𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 2

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Solté un  suspiró frustrado al instante en que puse un pie dentro de mi departamento, departamento que ahora era de Johnny, Haechan y mío...maldita suerte.

                   
Miré el interior de la habitación, lucía igual a como la habíamos dejado. Entré por completo y solté las llaves en algún lugar de una mesilla.

                   
Caminé a paso lento y pesado hasta el sofá, sentándome exactamente en medio, ese era mi lugar.

                   
Todo en mi vida era constante, sin cambios

                   
"Odio lo cambios"

                   
Eran molestos y alteraban tu realidad, tus pensamientos...y tu destino, eso era seguro, claro, si es que el destino existía.

                   
A lo lejos, haciéndose cada vez más cercanos, escuché la charla de Seo y Hyuck, quienes al parecer venían caminando, saliendo del ascensor.

                   
Me recargué en el respaldo del negro sofá y cerré los ojos, exhausto, demasiadas emociones por un día, con suerte y esos dos que venían entrando al departamento pasarían de largo y se encerrarían en sus habitaciones.

                   
El sentir como ambos lados del sofá se hundían, a causa de un nuevo peso, me hizo saber que no tendría tanta suerte y, que esos dos, ya estaban ahí a mi lado, seguramente planeando algo.

                   
— ¡Vamos Jaehyun, no duermas! —Dijo Seo moviéndome con insistencia. Su alboroto me hizo abrir los ojos y sentarme derecho nuevamente, claro, sin quitar mi rostro serio. Le miré con cansancio. — ¡Pero si ese chico tiene razón! —Comentó casi a gritos, como si de joderme el día se tratara. —Tus cabellos Verdes son sexis. —Dijo con picardía, soltando al instante una risotada burlesca.

                   
Mi semblante no cambio, sólo me irrité.

                   
Había pasado toda la mañana metido en una cafetería ¡Una cafetería! Que evidentemente olía a café. Mi plan era llegar a casa y dormir, el café siempre me dejaba mareado y sin energías. ¿Por qué esos dos no lo comprendían?

                   
—Deja de decir estupideces, Seo. —Murmuré receloso, mi estómago se revolvió nuevamente ante el recuerdo. El rostro del chiquillo atrevido de la cafetería vino a mi...acompañado de un terrible aroma a café.

                   
No dije nada más, ante el silencio que se había formado, miré a Johnny intentando descifrar que decía su rostro, con suerte y éste lo había entendido y me dejaría en paz. Pero a cambio, en mi búsqueda por descifrar que decía su rostro, me encontré con una mirada un tanto traviesa, mirada que dirigía a Hyuck.

                   
Y de un instante a otro sentí el peso de Hyuck sobre mí. Éste se había sentado, literalmente, sobre mis piernas y sus brazos rodeaban mi cuello mientras me sonreía.

                   
Abrí la boca para insultarle pero Haechan me ganó a hablar, arrebatándome la palabra.

                   
— ¡Oppa! —Dijo con tono molestamente meloso y dulce, el menor de los tres. Un leve tic se apoderó de mi ojo izquierdo ante tan palabra. Ese tic era una manía que nunca pude dejar. — ¡Oppa, eres tan erótico! —Si antes mi tic era rápido ahora iba a la velocidad de la luz.

                   
Ver a Hyuck dando brinquitos sobre mí mientras me hablaba tal cual colegiala enamorada...era de las cosas más espantosas que me habían pasado en toda mi vida.

Café - Jaedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora