Toqué el timbre, un poco ansioso, no había visto a Doyoung desde hace tres días debido a su trabajo y el mío. Hoy cumpliamos tres meses y veintiocho días de ser novios -suena enfermizo, lo sé- ya no podía estar sin verle más tiempo.
Los segundos -eternos- que tardó Doyoung en abrir, pasaron en cámara lenta, hasta qué pude verle al fin, tan sonriente como siempre.
- ¡Hyung!- Gritó al verme y se abalanzó sobre mí, para abrazarme. Sentir su pequeño cuerpo entre mis manos era estupendo. -Creí que jamás volvería a verte. - Hizo un puchero, sin dar señal de querer soltarme, mirándome tiernamente.
-Sólo han pasado tres día, Doyoung. - Dije con ironía, lo que sólo provocó que él se aferrara más a mí.
-Pues para mí fue mucho...yo sí te extrañé, Hyung. - A pesar de que lo último lo dijo en un pequeño y débil susurro, sin intención de que lo escuchara, pude oír lo anhelante de su voz.
Coloqué mis manos en su espalda, a la altura de su cadera, con la mayor delicadeza posible. El era mi más grande tesoro.
—Te amo, Doyoung. —Susurre, sentí como se aceleraba su ritmo cardíaco, pues su corazón golpeaba con fuerza su pecho, podía sentirlo. —Te extrañe tanto, mi amor. —Murmure en su oído, con calma. Adoraba verle tan apenado.
-B-Basta, hyung, terminare llorando. - Me "reclamó", separándose de mí. Un intenso carmesí cubría por completo sus mejillas y un poco de sus orejas. Comencé a reír levemente.
-Tú eres el qué comienza con todas esas palabras de amor y después no aguantas mucho. - Reí más fuerte, ya sabía su respuesta.
- ¿Cómo soportar tanto amor de tú parte? Parece un sueño. -Volvió a hacer pucheros. -Sólo término enamorándome más de hyung. -Murmuró apenado.
Doyoung se movió y me dejó el camino libre para entrar a su casa, cerrando la puerta después.
- ¿No te dije qué dejaras de llamarme "hyung"?- Mencioné, mientras avanzábamos por el corredor hasta la sala, una vez ahí, tomé ambas manos de Doyoung y lo acorralé en la pared. -Ahora soy tu novio..."hyung" suena muy frío de tu parte. -Fingí entristecerme, mientras que Doyoung sólo intentaba contener la risa.
-Siempre serás mi hyung, yo lo gané. - Respondió confiado.
Sonreí al recordarlo y, a cambio, sólo pude besarlo.
Ya no había temor al besarle, ni de su parte ni de la mía. Se había vuelto algo que podía hacer libremente, y me encantaba. Seguí abusando de sus labios hasta que el oxígeno desapareció por completo. Al separarme, Doyoung se mordió el labio inferior en respuesta.
-Taeyong está en casa, compórtate. - Se rio divertido al verme retroceder con precaución, no quería incomodar al sonriente Lee.
-No tengo elección. - Bufé. Doyoung tomó mi mano y me guío hasta el sofá.
Durante nuestro poco tiempo de novios, me había acostumbrado ya a visitar a Doyoung en su casa, incluso Milu ya me conocía. Solía ir ahí y ver alguna película o salir a comer a cualquier lugar que deseara Doyoung. A veces, simplemente nos quedábamos sentados conversando de cualquier cosa, esa era mi favorita.
El sentir la cercanía de Doyoung era más que suficiente para mí, el escuchar su voz resultaba encantador, al igual que percibir su aroma a café, único simplemente.
-Si sigues mirándome así, terminaré olvidando que Tae está aquí y me arrojaré sobre ti. - Sólo reí ante su comentario, era imposible imaginarlo. Doyoung solía hacer ese tipo de bromas, supongo que buscando una reacción de mi parte, sin embargo sólo me hacía reír.
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Café - Jaedo
FanfictionJung YoonOh ha vivido atado toda su vida a una relación amorosa devastadora con una chica de su pasado, él mantiene la esperanza de que ese amor regrese. Una tarde, una vez más ella lo dejó plantado en una cita y el toma una decisión importante res...