Capítulo 2

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Mis amigos siempre me dicen que cuando  encuentre a mi destinado mi vida cambiará en torno a esta persona.

Realmente no tomo en cuenta sus palabras, ninguno de ellos ha encontrado al suyo.

Sus afirmaciones se basan en los comentarios de los demás, entonces, sus teorías definitivamente no cuentan con una base sólida.

Lo único que podemos asegurar es que lo reconoceremos por el aroma que lo caracteriza.

Se vincula a la emanación que surge para que pueda vincularse o transmitir algo (como los sentimientos de felicidad o miedo), incluso sin darse cuenta o de manera natural.

Por ejemplo las flores emanan fragancias para atraer a los polinizadores.

De la comida también es habitual que emanen aromas.

Los olores, por supuesto, pueden ser desagradables, como aquellos que expelen de los residuos.

A lo que deseo llegar con todo esto es que, cuando el destino quiera ponerme en frente de esa persona, lo sabré por su aroma, solo el destinado sabrá diferenciar tu verdadera esencia.

¿Qué quiero decir con esto?

Les doy un simple ejemplo: las personas a mi alrededor dicen que huelo a madera.

Sí, no me pregunten de qué tipo porque sólo mi destinado lo sabe.

Cuando mis amigos alfas empiezan a hablar sobre de sus noches de placer, yo empiezo a retirarme lentamente.

Dicen que tener sexo con tu destinado es como tocar el cielo con las manos... Sí, personas tan inexpertas en este tema como ellos pueden hablar sobre eso.

Cuando un omega empieza a liberar feromonas es como una droga de la que necesitarás toda tu vida una vez que la pruebes.

Lo mismo le pasará cuando yo haga lo mismo con mis feromonas alfa; la mezcla de ambas será única.

No podrás estar lejos de esa persona una vez que eso ocurra.

Querrás protegerla, ser el causante de que su cuerpo tiemble de placer cuando recorras cada parte de su piel, llenarlo por completo de besos y caricias...

Todo eso me parece una absurda fantasía.

Ahora, acabo de darme cuenta que me he perdido dentro de mis absurdos pensamientos mientras caminaba; porque ahora estoy en la parada, esperando la llegada del autobús.

Mi nombre es Wang Yibo, soy un Alfa de 22 años, terminé mis estudios con las mejores calificaciones.

Trabajo de medio tiempo, no porque necesite el dinero, mi padre se cansó de decirme que tengo el cargo de vicepresidente en su empresa, pero eso no es lo mío.

Prefiero pasar el tiempo libre sintiendo la adrenalina sobre ruedas, ya sea en mi motocicleta o sobre mi patineta.

También tengo auto pero usarlo no es mi prioridad.

Tengo en claro que el dinero no lo es todo en la vida, al contrario de lo que piensa mi padre, quién vive 24/7 encerrado en su oficina. Cuando mi madre le reclama que pasa mucho tiempo fuera de casa, él se encierra en su estudio.

Sería prácticamente lo mismo pero dentro del hogar...

Definitivamente no quiero esa vida.

Estoy a punto de parar el autobús pero me doy cuenta que la persona que está por cruzar la avenida no está en sus cinco sentidos.

Debe ser el gorro y el cubrebocas que anulan excesivamente su vista.

Se activan mis alarmas, le hago señas que no capta y me veo en la obligación de salir corriendo a su encuentro.

No quiero ser el causante de qué por culpa de parar mi autobús termine con su vida... Aunque eso me cueste esperar media hora más.

Lo jalo del brazo antes de que llegue a poner un pie en el pavimento, gira de manera automática y lo envuelvo entre mis brazos.

—¡Mierda!

Es lo único que alcanzo a gritar cuando tropiezo con el cordón de la vereda y caemos de forma instantánea: él encima mío.

Sus ojos están rojos e hinchados... ¿Acaso estuvo llorando?... ¿Es la razón por la que su atención no estaba puesta en el semáforo y casi muere o es qué evité un presunto suicidio?...

Su mirada pequeña y acuosa está clavada en la mía, sus pestañas se mueven velozmente una y otra vez hasta que se da cuenta en la posición que nos encontramos desde hace un par de minutos.

Noté que su cuerpo se tensó cuando se dio cuenta que mis brazos lo protegían.

Empezó a removerse para levantarse, luego extendió su mano para ayudarme, pues me quedé todo este tiempo observando sus movimientos recostado en el suelo.

Me pareció que sus mejillas se elevaron hacía sus ojos, entonces me imaginé una sonrisa debajo de aquella tela... ¿se estaba riendo de su salvador?

—Gracias —me susurró mientras sujetaba y apretaba levemente la misma mano con la cuál me ayudó a levantarme del suelo.

Sentí que todo mi cuerpo colapsó con ese simple toque.

Cuando quise responder él ya había cruzado la avenida y su figura desapareció al doblar la esquina.




Hola 🙋
Les traje la presentación de Yibo,
espero que les guste 🤗
No quise dejarlos sin nada el día de hoy ya que recién mañana terminaré de editar el último capítulo de nuestro querido marcianito 😍
Espero sus comentarios, dudas o sugerencias ❤️.
Gracias por acompañarme en esta nueva historia 😘😘😘

Si decido dejarte [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora