Terminaron de ducharse rápidamente, ambos sabían que estando por más tiempo juntos y en esa comprometida situación, traería consecuencias desastrosas.
Ambos cuerpos se estaban acostumbrando a sentir al contrario en su totalidad.
Xiao Zhan, por el momento, no podía exponerse, el control de sus feromonas había quedado al límite luego del último encuentro en la ducha.
Finalmente, convenció al menor de tomar un taxi, bajo la promesa de pronto ponerse en contacto con él, pidiéndole tiempo y espacio suficiente para arreglar sus problemas personales que les impedía estar juntos.
El omega partió, dejando en los labios del alfa un beso con gusto a mentira, él no sabía por cuánto tiempo podría llegar a sostenerla.
Lo mejor era tomar distancia para no dañar a Wang Yibo ni dañar a su familia.
¿Quién querría alejarse de su alfa destinado? ¿Quién podría aguantar días y noches sin verlo, oírlo o sentirlo, una vez que haya probado la calidez de su cuerpo y de sus labios?
Cuánta razón tenía Leonardo Da Vinci en una simple oración:
“Una vez hayas probado el vuelo siempre caminarás por la Tierra con la vista mirando al cielo, porque ya has estado allí y allí deseas volver”
Claro que Zhan deseaba volver a tomar ese vuelvo y que jamás hubiera una escala de por medio, pero por el momento, le era imposible, cómo si la peor tormenta o una gran bomba amenazaran ese aeropuerto, se prometió jamás volver a arribar.
Bloqueó el número telefónico de Wang Yibo para no tener posibilidad de contactarlo, sabía lo insistente que el alfa podía llegar a ser.
También, como modo de protección para sí mismo, no deseaba caer en la tentación de oír su voz a través del teléfono. Aunque seguía recordando cada noche esos momentos apasionados; sí tenía suerte, podía volver a revivirlos a través de sueños, pero despertaba solo, abrazado a su almohada... Ni siquiera el agua de la ducha ayudaba a eliminar esas imágenes, porque al cerrar los ojos, sentía al alfa junto a él, besando y acariciando su piel mojada.
Xiao Zhan, se encontraba en la cocina, terminando de lavar los últimos juegos de platos y cubiertos, con la mirada perdida hacia el gran ventanal situado frente a él.
Y cómo sí de una maldición se tratarse, volvía a ver esa sonrisa, sentir esa voz junto a su oído... El omega maldecía por lo bajo, no había día en qué no se acordara de él...
-Amor -envolviéndolo con sus brazos desde la espalda- ¿Qué es lo que te hace tan feliz?-. Tomándolo por sorpresa, Darren le susurró al oído.
-Darren... me asustaste, ¿Por qué lo dices? -preguntó, sin darse vuelta, seguía restregando la esponja por el plato limpio, sólo para evitar el contacto visual de su esposo.
-Hace mucho tiempo que la casa no huele a tí. Desde la habitación puedo sentir tu aroma a flores frescas -Darren comentó, mientras hundía su nariz en el cuello de Zhan.
-¡Mierda! -exclamó del susto, rompiendo el plato favorito de A-Yuan-. No puede ser posible, yo tomo mis pastillas todos los días -escapó del agarre del alfa para tirar al cesto de residuos los restos del plato roto.
-Hasta los niños están más contentos por sentir tus feromonas, bebé -le informó, ayudándolo a desechar los últimos trozos-, ¿Dónde tienes tu cabeza todos estos días? -acarició suavemente los cabellos del omega-. Antes era un aroma leve... Pero hoy -inspiró con fuerza-, se siente demasiado -Darren sonrió tomando el rostro de su esposo y depositó un suave beso.
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Si decido dejarte [YiZhan]
FanfictionXiao Zhan está casado con Darren Wang hace más de diez años y dos cachorros son el fruto de ese matrimonio. La burbuja de la familia perfecta se rompe cuando accidentalmente conoce a Wang Yibo; su alfa destinado. Desde que Wang Yibo entra a su vida...