26

19.9K 1.9K 360
                                    

___(tn)

— ¿Contra quién?

— ¿Quieres saberlo?

Asentí.

— No te lo diré —sacó su lengua.

— ¡Anna! —reproché quejandome.

Esta rió.

— Ahora lo veremos, tranquila. Da igual contra quien nos toque, de todas formas debemos ganar.

— Buen punto.

— Oe, __(tn) —miré a la rubia— ¿Como le fue a tu novio ayer?

— Ganaron —sonreí—. Karasuno le ganó a Inarizaki.

— Pf, era obvio.

— ¿Y tú como sabes, eh? —estiré.

— Bueno... Dicen que Karasuno resurgió de las catacumbas, seguro hicieron un pacto con Lucifer.

Reímos ante la idiotez de Lia.

— Ciertamente... Me siento orgullosa cuando oigo cosas de Karasuno o de Kageyama, es como: Ese es mi novio. ¿Entiendes? Es como... Wow, mi novio es talentoso y muy admirado por todos, es realmente sorprendente y sexy.

— A calentar, señoritas —nos interrumpió

— ¡Sí!

(...)

El partido había comenzado.

Pero, yo solo quería terminar con esto e ir a abrazar a Kageyama, quien me estaba viendo con todo su equipo; Karasuno nos estaba apoyando.

Los miré una vez más, antes de mirar a través de la red, viendo nuestros rivales. Iba a esforzarme y darles el mejor partido de voleibol femenino que hayan visto.

Sobre todo porque tenía sus miradas atentas posadas en mí. Tobio me estaba mirando, me...estaba mirando.

— Hey, hey...Tranquila —habló Anna.—. Todo saldrá bien, di "Cacatúa".

Mi gesto cambió  a uno de confusión.

— ¿Cacatúa? —repetí confundida.

Rió.

— ¿Ves? Ya dejaste de estar nerviosa.

Oh, es cierto... Mi miedo desapareció.

Reí con ella.

— Gracias, Ann.

Me guiñó un ojo.

— Ahora, vamos a destrozarlas.

— ¡Daratoni! ¡A pelear! —Gritó Liz animando al equipo.

— ¡Sí!

El equipo contrario sacó al instante en el que el silbato hizo sonar el inicio.

Para mi mala suerte, fue dirigido a mí.

La pelota en vez de elevarse, se desvió fuera de la cancha lejos de nosotras, imposible de alcanzar.

— ¡Maldición!

— ¡De nuevo, vamos, vamos! —gritaron el otro equipo eufóricas.

Estabamos en el gimnasio principal por lo que, había bastante gente.

— __(tn) —la miré—, tranquila. Ven más adelante y que Liz tome más cancha.

Asentí y di unos pasos acercándome a la red.

El silbato sonó y la pelota fue lanzada.

Liz hizo una fantástica recepción.

— ¡__(tn), es tu turno de devolverles el  favor!

Sonreí e hice la carrera, dando un salto y pegándole a la pelota. Punto.

— ¡¡¡Siiiii!!! —gritamos euforicas.

— ¡Eso es chicas! ¡Ahora a sumar! —alentó Paul.

Rotamos y Lia salió, entró Diana, era bastante buena con los remates pero le temía a que la observen.

En el momento en que hizo el saque, cambió de posición con Mía,  quedando adelante conmigo. En el lateral izquierdo.

¡Maldicion, hicieron una finta!

El equipo contrario sacó  y Liz lo recibió, Anna le armó a Diana y esta con algo de temor pegó.

¡Bingo! Pasó al otro equipo. Pero a su armadora se le dobló  el dedo y fue punto para nosotras.

— ¡Sí!

Anna le preguntó  si se encontraba bien y esta le sonrió amable, diciendo que sí.

Vaya, que educada...

Mi turno de sacar.

"Tum...tum...tum tum tum... tum...tum... tum tum tum tum tum tum.
."

Oí como nuestra hinchada hacia ese característico golpe.

Sonreí de costado y eleve mi vista viendo a mi equipo, ellas sonrieron igual que yo.

— El público lo pide —habló Sam.

— Demosle al público lo que pide —respondí.

Volví a mirar a nuestro público, quien volvió a hacer el ritmo.

Los de Katasino miraron confundidos a ellos y entre sí.  Ukai sonrió divertido y luego, supongo por cómo movía sus manos, les explicó lo que ese sonido significaba. El saque perverso. ¿Por qué así? Mi equipo lo apodó así debido en la forma en que juego con la mente del equipo contrario, haciéndolos estresarse y nublarse.

El árbitro hizo sonar el silbato y una sonrisa arrogante apareció en mi rostro.

Inspiré hondo y saqué, la pelota tocó la red y cayó, para el otro lado.

Punto nuestro.

Volvi a sacar y esta vez la lancé exactamente a la línea.

Punto nuestro.

El equipo contrario empezaba a frustrarse por no adivinar donde o a qué iba la pelota, si era fuera o no, si pasaba la red o no. Ese es el desgaste mental que tienen, el pensar de más  en un partido. Y yo, tenía un buen manejo del saque.

Este set, es nuestro.

— ¡Otro más,  __(tn)! —gritó Kageyama.

— ¡Otro, otro! —le siguió Hinata.

Sonreí enternecida.

•••
¡hola y adiós!

La menor || Kageyama y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora