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__(tn)

— ¿Campamento juvenil?... ¡Eso suena genial!... Oh... No, sí esta bien, entiendo... Es solo que, supongo que te extrañaré... —reí corta—. Esta bien, no lo supongo; Te extrañaré. Claro... De acuerdo, sí.

— Oye, __(tn). Ya vamos a entrenar, ya cortale a tu novio —habló Sam fastidiada rodando los ojos.

— Fue Sam... ¿Qué? ¡No, Kageyama! Escucha, debo seguir entrenando. Nos vemos cuando regreses de las nacionales... ¿Por qué no antes? Bueno... Debo seguir entrenando con mi equipo y debemos cambiar el uniforme del equipo, estoy muy ocupasa. Lo siento, te quiero ¡Adiós! —corté la llamada con al azabache y volví a la cancha con mi equipo.

— Espero que no te pongas a hablar por celular en medio del juego en las nacionales.

— Claro que no, Mía —reí—. Quiso contarme que fue invitado a ese campamento juvenil de sub19.

— Yo quiero un novio así... —suspiró Lia.

— Saca tus garras de mi hombre.

— ¡A entrenar señoritas! —ordenó Paul, el entrenador.

(...)

— ¿Quieren que sea ajustada la parte de abajo?

Asintieron

— Yo me opongo.

— Pero es más cómoda y práctica, Sam.

— Yo no me opongo pero tampoco estoy de acuerdo —hablé—. Me da igual.

— Entonces la parte de short será color negro y ajustado, para más comodidad; Luego me lo agradecerán —informó Anna—. Y la parte de la camiseta respetaremos los colores del club: Blanco, verde oliva y negro. ¿Correcto? —asentimos—. Perfecto, ahora solo resta confirmar el diseño.

— ¿No podemos usar las que ya tenemos?

— No, Liz. Ya pasaron de moda y queremos hacer algo más... Nuevo —respondió Mía.

— El diseño entonces será, como predominante el negro, a los costados tendrá unas rayas de color blanco junto con el cuello y el borde las mangas y en algunos detalles el color verde oliva. Eso con respecto a la camiseta, el short será color negro y ajustado para más movilidad ¿Bien?

Asentimos.

— Perfecto, entonces ya podemos mandar el diseño. Nos vemos mañana señoritas.

— Adiós entrenador Paul.

— Bye bye~ —saludó con su mano mientras se retiraba.

— Estoy tan enamorada de Paul... —soltó un suspiro de enamorada Mía.

— ¡Puaj! ¡Mía! —se quejó Lía.

Paul era un rubio de ojos verdes, tenia unos treinta y tantos, no era feo pero...

— Déjala ser feliz, Lia —habló Sam entre risas—. Deja que se haga ilusiones.

— ¡Oigan! ¡No está casado y tampoco tiene cincuenta y seis años!

— Ya, ya Mía —palmee su espalda—. Tú puedes... En treinta años —reímos y al poco tiempo Mía se nos unió, riéndose.

— A guardar todo, debemos descansar perfectamente bien estos días y para eso...

— Ay no...

— Otra vez no...

— Oh si —sonrió.

— Anna...

— ¡Itinerario! ¡Aquí les tengo un itinerario perfectamente hecho y acorde a los próximos días, inclusive un día antes de las nacionales, que deberán seguir sin reproches!

Sip... Anna, es fanática de los itinerarios y siempre hace muchos cuando se acercan cosas importantes.

Nos repartió una por una papeles, donde todo estaba perfectamente ordenado y con letra perfectamente prolija.

Dejé escapar un suspiro de cansancio.

— Anna, ¿Alguna vez piensas dejar esta extraña obsesión por los... Itinerarios?

— Mmm... Nop, ahora; Leanlo, estudienlo, sepanlo, sientanlo y haganlo. ¿De acuerdo? Incluso les incluí la cantidad de calorías y carbohidratos que deberían de ingerir. Y algunos ejercicios que podrían serle de utilidad. De nada.

— ¿De nada?

— De nada. ¡Ahora a guardar todo y dejar todo limpio! ¡Muevanse!

•••
¡Hola y adiós!

La menor || Kageyama y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora