La menor || Kageyama y tú

4

Yachi

— Bien, entonces mi hermana y yo seremos sus armadores esta vez. Ella del lado izquierdo y yo del derecho —señaló a lo que todos asintieron.

La hermana de Ukai se quitó su buzo teniendo la completa atención de Tanaka y Nishinoya.

Luego lo dejó a un lado de la cancha y ató su cabello.

— Es muy bonita... —solté admirandola.

— Tú también lo eres.

— ¡G-Gr-Gracias Shimizu!

Esta me sonrió dulce.

— Ayudemos con el pase de las pelotas.

Asentí eufórica y la acompañé.

— ¡Empecemos! —ordenó.

Shimizu y yo le lanzamos las pelotas a los hermanos Ukai para que puedan armar.

Sus armados fueron perfectos, como sincronizados... Fue como ver un espejo del otro lado.

— Wow...

Hinata remató el armado de __(tn) y Nishinoya el de Keishin.

— ¡Fue asombroso!

— ¡Fue genial! ¡Fue un pase perfecto, __(tn)!

Esta le sonrió divertida.

— Gracias, Hinata. Tu golpe fue bastante fuerte.

Este asintió feliz y con un ligero rubor en sus mejillas.

— Yachi —miré asustada a su llamado—. Fue genial tu pase, ¿Podria pedirte que lo eleves un poco más? —preguntó amable.

Asentí.

— ¡Gracias!

《Que hermosa persona...》

— Q-Quiero más rápido mi pase.

Esta frunció el ceño.

— ¿Estas seguro? —asintió.

Se encogió de hombros y me miró,  dándome la señal de que le lancé la pelota.

En el momento en que sus dedos tocaron la pelota de voleibol, esta desapareció de mi vista.

¿Que fue eso...?

Kageyama quedó quieto en su lugar, asombrado.

— ¿No pudiste pegarle, cierto? —habló serena—. Yo solo obedecí a tus pedidos —hizo una leve reverencia burlándose.

— ¡Oe, oe! ¡Rey de la cancha! ¡¿Que pasó?! ¡Te dejó en ridículo! —se burló Tsukishima.

— Tsukki —habló Yamaguchi.

— Eso fue...

— Increíble. —Finalizó Sugawara la frase de Daichi.

— Otra vez. ¡Otra vez! ¡Por favor! —pidió.

— ¿Quieres volver a intentarlo? —volvió a asentir—. Esta bien. En el momento en que la pelota toca mis dedos, empieza a reaccionar, Kageyama.

Movió su cabeza en forma de afirmación ante la recomendación de la castaña.

La menor Ukai me miró lista para recibir la pelota.

Se la lancé y de nuevo ese instante en que desaparece...

Kageyama no logró pegarle.

— ¡Por favor! ¡Enseñame a armar con esa velocidad!

— Pero si mi hermano me ha dicho de su ataque veloz con Hinata, es bastante rápido. ¿Por qué quie-

— ¡Por favor! —volvió a pedir.

Esta suspiró y con sus manos levantó el cuerpo del azabache, deshaciendo la reverencia.

— No hace falta que hagas eso. Te lo enseñaré de todas formas —volvió a sonreír dulce y Kageyama parece haberse ruborizado ante el gesto.

— ¡Y-Yo sigo!

— Yamaguchi, ¿Cierto? —asintió nervioso—. ¿Quieres algún armado en especial como el azabache o...? —lo señaló burlándose del susodicho.

Este negó.

— Bien. Hagámoslo.

(...)

__(tn)

— ¡Eres sorprendente, __(tn)!

— Gracias, Hinata. Tú también, das unos increíbles saltos.

— ¡Fue sensacional! ¡¿Jugaste en las finales alguna vez?!

—Uhm... No. No me interesa todo eso, Tanaka. Juego por diversión o solo porque sí —me encogí de hombros.

— ¡¿Ha?! ¡Pero si juegas como una profesional! —se unió Nishinoya.

— Que divertidos son —dejé escapar una risa—. Supongo que es porque practiqué toda la vida con mi hermano pero no me interesa competir.

— Estas derrochando.

Volteé a verlo.

— ¿Derrochando? —repetí confundida.

— T-T-Tienes talento... Y ese armado fue g-ge-gen-g-geni-...Bien.

— ¿Fue genial?

Asintió avergonzado mirando a otro lado. Vaya, que tierno...

— Entonces que alivio saber que ese armado lo harás tú y llegará a las finales.

— ¿En serio me lo enseñarás? —preguntó con sus ojos iluminados.

— Claro que sí. Si estás dispuesto a aprenderlo, te lo enseñaré con gusto. Pero —advertí—, a quien se lo armes deben estar concentrados al 100% y no perder de vista la pelota. Deberias practicar este armado con Hinata, después de todo ya tienen su "estrategia" y puedes sumarla con lo que aprendieron con mi abuelo y mi hermano.

— Gracias. ¿Como es que...?

— ¿Que lo sé? —reí corta—. Te olvides que vivo con Keishin, la mayor parte del tiempo le ayudo con sus estrategias. Y no hay de qué. Mañana volveré —avisé mientras tomaba mi mochila del suelo—. ¡Nos vemos, Keishin!

— ¡Ten cuidado al regresar!

•••
¡hola y adiós!