Si decido dejarte [YiZhan]

Capítulo 18

Ese día, en el que me despedí de Zhan con un beso apasionado y cargado de promesas, no sabía que realmente era uno de despedida.

Entre a la mansión rebozando felicidad ,levanté a mi dulce Nana entre mis brazos y la hice dar vueltas como una hoja al viento, ella es como mi segunda madre, mi abuela y fiel confidente.

Es la primera vez que traía a alguien externo a mi hogar, sin mencionar a Wenhan o Yubín.
Mi Nana supo con una sola mirada que tan importante era aquel omega en mi vida.

Pasaba las horas mirando la pantalla del celular, esperando una notificación de mensaje o una simple llamada para escuchar su hermosa voz: pero eso nunca pasó.

Los primeros días me distraje por los distintos trabajos que realizaba en el taller o al juntarme con los muchachos en nuestro Cuartel de Alfas, pero, a medida que pasaban las semanas, empecé a reaccionar.

Lamentablemente Zhan nunca volvió a buscarme. No quise molestarlo dándole el tiempo que le prometí, pero empecé a desesperarme el día que mi padre habló conmigo.

-Wang Yibo, tú y yo tenemos una charla pendiente -me gritó mi padre desde su despacho de la mansión, deteniendo mis pasos de salida.

El prestigioso Alfa, Wang Zi Teng, dueño de Wang Corporations... era mi padre.

Cuando mis abuelos maternos murieron, le dejaron a su cargo las acciones cómo socio mayoritario, aunque eran la herencia de mi madre, la reconocida omega, modelo y actriz Carman Lee, mi padre se encargó de amasar y multiplicar la gran fortuna de ambos capitales, fucionándola en una sola corporación, sacrificando sus años de juventud y su vida familiar, enfocándose ciento por ciento a su trabajo.

Mi madre, dejó su carrera para dedicarse completamente a mi cuidado, aunque mi nana hacía un exelente trabajo, era suficiente con la ausencia de mi padre en el hogar.

Primero, pensé que seguiría con esa estúpida idea de que tome el mando de la empresa, pero lo que realmente vino a decirme, fue lo que menos imaginaba.

-Hijo... Tenemos que hablar de un tema muy importante -señalando el sillón junto al escritorio, me ordenó-: siéntate.

-Te escucho padre -obedecí su orden y me senté.

-Tenemos un gran negocio y necesito tu ayuda para esto... -me dijo, apoyando ambos brazos sobre su escritorio y con tono serio y autoritario.

-No creo que te sea de mucha ayuda... sabes que los temas relacionados a la empresa me tienen sin cuidado -Ví cómo su rostro se iba transformando.

-Como sabes, nuestra empresa solo cuenta con socios familiares, nadie externo puede entrar sin ser parte de ella...

-¿Y eso, qué tiene que ver conmigo?

-¿Te acuerdas de el señor Meng?

-¿El hombre qué dejaba a la niña molesta que rompía todos mis juguetes y las flores de mamá?

-jajaja... Exactamente.

-¿Sabes qué él me ayudó a sacar adelante la empresa cuándo tus abuelos fallecieron?

-Sí, padre, como olvidarlo, él fué tu gran apoyo por muchos años... Pero... no puedo relacionar su amistad conmigo...

-Corporaciones Meng, ha sufrido un gran fraude en este último tiempo y la única forma en la que puedo  brindarle un apoyo sin ser juzgado por los demás empresarios es que te cases con su hija.