Capítulo 35

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Jueves 14 de Febrero del 2019.
11:11 a.m.

Al ver lo opaco de mi habitación, sin nada de decoraciones y pósters por todas partes, me hace despertarme de pésimo ánimo. Es como un recordatorio de que nada ha cambiado. Cierro los ojos y suelto un suspiro pesado, después me levanto de mi cama y camino al cuarto de baño, al entrar, hago mi rutina mañanera de siempre. Mientras cepillo mis dientes, pienso que últimamente han pasado demasiadas cosas, en parte están bien ya que me han respondido algunas preguntas, pero eso también conlleva a que han surgido más dudas de nuevo. Me pregunto si un día dejaré de tenerlas, es como un ciclo que no tiene fin. Después de limpiarme los restos de espuma al acabar de lavarme los dientes, salgo del baño y camino hacia mi armario para buscar algo que ponerme para este soleado día, en eso, alguien toca la puerta de mi habitación.

—Pase— digo entre un bostezo mientras observo la entrada de mi cuarto. La puerta se abre un poco dejándome ver la cabeza de John asomándose.

—¡Ey! Buenos días, chica de ciudad— me saluda con su gran sonrisa mientras termina por entrar a la habitación. —Pensé que seguirías dormida— menciona mientras me ve. —¿Sabes?, sí que tienes un sueño pesado, hace algunos minutos toqué tu puerta pero no dabas señales de vida, así que decidí irme y regresar hasta ahora— dice recargando su cuerpo en una pared cercana.

—Buenos días a tí— le devuelvo el saludo haciendo una sonrisa somnolienta. —Disculpa, últimamente tengo el sueño pesado, demasiado diría yo— susurro lo último desviando mi mirada de él.

—No hay problema con eso, yo solo venía a decirte sí gustas ir a almorzar con mi abuela y conmigo, no nos queríamos ir sin preguntarte primero— propone cruzándose de brazos, esperando paciente mi respuesta. Lo pienso algunos segundos pero termino negando.

—Uh... lo siento, pero ahora mismo no tengo ánimos para salir— confieso avergonzada.

—¿Estás segura?— me pregunta algo preocupado. Lo noto por la expresión en su rostro.

—Sí, prefiero quedarme aquí, estaré más tranquila. Perdón por no poder aconpañarlos— me disculpo y John niega con su cabeza.

—No te preocupes— dice con una gran sonrisa. —Sí necesitas algo, sabes que puedes llamarnos, nos vemos más tarde, Daniela— se despide con su mano antes de salir de mi cuarto.

Al estar en un inmenso silencio de nuevo, suspiro dejando caer mis hombros. Me acerco a mi clóset y saco ropa para después ir a la ducha y darme un largo baño. Espero que eso me relaje. Al estar un rato dentro del chorro de agua y después salir, seco mi cuerpo y visto ropa de casa. Al entrar a mi habitación con una toalla envuelta en mi cabello, camino al pie de mi cama y me dejo caer en esta. Tomo mi teléfono y lo primero que veo es la fecha... hoy se celebra "San Valentín". Seguro ahora todos están junto con sus amigos o parejas, contentos por estar juntos... pensar en eso me hace sentir demasiado sola. Mis amigas se alejaron de mí, aunque Kim no del todo, siento que igual no es momento para hablar de nuevo, y lo de la pareja...

—Hm. Daniela, a ti si te gusta lastimarte sola— murmuro con una pequeña sonrisa mientras cubro mis ojos con mi antebrazo.

Bien, pude haber aceptado el salir almorzar con Margarita y John, pero sería estar mintiendo si me ven con una gran sonrisa como si nada pasara. Para mi es imposible disfrutar ignorando el hecho de que Poché esté en algún lugar de aquí sufriendo y pasándola muy mal. De solo imaginar cómo se puede llegar a sentir, me hace débil. Bufo exasperada alejando todos esos pensamientos, necesito pensar en algo nuevo para intentar descubrir dónde está, pero es difícil saberlo si todo lo que planeo no incluye al Profeta. Sí o sí él tiene que estar involucrado, sino, nunca sabré donde está ella y las demás chicas. Al razonar eso, muevo un poco mi cabeza hasta ver una almohada de mi cama, la tomo y después hundo mi cabeza en ella gritando de frustración.

Efecto Mariposa (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora