𝙴𝚙𝚒𝚕𝚘𝚐𝚘

888 96 51
                                    

—Bueno...Ya estamos aquí. —Comenté sintiendo un nudo en la garganta. Los cinco avanzamos entre la multitud hasta adentrarnos lo mejor posible en el parque de diversiones. Había ruido y personas por doquier, en especial niños y adolescentes.

— ¡Es el parque! —Se animaron Doyoung y Hyuck, avanzando varios metros más que nosotros.

—Esta es la primera vez que salimos los cinco juntos... ¡No pongan esos rostros aburridos! —Se quejó Haechan, jalando a Taeyong, quien se mantenía a nuestro lado, pero terminó cediendo y fue junto a ellos, quedando Seo y yo frente a ellos.

—Todo esto está bien...será divertido. —Dijo Johnny, palmeando mi espalda.

No estaba seguro de que tan "bien" estaba la situación, por mi parte me estaban consumiendo los nervios. Caminamos durante un rato, mirando todas las atracciones, así como planeaban a que juegos subir.

El parque era ridículamente grande, había tantas cosas y atracciones, mucho ruido y muchas más personas...Un completo "anti-yo".

— ¡Vamos hyung! No te quedes ahí... ¡Subamos a ese! —Con esfuerzo y suma atención, pude escuchar la dulce voz de Doyoung, y a la vez verle apuntar la atracción principal del parque...La montaña rusa, de la cual se presumía era la más grande de toda Corea y la responsable de turistas en época de verano.

—Yo...no estoy seguro...—Balbuceé, sintiendo el vértigo amenazarme. Doyoung me miró confundido ante mi negativa, provocando la risa de Seo, quien sólo se había dedicado a observarnos.

—Jaehyun aborrece los juegos mecánicos. —Intervino divertido.

—En especial aquellos que son muy altos...y que se mueven mucho...—Agregué con nerviosismo.

—Pero...nosotros ya habíamos venido, hyung...y no te quejaste. —Un Doyoung confundido intentaba comprender todo ese enredo.

— ¡Vamos, Jaehyun! No puedes negarte... ¡Es nuestra primera vez juntos! —Rodamos los ojos ante el vocabulario extraño de Haechan, conteniendo la risa.

—Eso es cierto, Jaehyun hyung... No pasará nada. —La sonrisa sincera de Taeyong fue lo que me animó un poco. Cuando sonreía parecía tener la razón de todo, y te reconfortaba.

Todos me miraron atentos, sonriendo, impacientes ante mi respuesta. Suspiré y me rendí.

—Pero sólo me subiré a este. —Asentí. Todos soltaron gritos de alegría y me llevaron hacía una larga fila de espera, para poder subirnos.

Con cada paso que me acercaba a aquel monstruo mecánico, las piernas me temblaban más y las manos me sudaban, sin mencionar que mi temperatura estaba descendiendo considerablemente.

Después de varios minutos fue nuestro turno, y me vi obligado a acomodarme en un asiento, junto a Doyoung, al menos compartiría asiento con él.

—Tranquilo, hyung, no pasará nada malo. —Doyoung me sonrió y sujetó mi mano con fuerza, transmitiéndome su calidez. Sonreí con calma.

"¿Cómo es qué con tan sólo sonreírme todo lo demás pasaba a segundo término?"

Y el momento temido llegó. Todo se puso en movimiento. Al principio el juego iba con lentitud, subiendo poco a poco, pero sabría que después de esa extraña calma vendría lo peor, pues subía tan sólo para prepararse para bajar por más de cinco caídas.

— ¡Esto es tan divertido! —Escuché gritar a Hyuck, pero no fui capaz de girar para verle, si lo hacía terminaría mareado y víctima del nerviosismo.

— ¡Ya viene! —Se emocionó Doyoung a mi lado, sujetando mi mano con más fuerza. Me tensé y respiré profundamente, sintiendo muchos más deseos de bajar de ahí y marcharme a casa. — ¡Sólo tienes que mirarme a mí, hyung! —A penas miré a Doyoung, el juego mecánico cayó por la bajada a una velocidad impresionante.

Café - Jaedo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora