La menor || Kageyama y tú

3

___(tn)

— Gracias.

Tomé amable mi batido y seguí mi camino directo a la escuela Karasuno.

Keishin me habló muchos de ellos, se ve que les agrada demasiado... ¿Como serán? Ayer los vi demasiado a la ligera, no me detuve a observarlos determinadamente, pero, sí había uno...

Un cartel llamó por completo mi atención "pequeño gigante"... Ese debe ser un tal Hinata, por las descripciones de mi hermano.

Volví a meter la pajita en mi boca bebiendo del líquido.

Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro.
Que interesante...

Mis pies volvieron a andar, caminando ahora directo al edificio.

(...)

A medida que me acercaba se oían rechinar las zapatillas en el suelo y los gritos de los jugadores en sus prácticas. Eso es algo que me fascina.

Guardé mi celular en el bolsillo de mi buzo después de ver la hora.

Con una mano abri la puerta del gimnasio ya que con la otra aún tenía la bebida que había comprado.

— ¡Oh! ¡Tu eres la hermosa chica de la otra vez! ¡Soy Yachi!

Sonreí algo incómoda.

— Hola Yachi, soy __(tn) Ukai. Pero dime __(tn).

Esta asintió eufórica.

— Ah, al fin llegas —dijo al verme—. Ven aquí y ayúdame con el entrenamiento. Shimizu y Yachi no saben manejar muy bien la pelota.

— ¿Eh? —soltaron algunos.

— ¿Qué yo qué? —hablé incrédula.

— ¡¿Ella sabe jugar?! —soltaron impresionados.

Frunci mi ceño. ¿Como no voy a saber jugar? Soy una Ukei. Además me gusta el voleibol y no es muy difícil. Eso de alguna forma me hizo sentir humillada.

— ¿Mi hermanita? ¡Claro que sí! —rió—. Yo le enseñé —agregó con superioridad.

Rode los ojos. Tú y el abuelo, pequeño arrogante...

— Antes dejame presentarte al equipo, hermanita.

Asenti y caminé quedando junto a él.
Los jugadores se acercaron mirándome con atención.
Son todos muy grandes... Y guapos. Vaya...

Mi hermano empezó a presentar uno por uno y mis ojos se detenían en los susodichos observandolos con atención. Algunos eran intimidantes.

Mi mirada quedó entrelazada con el último: Kageyama Tobio.
Este era el que me había llamado la atención por alguna extraña razón. Sí  es guapo, mis ojos no me mintieron. Lo observé detenidamente de arriba hacia abajo, cosa que parece haberle molestado por su gesto.

— ¡Bien! Hoy nos enfocaremos específicamente en los remates. Hagan filas, nosotros seremos sus armadores.

— ¿Por qué debo rematar? Yo soy quién arma.

— Lo sé, Kageyama. Pero hoy decidí que nos enfocaremos en la ofensiva, uno nunca sabe que puede pasar a futuro.

Este rechistó.

Bebí haciendo ruido ya que quedaba muy poco líquido, mirando atenta al azabache.

— ¿Que me miras?

— ¿Yo? Nada —reí dándome vuelta y yendo directo al tacho de basura—. Me parece gracioso que no confíes en los entrenamientos de mi hermano.

— Yo no... Yo nunca dije eso.

Tiré el vaso y limpié mis manos.

— Pero lo hiciste —respondí divertida—. Si tu ego está tan arriba p-

— ¡__(tn)! —interrumpió—. No está  atacándome, el suele ser así, pero no es mala persona.

— ¿En serio? —miré a este y asintió.  Luego a Tobio el cual asintió también —. Oh, lo siento  —me disculpé avergonzada.

Mi hermano dejó escapar un suspiro de alivio.

— ¡Cuanta tensión! ¡Ukai tú hermana es sensacional! —habló Tanaka. Emocionado.

— Kageyama... Mi hermana suele transformarse cuando alguien se mete con su familia. No sabe controlarse y por eso a veces está  metida en problemas.

— Es cierto  —reí nerviosa mientras dejaba mi mochila en el banco—. Cuando siento que amenazan a mi familia no me doy cuenta de mis acciones. Lo siento, Kageyama —me disculpé viendolo. Este negó.

— No pasa nada...

— ¡Eres genial! —hablaron con felicidad Hinata y Nishinoya.

Sonreí.

— Gracias, supongo... ¡Ustedes igual!

— ¡Después tendrán tiempo para charlar, entrenemos!

— ¡Sí! —dijeron al insinúo.

Yo dejé escapar una pequeña risita.

•••
¡hola y adiós!