Si decido dejarte [YiZhan]

Capítulo 4

Llegué rápidamente a mi hogar, un sentimiento extraño se estaba apoderando de mi cuerpo.

¡¡¡Joder, Xiao Zhan!!! ese maldito mocoso que acaba de salvarte la vida no es nada más ni nada menos que tu destinado.

Después de tantos años, había perdido aquél deseo de encontrar a esa persona que denominan "el príncipe azul de un cuento de hadas".

Yo ya tengo el mío... Darren. Él duerme conmigo todas las noches y me dio dos hermosos hijos.

Mierda, mierda y más mierda.

¿A quién quiero engañar con todas esas palabras?

Puedo engañar a todo el mundo, como lo he estado haciendo durante los últimos cinco años. Pero, ¿cómo puedo engañar a mi propio instinto? Ese que estuvo escondido por tanto tiempo, adormecido por la ingesta de pastillas y supresores.

Dioses. Todavía siento su aroma sobre mi cuerpo y es malditamente atractivo, excitante.

Mi parte instintiva y animal se despierta lentamente, aunque luche contra ella, siento como si hubiese estado en proceso de hibernación y ahora quiere volver a tomar el control sobre mí.

No puedo dejar que eso suceda.

—¡Papi! ¡Papi! —A-Yuan tira de mis pantalones—. ¿Por qué sigues ahí parado?—el niño observa cómo el idiota de su padre está aún apoyado contra la puerta de entrada, tratando de evitar que esa persona entre y arruine su vida—, ¿Por qué hueles a madera? —me pregunta, dejándome en shock y haciendo que mis ojos se abrieran al igual que dos platos de porcelana.

—A-Yuan... ve a ayudar a tu hermano a colocar los platos sobre la mesa —trato de disuadirlo—, yo iré a bañarme —finalizo.

¡Tengo que deshacerme de este aroma antes de que llegue Darren! Aunque mí omega interior ruega que no lo haga.

—Papi huele lindo —aferrándose más a mi cuerpo mientras con su pequeña naríz aspira el aroma a madera—, pero... no es el aroma de papá Wang, ¿Verdad? ¿De quién es? ¿Por qué huele tan bien?

—Shhh ¿Puedes guardar este secreto, A-Yuan? Papi se ha caído y una persona lo ayudó a levantarse, pero no le cuentes a nadie porque se van a burlar de mí... ¿De acuerdo? —le hice un leve puchero apretando sus hermosas mejillas.

Sí, lo sé. Me siento el peor padre del mundo por mentirle a mi pequeño de tan solo cinco años.

—A A-Yuan tampoco le gusta cuando A-Ling se burla de mis caídas —levantó su pulgar afirmando que mi terrible secreto estaba a salvo con un pequeño e inocente infante.

Corrí al baño, me desnudé de forma veloz, metiendo la ropa en la lavadora, aspirando su aroma por última vez.

Dejé que el agua caliente borrara todo rastro del prohibido extraño. Se me formó un nudo en el estómago, como si estuviese eliminado la sangre de una víctima luego de un cruel asesinato.

Faltaba poco tiempo para que Darren llegara, pero eso no impidió a mi mente fantasear, por unos instantes más, con aquél muchacho, recordando su aroma a sándalo, sus ojos marrones... Mis manos sobre su firme pecho.

¡Mierda!

La vergüenza me invadió al imaginarme otro tipo de situación... ¡Es la primera vez que me pasa algo así! ¡Lo juro!

Todos estos años mis ojos y mis pensamientos fueron solo para Darren.

Ni siquiera me importaban aquellos apuestos alfas que me presumían al no estar marcado. Agh. Mucho menos los que salen en los dramas de televisión o en las publicidades.