wang Yibo Lucía tan elegante vestido de traje y esa mirada tan profunda, penetrante... indescifrable.

Xiao Zhan sentía que no era momento de enfrentarlo, sus defensas estaban al límite: las ganas de abrazarlo y hundir su nariz en el cuello del alfa eran más fuertes.

Él deseaba volver a inhalar sus feromonas, el aroma a sándalo puro con el que soñaba cada noche.

Mirarlo a los ojos y decirle que nunca dejó de pensarlo, quererlo y extrañarlo.

Doblar sus rodillas ante él suplicando por el perdón de cada falta cometida.

Pero Zhan sintió que era demasiado tarde, porque Yibo se había enterado de uno de sus tantos secretos y de la peor manera.

El menor ya estaba comprometido y con un pie en el altar, ¿Cómo podía ser tan egoísta de destruir la felicidad que había construido junto a otra persona?

¿Qué le daba el derecho a intervenir nuevamente en su vida, sí él mismo quiso desaparecer de ella?

Aunque lo deseara, Xiao Zhan no podía hacerlo.

Cuando se dio cuenta que había estado mucho tiempo divagando en sus pensamientos, el alfa ya estaba a unos escasos centímetros de su cuerpo, secando con sus pulgares, las lágrimas que habían caído nuevamente de manera inconsciente.

Con voz entrecortada y casi inaudible preguntó:

-Yi-Yibo... ¿Q-Qué haces aquí?

-No podía ver cómo escapabas de de mí nuevamente y quedarme sentado sin hacer nada -respondió el alfa, acariciando suavemente la mejilla húmeda del omega.

Zhan no apartaba la vista de la mirada de Yibo, preguntándose a sí mismo si la respuesta del alfa era alentadora o se estaba ilusionando de forma errónea.

-Cariño... ¿Te encuentras bien? -Darren, golpeó la puerta principal del baño.

El omega se puso en alerta y corrió hacia la salida, olvidando que había sido bloqueada por el alfa castaño.

Quiso deslizar el pasador, pero de repente, sus manos fueron sujetadas, sintiendo también como, el pecho de Yibo, se presionaba contra su espalda, mientras el caliente aliento del menor rozaba su cuello.  Xiao Zhan se estremeció.

-Ya sé por qué no estás feliz de volver a verme -el alfa murmuró contra el oído del omega.

-Su-Suéltame... déjame que me vaya -Xiao Zhan ladeó su rostro e inconscientemente, le brindó mayor acceso al castaño, quién aprovechó la oportunidad y empezó a repartir besos desde su oreja hasta el final de su cuello.

-¿Estás seguro que eso es lo que realmente quieres? -Yibo preguntó con sorna, él sentía cómo la respiración de Zhan se entrecortaba debido a su roce.

-Bebé no me asustes -Darren seguía llamando a Zhan, quién estaba preso entre la puerta y el cuerpo  del alfa-, ¿Quieres qué llame a Liu para que te revise?

-Así que ese era su gran secreto -con una mano siguió sosteniendo las del omega desde sus muñecas, mientras con la otra, giró su rostro para que lo vea directamente a los ojos -déjeme decirle que se le juntó el ganado, señor Xiao Zhan -Wang Yibo sonrió sin gracia-, o mejor dicho, señor Wang.

Si decido dejarte [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora