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__(tn)

Con el palito hice círculos imaginarios en el suelo, esperando al azabache.

《¿Habré venido muy pronto?》

— ¡_-_(tn)! —llamó corriendo hacia mi.

Me levanté de la entrada limpiando mi ropa y mirándolo sonriente.

— Hola, Kageyama.

— Hola...

— ¿Listo?

Asintió.

Abri la puerta entrando al inmenso gimnasio.
Dejé mi mochila en la banca y até mi cabello.

Preparamos todo y empezamos a calentar, por las dudas y evitar futuras lesiones.

— Bien, lo primero que debes saber es... espera. No —me detuve analizando la situación —. Quiero ver tu armado, el que haces con Hinata.

— ¿Mi armado? —preguntó confundido.

— Así es —tomé la pelota y me posicione frente a él —. Te haré el pase y tu arma como si Hinata estuviera aquí.

Asintió.

Tiré la pelota sobre mi cabeza y se la pasé con un pase de arriba.
Este al segundo hizo su famoso armado.

— Bien. Ya sé que hacer.

(...)

— ¿Lo entiendes? Tus hombros desde un momento ya deben estar hacia atrás para que en el momento de hacer el armado tenga muchísimo más impulso.

— Entonces no perdería velocidad al perder el tiempo en hacerlo desde 0. Es como un resorte.

Asentí.

— ¡Exacto! Ya entendiste la lógica, ahora quiero ver la acción.

— De acuerdo. Estoy listo.

— He notado cierta... Tensión entre tú y el de pelo anaranjado.

No respondió, solo corrió su mirada.

— No estoy pidiendo que me lo cuentes, seria ilógico y además técnicamente soy una extraña para ustedes aún —reí—. Pero sea lo que les esté pasando, no es bueno. Ni para ustedes ni para su equipo, si quieren jugar no deben romper esa conexión, ese vínculo que ya tienen dentro de la cancha. Los he visto jugar y puedo decir que son sorprendentes. Hasta podría ser su fan —volví a reír —. Pero fuera de eso, espero que lo solucionen si quieren ganar contra Nekoma.

— ¿Como sabes...?

— Te he dicho miles de veces que soy la hermana de Ukei, me entero de todo —reí.—. Ahora, veamos tu nuevo armado.

Le pasé la pelota y su armado fue excelente. Lo había conseguido tal cual.

— ¡Perfecto, Tobio! —grité de felicidad— Oh, lo siento...

— P-P-Puedes decirme Tobio.

— Fue excelente,  Tobio —sonreí alegre.—. Solo falta que practiques este armado con Hinata y serán imparables.

— Gracias, por enseñarme.

— No fue nada.

Caminé hacia el banco, para tomar mi mochila y agarrar una barrita de cereal.

—¿Tú vendrás?

— ¿Mhm? — me voltee viéndolo, Tobio se encontraba con sus mejillas rojas.

— A ver los partidos...

— Oh, ¿Quieres que vaya?

Asintió.

— Entonces iré a verte jugar, Tobio —sonreí.

Pasó saliva con dificultad.

— ¿Quieres una barrita? —saqué una de mi mochila extendiéndola.

Este la aceptó con una ligera sonrisa.

— Gracias.

— No fue nada... Ya quiero ver tus jugadas —confesé—. He escuchado mucho de ti.

— Te mostraré de lo que te pierdes al no competir.

— Eso lo veremos, Kageyama Tobio.

— ¡Ho! ¡Ukai! —Apareció Hinata en la puerta feliz de verme.

— Hola, Hinata —sonreí amable.

— ¿Que haces aquí?

— Le enseñaba algo a Tobio, es bueno aprendiendo.

La tensión se sentía en el ambiente.

— ¡Ah! ¡Que cansada estoy! —cambié de tema—. ¿Listos para jugar contra Nekoma?

Asintió eufórico.

— ¡Estuve entrenando con tu abuelo!

— Lo sé —reí—. Estoy segura que ganarán.

Kageyama no habló.

— Pero, en ningún momento deben de perder la comunicación —advertí. Ambos captaron la indirecta ya que me miraron sorprendidos.

— ¡Hinata, Kageyama! ¡Ah, y la hermana de Ukai! —apareció Takada y Daichi.

— ¡Hola! —sonreí.

Uno por uno empezaron a llegar.

— ¡__(tn)!

— Hola, Yaichi —saludé amable.

— ¿Como estás?

— Bien, gracias. ¿Y tú?

— Estoy bien —habló feliz.

— ¿Que se siente ser la futura mánager de todos estos chicos?

— Uhm... Supongo que es todo un reto pero me emociona de alguna forma —respondió.

— Tienes un gran camino por delante —dije mirandolos. Mi mirada se paró en cierto armador, quien se encontraba hablando con algunos del equipo—. Debe ser lindo saberlo...

•••
¡hola y adiós!

La menor || Kageyama y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora