7

41K 3.5K 660
                                        

__(tn)

— ¡Perdón! —me disculpé mientras chocaba con la gente.

Estaba corriendo a toda velocidad entre ls multitud, intentando llegar al fin al gimnasio donde se encontraba Karasuno.
Mi hermano olvidó despertarme y claramente yo no me puse alarma, por lo que me cambié lo más rápido que pude y tomé el tren.

Habia logrado ponerme una falda, un buzo que me quedaba algo grande y mi infaltable mochila de color amarillo. Nunca salía sin esta.

Recargue mis brazos en mis piernas recuperando el aliento al ver que logré llegar.

— Si... Falta...Poco —hablé para mi misma entre jadeos.

Inspiré hondo y volví a correr para ahora, poder entrar al gimnasio y ver a Karasuno jugar, pero específicamente, a Tobio.

Una sonrisa boba apareció en mi rostro.

《¡No, no! ¡Relajate un segundo, __(tn)!》

Golpeé mis cachetes entre mis manos, quitando cualquier pensamiento imprudente.

Justo a tiempo. Karasuno se encontraba jugando, pero iban muy por debajo de su equipo contrario.

— Ya-Yachi —jadee— Shimizu... ¿Llegué muy tarde?

— Hola, __(tn) —me sonrieron ambas dulcemente.

— Al fin llegas.

Fulminé con la mirada a mi hermano.
Este rió suave, enfocándose nuevamente en el juego.

— No van para nada bien...

— No, este es el segundo partido que pierden.

Miré a Takeda incrédula.

— ¡¿El segundo?! —asintió—. Oh, mierda...

— No están siendo sincronizados hoy, están chocando mucho entre ellos —informó Yachi.

— Pero es porque cada uno tiene cosas nuevas que mostrar e intentar. Están poniéndose a prueba a si mismos —agregó Shimizu.

— Eso suena interesante... Bueno, al menos no lo hacen en partidos "importantes". Creo que ahí sí habría graves problemas.

— Supongo que sí...—Respondió Takeda—. ¿Llegaste bien? Tu hermano dijo que vendrías más tarde por tu propia cuenta, es lo que le dijiste.

— Maldito mentiroso —gruñí—. No es lo que dije, pero descuida Takeda, estoy sana y salva —sonreí tranquilizandolo. Este asintió aliviado.

(...)

— ¡Sandía! Que bien —dije tomando una porción.

— Creí que no ibas a venir.

Volteé viendo al azabache. Este agarró una porción de sandía del plato de Yachi.

— Se me hizo tarde... Pero no iba a no cumplir la promesa que hice. Claro que iba a venir.

Este siguió mirándome por varios segundos.

— Mhm... ¿Quieres... Quieres sentarte? —señalé el pasto. Asintió.

Nos sentamos algo alejados del resto.

— No es por ser mala persona pero... ¿Que ocurrió hoy? Jugaron fatal y las chicas me dijeron que perdieron desde el primer partido.

Di una mordida a la sandía gustosamente.

— Yo... No lo sé. Supongo que todos estamos intentado cambiar; Hinata ya no es el mismo.

— Por supuesto que no. Y tú tampoco, se están perfeccionando, y eso es bueno. Tienen que evolucionar todos juntos y adaptarse al cambio, Tobio.

Este siguió comiendo la sandía. Su gesto era algo serio y pensativo.

Largué un suspiro.

— Ya podrán encontrar la armonía entre todos ustedes. Volverán a ser los mejores, ya lo verás.

Sus ojos me miraron atentos.
Yo dejé escapar una carcajada, a lo que frunció el ceño confundido.

— Tienes una semilla, justo aquí —llevé mi dedo a la comisura de sus labios, quitando la semilla. Mis dedos rozaron con sus labios, sus fríos y mojados labios debido al jugo de la fruta.

Sus mejillas enrojecieron a más no poder y su mirada era de asombro.

Yo por otra parte estaba algo sorprendida por lo que acababa de hacer y nerviosa.

— G-Gracias —soltó corriendo la mirada.

— De nada, T-To-Tobio —corrí también mi mirada hacia al otro lado avergonzada.

Escuché como susurraba algo, pero era inaudible.

— ¿D-Dijiste algo? —pregunté ahora mirando al frente pero observandolo de reojo.

— No —respondió dándole un mordisco a la sandía.

Mentiroso... Sé que dijiste algo, pero no oí bien.

— ¡Vamos a seguir con los partidos! —anunció Sugawara.

•••
¡hola y adiós!

La menor || Kageyama y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora